Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

domingo, 30 de junio de 2013

HUMO DE INCENDIOS FORESTALES DEL NORTE DE EEUU Y CANADÁ SOBRE ARAGÓN

En el atardecer del día 27 los cielos se tornaron rojizos y el día había sido extrañamente blanquecino, como las típicas invasiones de aire cálido sahariano de pleno verano.

Hasta ahí todo parecía normal pero... algo no cuadraba: tiempo fresco, viento del norte y el cierzo soplaba ya con fuerza a última hora de la tarde en Zaragoza, sin embargo esa bruma seguía en el cielo del atardecer. Conforme fue llegando la oscuridad el color del cielo ya recordaba al humo de los pavorosos incendios veraniegos, con esas típicas estelas oscuras que dejan el cielo manchado, como sucio. Fue extraño.

Mirando imágenes de satélite y buscando en la red dimos con la explicación. En efecto, se trataba de humo de incendios forestales, pero ¿de dónde, con una primavera e inicio de verano tan fresco y húmedo? No había noticias de grandes incendios ni en Aragón ni en toda España.

La respuesta estaba lejos, muy lejos, a casi 6.000 kilómetros (en línea recta). En Canadá. En esta impresionante imagen pueden verse enormes incendios forestales en pleno bosque boreal.

El final de la primavera y comienzo del verano está siendo seco y caluroso en amplias zonas de Norteamérica y Canadá. Algunos fuegos ya comenzaron en mayo.


Incendios forestales en Quebec, 19 de junio de 2013




Humo muy concentrado aun cruzando ya Terranova camino de Europa, imagen 23 de junio.

Durante estos meses de tiempo fresco en la costa occidental europea la cosa se ha caldeado mucho más de lo normal en latitudes altas de Norteamérica y Canadá, lo que está ahora propiciando grandes incendios forestales cuyo humo cruza el Atlántico "subido" en las borrascas y arrastrado por los fuertes vientos del oeste, de manera que durante dos o tres días ha ido a parar hasta nuestro tranquilo Mediterráneo, cruzando buena parte del país (especialmente cuadrante NE) y entrando con los vientos del norte que manda el anticiclón de las Azores, ese que no ha aparecido en buena parte del invierno y que ya lleva unos días funcionando como un gran aire acondicionado peninsular, bombeando aire fresco desde latitudes más altas, vientos frescos y húmedos, manteniendo bien a raya a la dorsal africana.

Observa estas imágenes de Modis en la que el humo sale hacia el Mediterráneo por los valles como si se tratase de una auténtica chimenea. Fueron al menos 3 días: 26, 27 y 28 de junio, con un máximo el día 27.

26-06-13
26-06-13
27-06-13
27-06-13
28-06-13
El día 27 no tomé ninguna fotografía, pero incluso el día 28 con cielos mucho más despejados al atardecer seguía quedando rastro de humo en capas altas:

Quisimos comprobar cuánto tiempo y de qué forma ha llegado ese humo hasta la puerta de nuestra casa, para ello nada mejor que recurrir al análisis de HYSPLIT. Para ello se escogió una altura de la partícula teórica a 4.000 metros sobre los cielos de Zaragoza a las 18 UTC (20:00 hora local) y se modelizó sus distintas posibles trayectorias durante las anteriores 250 horas. Efectivamente los vientos barrieron de este a oeste el norte de los EEUU y Canadá, transportando el humo a su paso, para llegar finalmente a los 7-8 días sobre el valle del Ebro.


Como se puede comprobar los efectos de cualquier desastre natural pueden llegar a sentirse a miles de kilómetros de distancia. ¿Qué pasaría si fuesen cenizas de un volcán y éste estuviese un buen tiempo en erupción? ¿Por ejemplo el súper volcán que hay bajo Yellowstone? ¿Y alguno de los grandes volcanes islandeses?

El 16 de mayo de 2010 pude captar estas imágenes desde Pozuel del Campo. Un extraño humo circulaba en capas medias y bajas a lo largo y ancho de todo el valle del Jiloca...



