Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

martes, 31 de mayo de 2011

EL BOSQUE PROTECTOR (LA 2). LA CUENCA DEL JILOCA. TORMENTAS TORRENCIALES

Nuestros amigos de Ivvis  han encontrado en el sistema de Televisión a la Carta un documental que trata de la erosión en la cuenca del río Jiloca y que fue emitido el año pasado (04.09.2010) dentro del programa El Bosque Protector.

El bosque protector

Se titula “La cuenca del Jiloca. Tormentas torrenciales”.

Pulsando en la siguiente imagen puede verse.

tormentas torrenciales

Ofrece una visión histórica sobre los problemas de erosión y las avenidas, así como de los intentos de mitigarlos mediante proyectos de corrección hidrológica y de reforestación. Muy interesante.

jueves, 26 de mayo de 2011

EL RÍO PANCRUDO EN TORRE LOS NEGROS

Gileta ha recogido muchas colaboraciones vinculadas con el río y los chopos. Extraemos ésta, de nuestros colaboradores Valeriano Sarto Romeo y Antonio Cebrián Sánchez en Gileta 34, de Agosto de 2000)

El Río Pancrudo atraviesa el término de Torre los Negros de punta a punta. Nos entra por Alpeñés y lo despedimos en el término de Barrachina. Comienza saludando la Ermita de San Miguel, pasa por el puente del mismo nombre, recibe las aguas de las ramblas del Tejar, el Povar, el Barranco Santero y los Ramblares y se acerca al pueblo, riega nuestras huertas y a su paso le preparamos una noria, una chocolatería y un molino.

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El Pancrudo siempre va bien acompañado, los chopos cabeceros le marcan el camino. Lo más característico de la flora de nuestro río es precisamente la hilera de chopos que lo acompaña y que hace que desde cualquier monte que te subas, puedas seguirlo sin ninguna dificultad. Son chopos cabeceros, de gruesos troncos, con oquedades y aberturas en la base, que permiten incluso meterse dentro. De sus troncos van saliendo ramas a un mismo nivel, que alcanzan gran altura y se utilizaban para la construcción, para los postes de luz y el teléfono etc, además de utilizar la hoja (chopina) para alimentar a los conejos. Esta tarea de poda selectiva se le llama “escamondar los chopos” y a la de coger hoja “hacer chopina”.

Álamos y sauces (salces), mimbreras y salbimbres, donde hacen los nidos las abejas, son otros árboles del río.

peñaelrio

La presencia de líquenes en los troncos de los chopos, hongos que descomponen la madera y dan un olor penetrante, junto con la más codiciada seta de chopo y el pan de bellán (yesqueros en castellano), especie de medias roscas que se crían en mitad del chopo, en la parte de la caña, que no son comestibles, hacen del chopo un verdadero libro de naturaleza. Escarabajos, mariposas, insectos perforadores, son habitantes de los chopos. Las larvas se alimentan del leño y las hojas. Por otra parte, distintos pájaros vienen a alimentarse de esos insectos y se van distribuyendo en los árboles: el carpintero en las vigas, el pito real, de patas largas como el chorlito, en las ramas más pequeñas, los capitanes y herrerillos en las finas… andarríos, conroyos, lavanderas, ratoneros y chinchines, burlapastores y escribecartas.

“Siempre había un nido de escribecartas que con José el sastre lo hemos escarzado bastantes años y nos comíamos los huevos; hacía el nido en una zarza grande, a la entrada de la acequia del molino, en la parte de arriba. Estaba al lado de un cirojero, de aquellos ciruejos negros que llamábamos cornetas, que estaban más verdes que la retama y nos los comíamos. Se llamaba así porque los huevos de ese pájaro, en la cáscara, era como si estuviera lleno de letras árabes, de color azul”. (Antonio Cebrián)

Imagen tomada del SIOC

Él aporta sus aguas y recibe compañía. El río ha sido para todas y todos un trocito de nuestra infancia.

