SEO-BirdLife ha puesto en marcha un proyecto para elaborar el "Atlas de las Aves Invernantes en España”. Es una ambiciosa iniciativa en la que se pretende conocer cuáles son las aves que invernan en la península Ibérica. Para ello se ha necesitado una amplia participación de ornitólogos que permita para alcanzar una buena cobertura en el territorio y de cada tipo de ambiente natural.
En cada cuadrícula de 10 x 10 km se han tenido que realizar un total de 20 recorridos de 15 minutos de duración durante tres inviernos consecutivos. En ellos se ha recogido información de las especies y del efectivo observado. Como cada zona ofrece una amplia variedad de ambientes naturales (bosques, cultivos, matorrales, etc.) el número de itinerarios ha debido representar a la contribución de cada uno de ellos.
El proyecto comenzó en el invierno 2007-2008 y concluye este invierno con su tercer año. En la comarca del Jiloca se han cubierto ocho cuadrículas. Antonio Torrijo (que además ha sido el coordinador provincial) ha realizado cinco de ellas en los sectores oeste, sur y este. El que suscribe ha realizado tres, las de los llanos de Caminreal-Bañón-Calamocha y la de la sierra de Pelarda.
A lo largo del presente invierno hemos apreciado algunas interesantes observaciones. La primera fase proporcionó resultados similares a los de otros años en cuanto a número de especies y de individuos. Pero la entrada temprana de la serie de nevadas de finales de diciembre y enero ha empobrecido de forma notable la comunidad de aves, en cantidad y en calidad.
Las jornadas de enero y febrero nos han permitido constatar que los carrascales, rebollares o pinares tienen en estas condiciones una variedad de aves muy escasa y unas poblaciones mínimas. Incluso en los sotos fluviales se observa esto mismo. Los secanos, que en noviembre reunían enormes bandos de calandrias, alondras y pardillos, se muestran ahora silenciosos y despoblados. Un gran número de las aves han debido marchar hacia lugares menos fríos y con más alimento. Y algunas habrán muerto.
Campos de cultivo en Ferreruela y sierra de Cucalón al fondo, durante las últimas nevadas.
Los pequeños pájaros (páridos, fringílidos, escribanos) se reúnen en las huertas e incluso se acercan a los pueblos aprovechando recursos que en otro momento no lo hubieran hecho por la mayor exposición al peligro. Ayer mismo, en el Ajutar, sobre una superficie de diez metros cuadrados con plantas marchitas de hierba blanca (Diplotaxis erucoides) rebullían sobre el suelo veintidós verdecillos picoteando las semillas caídas.
Un grupo de pinzones se alimentan entre los campos nevados en El Poyo del Cid, tras la nevada de los días 6 y 7 de enero.
Un dato más, mientras que en la invernada de 2007/2008 conseguía una media de 36 especies por cuadrícula en la presente la cifra ha sido de 23,3. Es decir, un tercio menos.
Pensamos que fue la nevada que cayó poco después de Reyes, que se mantuvo durante varios días sobre los campos, la que determinó esta fuga de las aves comedoras de semillas que ha resultado tan acusada.