A esta última le subí el contraste


Todo hacía apuntar a que se trataba de restos de cenizas del volcán islandés Eyjafjallajökull, que había entrado en erupción el 20 de marzo de 2010 y una segunda mucho mas virulenta el 14 de abril, y había causado la interrupción del tráfico aéreo en Europa el 15 de abril de ese mismo año, pues arrojó ceniza volcánica a la atmósfera, llegando a una altura de varios kilómetros y extendiéndose por un área de miles de kilómetros cuadrados.


Los vientos del norte de aquellos días se encargaron, como en el caso del humo que hemos contado anteriormente, de traer las partículas desde miles de kilómetros de distancia hasta nuestros cielos limpios del Jiloca y más allá.

sábado, 29 de junio de 2013

EL RÍO ROYO

El río Pancrudo es bien conocido en la zona por sus crecidas y desbordamientos. La aparente calma y tranquilidad de sus aguas claras y cristalinas durante la mayor parte del año no esconde los peligros de este pequeño río de montaña mediterránea, conocido también, con buen criterio, como “río Matapanizos”, como otros ríos del Alto Aragón.

La última gran crecida del río Pancrudo tuvo lugar el 6 de mayo de 2004, alcanzando una altura máxima de 0,89 m. Se conocen avenidas mucho mayores, pero no aparecen reflejadas en el histórico de SAIH Ebro porque son anteriores a la puesta en marcha de este sistema.

nivel max río Pancrudo m

En cuanto a niveles medios, el pasado mes de marzo se produjo un pico que iguala al anterior (0,74 m), ocurrido durante la lluviosa primavera del año 2004, a comienzos del mes de mayo.

nivel río Pancrudo m 

El pasado día 8 hubo una pequeña crecida que más que por el volumen y el nivel alcanzado por el agua llamó la atención por el color arcilloso de las aguas y su extrema turbidez.

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Este color de las aguas del Pancrudo viene dado por la escorrentía en barrancos y ramblas de su margen derecha, especialmente entre Barrachina y Torre los Negros. Son barrancos cortos pero muy torrenciales. Resaltaba sobremanera entre la espesa y verde vegetación de la ribera.

miércoles, 26 de junio de 2013

BUSCANDO EL EQUILIBRIO

Los pasados días 30 y 31 de mayo tuvieron lugar en Cella y Villarquemado dos reuniones convocadas por los Ayuntamientos de ambos municipios, con objeto de informar de la posibilidad de acogerse a una figura jurídica, de protección medioambiental, que haría que la laguna del Cañizar y una perimetría que comprendería aprox. 3.000 ha fuera declarada Z.E.P.A. (Zona de Especial Protección para las Aves). Se contó para ello con la colaboración de personal técnico del Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. Los posibles afectados (agricultores, ganaderos y cazadores), ante los posibles cambios de prácticas de uso en  el desempeño de sus actividades, que podrían comportarles nuevas obligaciones con la Administración y con el Medio Ambiente –además de tener dudas de si éstas serían adecuadamente compensadas- no se mostraron partidarios de su implantación.

Aparentemente, a día de hoy, de poco sirvió el testimonio -en opinión de quien esto escribe- de un exalcalde de la zona de Gallocanta que, en los 90, vivió muy de cerca la  -entonces allí- importante polémica de si se implantaba o no una Z.E.P.A. Según este exalcalde, hablando en nombre de muchos de los allí afectados, después de más de 20 años, en general, el personal está satisfecho de los resultados. 

Hace aproximadamente una semana, desde la Plataforma Laguna del Cañizar (la cual, se opone, por las motivos que ella aduce, a la implantación de una Z.E.P.A. así como a la recuperación del humedal que desde la Fundación Laguna del Cañizar se viene impulsando) se difundieron por Cella y Villarquemado unos folletos informativos, en los cuales, en portada, podía leerse: "LA ZEPA... ¿ES UN CABALLO DE TROYA?". En el interior de dicho folleto se presenta una  información  objetiva, clara y veraz acerca del Decreto 204/2010, de 2 de noviembre, del Gobierno de Aragón, del Departamento de Medio Ambiente. Información alusiva a los usos y actividades prohibidas y/o incompatibles con la protección de un Humedal Singular; cabe recordar que la laguna del Cañizar está catalogada como tal (B.O.A.: 28/12/2012). Por otra parte, en la última página del folleto, se formulan 9 preguntas, las cuales en las recientes reuniones con la alcaldesa de Cella y el alcalde de Villarquemado han sido respondidas. También en esta página del folleto puede leerse: "La Plataforma Laguna del Cañizar no está en contra de la naturaleza, sus integrantes son jóvenes, mayores, agricultores, ganaderos, cazadores, amas de casa, profesionales varios... Todos amamos y respetamos nuestro entorno y somos los que conservamos nuestro Agroecosistema pues dependemos de él. Luchamos y lucharemos porque se mantenga su equilibrio [...]."