Es un río muy poco caudaloso, aunque sus aguas son claras y frescas, se va creciendo y recibiendo los manantiales de sus orillas y debemos cuidarlo si no queremos que termine contaminado y sin sus truchas moteadas, las reinas del río, típicas de aguas limpias y frescas. Los barbos son otros habitantes de nuestro río. Viven entre los limos: “Me acuerdo que de pequeño me metía en los limos que había en la chocolatería y cuando notaba algo debajo, apretaba y cogía el limo y el barbo” (Antonio Cebrián. Gileta 34. Agosto 2000).

Ya veis, tenemos dos faenas pendientes: Recuperar el río, que lo tenemos muerto y cuidar de que no se nos mueran los chopos.

Pilar Sarto

lunes, 23 de mayo de 2011

LLUVIA DE VENENO EN LAS CUNETAS

Cientos y cientos de kilómetros de carreteras gestionadas por el Gobierno de Aragón han sido rociadas esta primavera.

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Esta imagen, tomada en el valle del Aguas Vivas, podría ser la de cualquier otra carretera comarcal.

En esta otra se observa cómo ha quedado el prado de una área recreativa próxima a la localidad de Gallocanta. 

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Tampoco se libran las aceras de los pueblos, los eriales, ribazos y los huertos abandonados. Es la fiebre del herbicida. 

En muchos casos el herbicida empleado es el glifosato, producto comercializado como Roundup por la empresa multinacional Monsanto y ahora por otras muchas pequeñas empresas agroquímicas. Este producto es un herbicida total. Se rocía sobre las hojas de las plantas, tanto herbáceas como leñosas, provocando su muerte ya que les impide la síntesis de ciertos aminoácidos.

Esta sustancia química tiene efectos perjudiciales directos (intoxicaciones) para la salud de las personas pero también puede causar efectos nocivos a largo plazo como daños genéticos, alteraciones reproducción y carcinogénesis. Es muy intenso el debate existente sobre los efectos en el sistema endocrino de los mamíferos y se han dado conocidos casos de fraude desde laboratorios que niegan dichos efectos.

Mientras tanto no son pocas las personas que recogen caracoles, espárragos, cardillos o setas en las cunetas de las carreteras y que posteriormente ingieren dichos alimentos. Tampoco escapan a esta nueva e impactante práctica los pocos espacios protegidos que hay en Aragón, como puede comprobarse en la Reserva Dirigida de la Laguna de Gallocanta.

No están bien estudiados los efectos sobre los ecosistemas. Es claro, que estos productos tienen gran capacidad de infiltrarse en el suelo y afectar a los organismos edáficos y acuáticos, donde también llega por escorrentía superficial. Estas intoxicaciones pueden tener un alcance mucho más profundo de lo que pueda imaginarse.

El argumento esgrimido para justificar estos envenenamientos masivos de la vegetación y otros seres vivos de las cunetas es el de la seguridad vial y reducir el riesgo de incendios forestales. El uso de segadoras puede conseguir los mismos efectos sin causar un impacto ambiental tan severo.

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En la anterior imagen puede verse una cuneta viva que ha escapado de la lluvia de veneno y al menos este año no será tierra quemada.

viernes, 20 de mayo de 2011

2ª JORNADA POPULAR POR LOS BOSQUES DE TORRALBA DE LOS FRAILES

El pasado 14 de mayo tuvimos de nuevo la ocasión de disfrutar de una agradable jornada de campo y convivencia en Torralba de los Frailes.

En la excursión de la mañana, nos acercamos a otra zona de las Hoces del Río Piedra en donde están dos de los parajes más emblemáticos del término, “La Fuente del Calderillo” y “La Piedra del Buitre”.

ortofoto

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1704811

Este año nuestra intención fue atender a los valores de la vegetación, por ser 2011 el año internacional de los bosques. A nuestro paso se mostró la vegetación del carrascal y la de ribera,  con sinceridad en las palabras de Javier. Flores y fronda en apogeo. Aromas por doquier. Verde vigoroso y en todo momento mayo, presente, vistiendo el caminar de esa prosperidad  y bonanza que tan apetecible hace el almuerzo (para unos 80 en este caso).

Piedra del Buitre

No todo fue vegetación, disfrutamos del vuelo de las aves rupícolas: buitres leonados, chovas, aviones, vencejos… y una confiada pareja de alimoches, conocidos en Torralba como milopas. Alberto, el benjamín del grupo, y unos pocos más, los pudimos disfrutar con el catalejo.

Buitre leonado

Al terminar la mañana unos pocos nos citamos para volver por la tarde y seguir escudriñando La Piedra, pero la tormenta nos truncó el plan. Queda pendiente.

Almuerzo en Cabeza Rubia

Como el año pasado, tras la excursión, comimos en el pabellón,  (unos 160) refugiados de una lluviosa tarde charrando, jugando y en resumen pasando un buen día.

Los miembros de la asociación cultural El Chismarrako, queremos agradecer a todos los que colaborasteis en la jornada, ya fuera preparando el almuerzo, haciendo café, infusiones, regalos para los presentes (unos bonitos delantales) o simplemente tratándonos como lo hicisteis. Al Jardín Botánico de Valencia por hacernos estos folletos tan cuidados. A la oficina de turismo de Daroca por las bolsas y en especial de nuevo a Javier y Cristina, nuestros botánicos (aunque Cristina no pudo finalmente hacer la andada) por su gran generosidad.

Folleto_fuera

Folleto_dentro

Muchas gracias a todos y hasta el año que viene!

miércoles, 18 de mayo de 2011

LAS HAYAS TRASMOCHAS DE ARALAR

Son numerosas las entradas que hemos dedicado en este blog a los árboles trasmochos. Hoy vamos a contar la experiencia de una empresa forestal de Teruel en tierras guipuzcoanas, más concretamente en Aralar.

El parque natural de Aralar se encuentra en uno de los grandes macizos montañosos de la Comunidad Autónoma Vasca. Enclavado en el corazón de la comarca guipuzcoana de Goierri, es el más oriental de los que componen la divisoria de aguas cántabro-mediterránea y su orografía (10.971 ha) es compartida con territorio navarro. La cima del monte Ganbo (1.412 m) ostenta la mayor cota en su parte guipuzcoana.

Aralar es una gran meseta caliza horadada por multitud de simas, cuevas y ríos subterráneos. La actividad humana en la zona es muy antigua como atestigua la cantidad de monumentos megalíticos existentes, con la mayor concentración de dólmenes del País Vasco. Numerosos restos que muestran lo que fue la actividad humana de pastores y cazadores prehistóricos.

Una cuarta parte de la superficie del Parque está cubierta por hayas. La mayor parte de ellas se encuentran en la zona situada entre el puerto de Lizarrusti y Balankaleku, formando el hayedo más extenso de Gipuzkoa.

Además, si algo distingue a este entorno y lo hace único es el sistema silvopastoral que desde hace al menos 5.000 años alimenta la cabaña ganadera y la cultura pastoril, santo y seña de Aralar: pastizales, rebaños, majadas, dólmenes como Jentilarri y queso de Idiazabal.

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Pero el pastoreo no ha sido la única actividad realizada por el hombre en la zona, ya que los recursos existentes no han pasado desapercibidos. Así, además del pastoreo, cabe destacar tanto la actividad minera como la explotación forestal.

Dentro de esa explotación forestal, destaca el uso de la madera de cientos de hayas trasmochas, una actividad de poda que se remonta siglos atrás para su uso en las carboneras. Y es que no es una actividad solo de esta zona, pues la presencia de hayedos trasmochos para su explotación en el carboneo se extiende por toda la cornisa cantábrica y se aplica a distintas especies: robles, castaños, sauces, etc.

La época de auge de la explotación tradicional de estos hayedos parece remontarse a la segunda mitad del siglo XVIII. A mediados del siglo XIX la sustitución del carbón vegetal por el mineral afectó de manera decisiva a estas prácticas culturales, de manera que el trasmocheo quedó como una actividad residual y a muy pequeña escala, viéndose reducida poco a poco hasta nuestros días (¿de qué nos suena ésto?).

Actualmente la administración vasca, consciente de la importancia de la pervivencia de los bosques trasmochos como parte de su historia, tradición, cultura y naturaleza, ha planteado con gran acierto la necesidad de aplicar políticas activas en torno a los árboles trasmochos al calor de programas Europeos, como el programa LIFE. El objetivo, por un lado, es proteger las masas forestales trasmochas existentes, y, por otro, crear nuevas masas, aplicando la técnica sobre nuevos plantíos y árboles jóvenes.