¿Dónde hay que firmar? Porque, sin duda, seríamos much@s, que, sin pertenecer a esta  Plataforma, suscribiríamos ese párrafo.  Ahora bien, sobre su última palabra, "equilibrio",  oscila la siguiente pregunta: ¿Dentro de ese "equilibrio", muchos seres de la especie humana, no estaremos anteponiendo en exceso nuestros intereses? En mi opinión, llevamos ya varios siglos, sobre todo el último, haciéndolo. Con los consiguientes desequilibrios en los ecosistemas terrestres y/o acuáticos (no entraré en detalles ni en pormenorizadas explicaciones; creo que existen muchos  ejemplos que avalarían esa opinión/afirmación).

Al fin y al cabo, todo agroecosistema debería velar porque su ubicación en la biosfera impactara lo menos negativamente posible en los constantes y con frecuencia sutiles procesos biológicos que tienen lugar en  ésta. Y no seré yo quien diga que aquí, en Cella y Villarquemado, se estaba haciendo mal hasta el año 2007. Pero recuperar, para la biosfera en su conjunto, la 3ª parte de la que fue una de las más importantes  lagunas de agua dulce de todas las naciones europeas ribereñas del Mediterráneo, y hacerlo como es debido: con un proyecto contrastado y consensuado técnicamente, con la información puntual y transparente a los vecinos de los pueblos afectados...,  hacerlo así, sería hacerlo mejor aún.

Respondiendo a la pregunta formulada en el folleto de referencia: una Z.E.P.A. no tiene por qué resultar un “caballo de Troya”. Además –como parece lógico suponer- las prácticas agroambientales que en ciertos momentos pudiera comportar, para las personas que manifiestan: “amamos y respetamos nuestro entorno” no tendrían que resultar enojosas o inasumibles. Y las compensaciones económicas no iban a faltar, pues cada vez más, también en la P.A.C., van a estar vinculadas a la conservación y protección del medio ambiente. Porque, más allá de esta coyuntura de crisis económica, existe una conciencia social en pro del medio ambiente que no para de crecer y empujar a que los poderes públicos garanticen no solamente la viabilidad de los espacios naturales protegidos, sino también la sostenibilidad de los agroecosistemas limítrofes. 

José Luis Pada

lunes, 24 de junio de 2013

FRESAS SILVESTRES: UN INDICADOR DEL DESARROLLO DEL SOTOBOSQUE EN REPOBLACIONES FORESTALES

Las fresas silvestres son los primeros frutillos de nuestros montes tras el duro y largo invierno. Generalmente estamos acostumbrados a ver fresas de gran tamaño en las verdulerías, pero ciertamente son variedades que no tienen nada que ver ni en aroma ni en sabor. Son más grandes, si, pero es lo único.

La fresa (Fragaria vesca) es una planta vivaz, siempreviva, que prefiere suelos húmedos, bien drenados, ricos en nutrientes y en humus; requiriendo huecos bajo el dosel arbóreo por donde le llega la luz solar, aunque no en exceso.


Forma parte de la familia de las rosáceas.  Sus tallos alcanzan unos 20 cm de altura, aunque generalmente observaremos un crecimiento horizontal, extendiéndose por el suelo. Presenta una roseta basal de donde surgen las hojas, trifoliadas, y los tallos florales, ambos de la misma longitud.
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Estas fresas son utilizadas en la alta cocina por sus delicados aromas e intenso sabor.

En Fonfría las fresas florecen a finales de mayo y junio bajo el pinar, sobre todo en claros del mismo. Las pequeñas florecillas blancas poco a poco pierden los pétalos y la fresa se va formando, primero verde y luego va virando hacia blanco amarillento y finalmente rojo.