Más concretamente, las actuaciones desarrolladas se enmarcan dentro de un proyecto europeo  titulado “Manejo y conservación de los hábitats de Osmoderma eremita, Rosalia alpina y otros saproxílicos de interés comunitario en Gipuzkoa”. Se trata del programa LIFE+, un instrumento financiero de la UE con el que se pretende contribuir a la aplicación, actualización y desarrollo de las políticas comunitarias en materia de medio ambiente y conservación de la naturaleza.

Plano general Plano general con las zonas de actuación marcadas en rojo. Pincha para ampliar

PlanoOrtofoto a escala 1:30.000 donde puede apreciarse la distribución de la vegetación y las zonas de actuación

Son varias las zonas con hayedos trasmochos en el País Vasco. El proyecto LIFE abarca varias aunque las actuaciones aquí contempladas sólo se realizaron en Aralar.

La primera zona de actuación, en Arrastaran (también conocida la zona como Uidui) se localiza a unos 810 metros en un entorno adehesado de uso silvo-ganadero, amplios pastizales que forman uno de los paisajes más tradicionales de las montañas del norte de España, sobre todo en Guipúzcoa, Álava, Navarra, La Rioja y Burgos. Corresponde con el punto rojo situado más al norte en la imagen anterior, dentro de la Comunidad de Amezkete y Ordizia.

Txotxeta es un ambiente más forestal, un hayedo situado en ladera sur a unos 800 metros de altitud con algunas manchas de pinar de repoblación, aunque la zona de actuación se encuentra ya cercana al borde del bosque, a pocos metros del comienzo del pastizal que ocupa ya toda la zona alta. Pese a no formar un bosque tan numeroso de hayas trasmochas (tan solo hay algunos ejemplares aislados) el tamaño de estas es muy considerable. Esta zona está dentro del término municipal de Ataun.

La zona de Arrastaran es un pequeño valle entre pastizales de laderas suaves (antiguamente hayedos) donde encontramos un paisaje de espinos y arbolado disperso, que en este caso forma pequeños grupos de hayas y fresnos en torno algunas vaguadas.

foto 023 Paisaje típico de la zona de actuación

Los fresnos son viejos ejemplares que nos recuerdan mucho a nuestros “chopos cabeceros”, tanto en su forma como en su aprovechamiento. Aunque a pequeña escala, su manejo no se ha abandonado ya que las ramas finas constituyen el forraje para el ganado en las épocas en las que el pasto escasea.

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En el caso de las hayas, hace décadas que en esta zona desapareció su aprovechamiento. Actualmente son viejos árboles, con ramas de gran altura, que en muchos casos quiebran y terminan sucumbiendo. No obstante, este arbolado, aun muerto, sigue cumpliendo con funciones biológicas vitales.

Es en parte la filosofía de este proyecto: reiniciar el trasmocheo de hayas para favorecer su propagación (al disminuir la biomasa aérea y por lo tanto favorecer la insolación del suelo del hayedo), creando nuevos ambientes y aumentando la biodiversidad, dando una oportunidad a otras especies, tanto vegetales como animales, y especialmente a los insectos saproxilicos. Algunas de estas hayas morirán, pero no será un problema pues servirán de alimento y cobijo a especies como Osmoderma eremita, Rosalia alpina y otras, como mamíferos y aves.

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En Arrastaran esta es la situación preliminar. Partimos de grupos de viejas hayas trasmochas con ejemplares muy concentrados donde sus copas apenas dejan entrar la luz solar. El sotobosque lo forma un suave tapiz herbáceo sin matorral debido en parte a este factor, pero también al pastoreo.

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Se plantea desde la administración la necesidad de actuar en buena parte de este arbolado, que vemos esta vez desde ortofoto:

Arrastarán 

En Txotxeta la situación es similar, con mayor densidad de arbolado y el hayedo natural extendiéndose por la mayor parte de la superficie. Aquí son algunos viejos ejemplares trasmochos los que podemos encontrar de forma dispersa y restos de algunas hayas trasmochas monumentales.

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En la ortofoto viene a ser aproximadamente la zona marcada con el punto rojo: 

Txotxeta

Los trabajos se desarrollan entre diciembre de 2010 y marzo de 2011, siempre que el tiempo acompaña, pues son zonas muy lluviosas y en ocasiones con nieve. Dadas las características de estos árboles y la escasa accesibilidad a los mismos se plantea la necesidad de podas mediante las técnicas de “Tree climbing”, técnicas de trepa aplicadas a la arboricultura, algo más lentas que la utilización de cestas pero con resultados muy buenos.

Para ello se emplean 2 operarios o “trepadores” que trabajan turnándose encima del árbol, con apoyo puntual de un técnico de trepa. Los trabajos consisten en la reducción de copa de todas las hayas en distintas longitudes, con el objetivo de asegurar la respuesta de las mismas a estas “cirugías” y ver cuál es el comportamiento de las mismas según la altura de corta, el número de ramas vivas dejado, etc. Se emplean “árboles testigo” cuyo desarrollo posterior a los trabajos se seguirá a lo largo del tiempo.

Se procuran dejar varios tirasavias, especialmente en las podas altas,  para asegurar la buena respuesta de árbol ante la cirugía.

Para asegurar la máxima seguridad y por encima de los rendimientos de trabajo se estima un coste por jornal de cada operario, que será el mismo trabaje los árboles que trabaje. Esto asegura un rendimiento acorde con el tipo de trabajos a realizar, pues son trabajos en los que las prisas suelen ser malas consejeras.

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Los trabajos se realizan según el protocolo de actuación de la empresa en este tipo de podas. El trepador asciende hasta lo más alto de cada una de las ramas con ayuda de cuerdas y comienza la tarea de reducción de copas mediante el apeo controlado de las mismas, todo ello vigilado y dirigido por su compañero, que actuará de recurso preventivo y salvamento en caso de producirse algún problema. Ambos trabajadores se van turnando en los trabajos para evitar la fatiga excesiva, pues el trabajo en lo alto de los árboles requiere unas perfectas condiciones físicas.

Los restos de corta y poda van quedando en el suelo. No se contempla su eliminación mecánica pues constituirán el hábitat y alimento de los insectos saproxilicos.

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Más información y fotos: www.ancarsl.com y también en Facebook

Como hemos comentado anteriormente todos los restos se dejan en el suelo apilados, en principio una pequeña parte de ellos serán aprovechados como leñas por los vecinos aunque el grueso se deja in situ.

En primavera los trabajos se ven ya así:

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foto 017 Madera y ramas quedan junto al arbolado

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Regeneración natural del hayedo. Los hayucos que antes no germinaban ahora son pequeñas hayas que tapizan los alrededores del arbolado que antes ensombrecían en suelo. Muchas de ellas serán los futuros árboles trasmochos del entorno. 

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Los hayedos trasmochos también se conservan en otros países europeos (Italia, Grecia, Bulgaria), aprovechándose del desmoche o poda periódica de las ramas para obtención de leñas, cabrón vegetal o bien favorecer la producción de fruto con el aclarado de las copas. Constituyen un refugio extraordinario de la fauna silvestre. Coleópteros saproxílicos, rapaces nocturnas, mamíferos de pequeño y mediano tamaño, etc.

Las actuaciones realizadas en la sierra de Aralar son a priori un ejemplo de “nueva gestión” de estos espacios que tienen en cuenta los múltiples criterios de conservación tanto del arbolado trasmocho como de las especies, en este caso, principalmente, insectos saproxilicos. Esta visión integradora, no sin dificultades (pues son muchos puntos de vista y opiniones las que entran en juego) permitirá un cambio en la concepción de estos espacios y un enriquecimiento en especies animales y vegetales, dándole continuidad además a un paisaje mítico de las montañas guipuzcoanas.

Un ejemplo también para todos los amantes de nuestros árboles trasmochos, en especial de nuestros chopos cabeceros.

Más información oficial acerca del Proyecto Trasmochos: http://www.trasmochos.net/

Más información acerca de técnicas y trabajos de arboricultura, trabajos en altura, etc.: www.ancarsl.com

 

Jesús López Ferreira (coordinador de equipos de corta y tala en dificultad)

Fernando Herrero Loma (I.T. Forestal)

martes, 17 de mayo de 2011

UNA MARIPOSA GRANDE EN CLASE DE EDUCACIÓN FÍSICA

Hola, os escribimos desde el Colegio de Bello. Os queremos contar una cosa que nos ha pasado.