El pinar de Fonfría es una extensa repoblación forestal de mediados de los años 50. Conviven masas coetáneas mixtas y puras de Pinus sylvestris y Pinus nigra. Durante varios meses se llevan haciendo unos trabajos de clareo con el fin de disminuir la densidad, en algunas zonas superior incluso a los 2000 pies por hectárea, es decir, casi la misma densidad inicial a la que se pusieron en su día.
 
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Estos pinares son fundamentalmente masas protectoras instaladas en los relieves más altos y pronunciados de la sierra de Fonfria y Pelarda, pero las elevadas densidades comprometen su crecimiento así como la regeneración natural tanto de la masa forestal actual como del sotobosque, prácticamente inexistente como consecuencia de la superposición de copas y el ambiente excesivamente umbrófilo incluso para especies más tolerantes como el rebollo (Quercus faginea) y marojo (Quercus pyrenaica). Por todo ello la apertura de claros que se van generando con los trabajos será aprovechada poco a poco por otras especies. Este es el caso, por ejemplo, de las fresas, pero también será una oportunidad para los antiguos pobladores de estos territorios, los anteriormente nombrados y otros más o menos exigentes.
 
IMG_2830 Foto en el límite de los trabajos. A la izquierda, monte trabajado, disminuida ya su densidad. Derecha monte original, obsérvese la diferencia de luz entre una y otra zona.

IMG_2820 El impacto visual de los trabajos puede minimizarse dejando algunos pies sin cortar dentro de las calles
 
Las repoblaciones forestales emplearon una gran cantidad de mano de obra en los pueblos donde se efectuaron, siendo un complemento económico muy importante en épocas de escasez. Los trabajos posteriores también (claras, podas, clareos) pero durante buena parte de los años setenta y ochenta la visión comercial del monte y de sus propietarios y gestores (ayuntamientos, comunidades autónomas, etc.) pasó a un segundo plano ante la falta de rentabilidad y el éxodo rural hacia las ciudades, coincidiendo también con la transferencia en materia de montes y medio ambiente a las CCAA. Eso y el auge de los movimientos conservacionistas, que habían contemplado durante años cómo los ingenieros arrasaban bosques autóctonos para colocar enormes plantaciones monoespecificas de pinos, en muchos casos de manera completamente injustificada. De esta forma el monte pasó poco a poco de ser un medio productivo principalmente a todo lo contrario, fomentándose más el aspecto de la conservación de los recursos (secundado también por la falta de recursos económicos para su gestión) y poco a poco se fue perdiendo por completo la cultura forestal de la que provenian y hacia la que iban dirigidos.

En los últimos años, los esfuerzos de los gestores forestales se han centrado así en la conservación del vuelo de los montes y los proyectos y trabajos posteriores han ido encaminados casi totalmente a la protección y prevención de incendios forestales, mediante la creación de nuevas infraestructuras y conservación de las ya existentes (fajas cortafuegos, fajas auxiliares, pistas forestales, puntos de agua). Asimismo las nuevas repoblaciones forestales han tenido en cuenta las especies autóctonas y los pinos ya no son los únicos elementos del nuevo paisaje arbolado de muchos montes, aunque siguen siendo importantes en determinadas zonas.

Actualmente tenemos la oportunidad de dotar a estos montes de una mayor diversidad, llevando poco a poco la masa forestal actual hacia fustales de menor densidad mediante aclareos sucesivos, repoblaciones de enriquecimiento e incluso, por qué no, hacia la renovación total de la masa en determinados rodales con indicios de regeneración natural mediante cortas a hecho (siempre que no exista riesgo de erosión y pérdidas de suelo). Estas actuaciones no deben verse por la población como una destrucción del pinar, sino como un paso más hacia la renovación de las masas forestales en el ámbito del aprovechamiento forestal sostenido. Hay sitio de sobra para todas las especies si se gestionan de manera adecuada en espacio y tiempo.
 
Fonfria 2009 Fonfría 2012
Fonfría año 2009 (arriba) y misma zona en 2012 tras los trabajos
Estos trabajos bien planificados mediante planes de gestión u ordenación adecuados pueden volver a crear una demanda de mano de obra, muy importante en nuestros pueblos en los tiempos que corren.