A principios de mayo en la clase de Educación Física, vimos caer del cielo una cosa extraña. Desde lejos parecía un pájaro, nos acercamos y ¡era una mariposa!. Ninguno sabíamos de qué especie era; nuestra maestra le echó fotos, era impresionante. Medía 15 cm, tenía cuatro alas con unos círculos que parecían ojos, era de tonos marrones oscuros. Era un chico. Lo sabemos porque sus antenas eran como peines. Aquí os dejamos unas fotos:

Al día siguiente, nuestra maestra Sabi nos contó que se llamaba “Gran Pavón”, y era la mariposa nocturna más grande de Europa. A nosotros nos ha parecido muy interesante conocer esta especie

Las alumnas y alumnos del Colegio de Bello

lunes, 9 de mayo de 2011

SOBRE EL PANTANO DE LECHAGO

Desde la Asociación de Amigos de Lechago queremos manifestar a la opinión pública nuestra posición sobre la polémica surgida recientemente sobre el posible no uso del pantano de Lechago por parte de los regantes del Bajo Jiloca debido, según argumentan ellos mismos, a la imposibilidad de afrontar el coste de la explotación de dicho pantano, a través de los correspondientes cánones, tanto del agua utilizada por Ha como del correspondiente al coste de la elevación de los caudales del río Jiloca a la propia presa de Lechago, en el río Pancrudo (y esto, se le llame como se le quiera llamar, no deja de ser, al fin y al cabo, un trasvase ), tal como se contemplaba en el proyecto de embalse ya que el cauce del río Pancrudo ( unos 8 Hm3 al año) es insuficiente para garantizar su llenado ( 18 Hm3).

El tiempo ha venido a dar la razón a los que nos oponíamos a este embalse y, además y para más inri, con los mismos argumentos que ahora esgrimen los supuestos usuarios del mismo: ¡este pantano, no es , ni lo será nunca, rentable!

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Hagamos un poco de historia:

El tema de inicia en 1992 con la aprobación del Pacto del Agua en Aragón, en el que se incluye la regulación del río Jiloca, pero a través del pantano de La Pimienta, un embalse en una de las ramblas laterales del Jiloca, en el término municipal de Manchones, y Lechago aparecía como alternativa a dicho embalse.

Por presiones políticas ( sobre todo de Calatayud), años más tarde la alternativa de Lechago pasó a ser la primera opción.

La justificación de la construcción del pantano de Lechago ( con el que se anegan 2500 Ha) es asegurar el riego de 6000 Ha en el Bajo Jiloca ( básicamente de Daroca a Calatayud, puesto que los pueblos ribereños de la provincia de Teruel, de Luco a San Martín del Río, no tienen ningún problema de riego ), además de controlar las avenidas del río Jiloca ( pero el pantano no se construye en su cauce sino en el de su afluente, el río Pancrudo).

Cuando en 1999 salió a exposición pública el proyecto, entre las muchas alegaciones que desde la Asociación de Amigos de Lechago se presentaron, además de las de tipo patrimonial, medioambiental ( por la pérdida del magnífico tramo medio-bajo del río Pancrudo, con sus centenarios chopos cabeceros y todo el hábitat faunístico anexo a los mismos, etc…) figuraban también las de tipo económico, que predecían la inviabilidad del mismo para los regantes beneficiados de la obra hidráulica ya que a la hora de pagar por el agua usada no les resultaría rentable su utilización debido a los altos costes resultantes de la misma. Pues bien, haciendo caso omiso a las alegaciones (como suele ser habitual), el proyecto se aprobó definitivamente en 2001, la obra se inició en 2003 y en 2009 se terminó ( a falta de unos pequeños retoques finales) y ahora está pendiente de la puesta en marcha del plan de emergencia y las pruebas de llenado, pasos previos necesarios para su puesta en marcha definitiva. Y, es ahora, cuando los regantes dicen que no les sale rentable usar el agua embalsada.