Los aprovechamientos forestales no deberían de ir reñidos con la conservación de los montes. Al revés, deben ser empleados para conseguir los objetivos mínimos de la ordenación forestal: persistencia y estabilidad de las masas forestales, rendimiento sostenido de sus productos y servicios y máximo de utilidades (leñas, pastos, hongos, etc.) y sobre todo para equilibrar las condiciones de las especies, intentando favorecer a las autóctonas en determinados enclaves de gran valor natural o singularidad.

viernes, 21 de junio de 2013

ALGAS VERDES FILAMENTOSAS EN LA RIERA, CRECIMIENTO BAJO PRESIÓN PERMANENTE

La sierra de Pelarda es una de las zonas menos secas de las comarcas del Jiloca y Campo de Daroca. Su clima, en cuanto a precipitaciones, puede considerarse casi subhúmedo, con valores medios de 550 mm., a pesar de su carácter mediterráneo y, por tanto, sus notables oscilaciones estacionales (máximos equinocciales) e interanuales.

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Imagen tomada de turismojiloca

El sustrato geológico está constituido por materiales detríticos silíceos (gravas y arenas) poco consolidados depositados durante el Cenozoico procedentes del desmantelamiento de macizos montañosos formados por cuarcitas y pizarras paleozoicas elevados durante la orogenia Alpina.

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Las aguas son recogidas hacia el sur de la sierra y se organizan en una red fluvial que vierte hacia el río Pancrudo a través de los términos de Olalla, Cutanda, Valverde, Collados, Godos, Nueros y Torrecilla del Rebollar. El caudal de estos arroyos depende estrictamente del régimen de precipitaciones, y su consideración puede pasar de riachuelos a ramblas. A nivel popular, y con un tratamiento algo optimista, son tratados como ríos. Me contaba Mariano Soguero que en Torrecilla, a mediados del siglo pasado y posiblemente tras la lluviosa década de los ‘50, los vecinos hablaban de la existencia de …. ¡siete ríos!.

Sean llamados ríos, riachuelos, arroyos, rieras o ramblas estos cursos de agua presentan importantes oscilaciones en sus caudales pudiendo en pocos meses presentar cerca de un metro cúbico por segundo a mostrar el cauce completamente seco.

La primavera y el verano pasado fueron muy secos. De nuevo hubo problemas de suministro de agua en algunos pueblos de la sierra de Pelarda.

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La rambla del Chorrillo de Nueros el pasado mes de julio.

Sin embargo, el otoño fue generoso en precipitaciones. Los montes fueron cargándose en humedad y los bosques hidratándose tras meses de sequía inclemente. El invierno continuó bajo el efecto de la inestabilidad y las borrascas entraron en la sierra, no tanto como en otras zonas del norte peninsular pero más que en otras próximas, como el Alto Jiloca. Las gravas y arenas de las rañas que conforman el sustrato litológico de la sierra comenzaron a recargar sus acuíferos, exhaustos tras varios años secos.

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El definitivo alumbramiento de del nivel freático se produjo tras un par de copiosas nevadas que dejaron sendos buenos mantos de nieve por todos los montes. Muchos de los arroyos comenzaron a funcionar a partir de marzo y en abril presentaban caudales tan cuantiosos como para activar los procesos erosivos en las zonas de depósito.

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Los cauces se han encontrado durante años como lechos secos. Los cantos y gravas serán ambientes difíciles por tratarse de terrenos demasiado permeables y por el recalentamiento al que están sometidos durante el periodo favorable para el desarrollo vegetativo de las plantas. Tan solo algunas gramíneas y otras plantas anuales de carácter xerofítico consiguieron colonizar estos sustratos. En los márgenes, espinos y zarzas acceden con problemas al freático e incluso son colonizados por tomillos y aliagas de las laderas próximas.

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Sin embargo entre las gravas y las arenas depositadas en estos cauces se han conservado las formas de resistencia de los organismos acuáticos que habitaban estos arroyos temporales. Huevos, propágulos, esporas, quistes, semillas ….. bien desnudas bien retenidas entre los filamentos de las algas llevan años soportando largos periodos de sequía y frío.

Uno de los productores más importantes en estos ecosistemas acuáticos son las algas filamentosas. Son clorófitos cuyas células se agrupan formando hilos de un color verdoso.