No nos extraña lo que dicen ya que, efectivamente, si ya de por sí el canon por Ha que tendrían que pagar sólo por la construcción del embalse ( en su momento ya se hablaba de unas 50.000ptas/Ha-año, es decir, unos 300 euros) si ahora sumamos el canon del coste del bombeo de las aguas del Jiloca al pantano ( 700.000 euros al año, es decir unos 116 euros/Ha –año) nos da un total aproximado de 416 euros/Ha-año ( unas 70.000 ptas). Desde luego, y más tal como está actualmente el mercado, dudamos que les resulte rentable su explotación, cultiven lo que cultiven.

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Uno de los lemas esgrimidos por los lechaguinos en sus manifestaciones contra este pantano era: ¡Lechago: Pantano Inútil! Y ya vemos que el tiempo nos está dando la razón pues se puede dar la triste paradoja de que después del enorme coste económico( entre la presa y obras relacionadas, unos 60 millones de euros) y del gran perjuicio ( patrimonial y medioambiental) ocasionado, no haya usuarios para el pantano. Este es un ejemplo más de cómo no se tienen que hacer las cosas y de lo peligroso que es supeditar las actuaciones públicas a los intereses políticos, en contra del sentido común y, también, y muy importante, del erario público.

Había alternativas al pantano de Lechago mucho más sostenibles tanto económica como medioambientalmente y no se han tenido en cuenta. Desde la Asociación de Amigos de Lechago abogamos por una nueva política hidráulica en Aragón, acorde con los postulados de la Nueva Cultura del Agua.

Hay que desterrar esa vieja y obsoleta forma de hacer política, que origina la imposición de actuaciones tan erróneas y que, por mor de un puñado de votos, en lugar del necesario consenso ( teniendo en cuenta también a los afectados y no sólo a los beneficiados como ahora), a veces dan lugar a situaciones tan kafkianas como la que ahora estamos viviendo con el pantano de Lechago.

Agustín Martín Soriano

Asociación de Amigos de Lechago

jueves, 5 de mayo de 2011

ÁRBOLES TRASMOCHOS EN COLLADOS

Preparando la jornada de campo del curso Ornitología Práctica en tierras del Jiloca y Gallocanta nos fuimos una tarde a conocer el marojal de Collados, un robledal que se extiende por la solana de la sierra de Pelarda.

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Era una tarde calurosa y los pájaros no estaban por la labor. Florecían las plantas del sotobosque aprovechando que todavía no le han nacido las nuevas hojas al marojo. Entre las hierbecillas abundaban unas orugas negras.

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Entrando en el bosque, en el margen del camino vimos una pequeña cerrada construida con grandes cantos redondeados de cuarcita. En su interior, comenzamos a ver unos marojos poco habituales, más altos que los del entorno. En cada árbol, de cada tronco nacía un conjunto de ramas a la misma altura y de la misma edad como resultado de una escamonda previa. No había duda.  

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Eran marojos trasmochos, los primeros que hemos encontrado en estas tierras. Nos llevamos una sorpresa y una alegría.

Formaban un alargado conjunto de 70 árboles. En su mayoría eran jóvenes y soportaban pocas vigas. Habrían recibido una o dos escamondas, como mucho. El más robusto tenía 186 cm. de perímetro y había otros de 158 y 153 cm.

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Sobre los troncos y ramas crecían profusamente los líquenes corticícolas.

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Pero no fue la única sorpresa de la jornada. Recorriendo los campos que hay en la otra parte del término nos llamó la atención un árbol solitario y achaparrado que crecía sobre una loma. Parecía un rebollo trasmocho y nos acercamos a verlo.

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Tenía un grueso tronco y ramas que le nacían a dos alturas. Nos dio un perímetro de 340 cm. y una altura de unos 10 m. Su corteza estaba tapizada del liquen Xanthoria parietina, especie muy amante de superficies soleadas.

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No es nada común el fresno en el valle del Pancrudo y aún más lejos de los cursos de agua, sobre un collado. Mucho menos encontrar un ejemplar trasmocho y viejo. Este árbol es otro monumento vivo.

Entre tanto descubrimiento casi no le hicimos caso a los chopos cabeceros de los arroyos que, dirección Olalla, buscan el Pancrudo a través de la rambla del Sabinar.

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Tres especies diferentes de árboles trasmochos en Collados. ¡Y eso que no buscamos al sabimbre!