Algas verdes filamentosas. Foto: Universidad de León

En estos ambientes forman parte de la comunidad bentónica adhiriéndose a la superficie de las gravas y de los guijarros del lecho de los arroyos.

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Las clorofíceas filamentosas realizan tanto la reproducción sexual como la asexual. En esta última modalidad, los filamentos desprenden acinetos, unas células perdurables vegetativas dotadas de paredes gruesas que les permiten soportar las condiciones desfavorables. El cigoto resultante de la reproducción sexual almacena sustancias de reserva (almidón y aceites) y se protege por una gruesa pared celular transformándose en una forma de reposo capaz de resistir el frío y la sequía.

Desde marzo el lecho de gravas estuvo empapándose. Las formas de resistencia de estas algas verdes comenzaron entonces su activación, bajo unas condiciones de bajas temperaturas (heladas nocturnas), de fotoperiodo creciente y de caudales también en crecimiento, sobre todo tras las nevadas de marzo y abril. Estos sistemas fluviales pasaron del nada al todo en unas pocas semanas.

A lo largo del mes de abril, las corrientes de estos arroyos presentaban una gran energía. El abundante caudal, la velocidad alcanzada en sus cabeceras, el dinamismo del lecho cuyas gravas y cantos estuvieron durante días en permanente remoción …. ofrecían unas condiciones inestables en las que se produciría simultáneamente el inicio del desarrollo de los filamentos y la migración de estas jóvenes algas fijadas en la superficie de las partículas detríticas.

En el mes de mayo, tras pasar el pico del deshielo, aumentar las temperaturas y, sobre todo, crecer el número de horas de luz diarias, comenzó un desarrollo explosivo de las algas verdes filamentosas en los arroyos.

En la Riera de Nueros cambió incluso el paisaje.

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Algunas algas verdes de menor desarrollo tapizan los cantos de los rabiones, las zonas de corriente más intensa….

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Otras aprovechan los remansos que se forman entre los cantos de mayor tamaño al frenarse la corriente…..

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Otras formas se fijan a los depósitos de limos de los márgenes ….

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Las más, a los guijarros laterales, donde la rugosidad del sustrato frena la velocidad del agua ….

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Los procesos reproductores de las algas verdes se aceleran durante estos días. Se desprenderán células vegetativas aisladas y fragmentos de los filamentos; en otras especies se producirán zoosporas, esporas flageladas obtenidas por mitosis, y en otras aplanósporas, esporas esféricas carentes de flagelos. Al tiempo, se producirán gametos, más o menos semejantes, más o menos móviles, formando nuevos cigotos, nuevos individuos genéticamente diferentes, que funcionarán como formas de resistencia ante un eventual estiaje.

Estos propágulos son arrastrados por la corriente y colonizarán nuevos territorios aguas abajo. Pero no cesa la incertidumbre. No quedan muchos sustratos adecuados sin ocupar por otras algas verdes. La competencia es intensa. Hay zonas donde el sombreado de los chopos es denso limitando así la fotosíntesis. El nivel puede reducirse si junio viene seco y el verano se adelanta. La vida de estas algas también está sometida a múltiples presiones ambientales.

Para que luego nos quejemos del estrés en la vida actual.

miércoles, 19 de junio de 2013

CHABIER DE JAIME LORÉN, PREMIO BATALLADOR 2013

El pasado día 7 de junio la Asociación Cultural y Recreativa Peña La Unión de Calamocha celebró la gala de los premios Batallador en el teatro auditorio de esta localidad.

Los galardonados de este año 2013 fueron Manuel Pizarro (categoría provincial), Teresa Perales (categoría regional) el Club 4x4 Calamocha (comarcal) y el profesor Chabier de Jaime Lorén (categoría local).




En un emotivo discurso Chabier hizo un repaso de sus años de juventud en Calamocha y de cómo el destino hizo que volviese, esta vez a desarrollar su carrera profesional como profesor de instituto.

Quiso mostrar su agradecimiento a Rodrigo Pérez "mi compañero de departamento y amigo desde hace 17 años", sin olvidarse del resto de compañeros "comprometidos con la educación pública y rural, con los que hemos formado unos equipos que nos estimulan a diario a dar lo mejor de cada uno para formar futuros ciudadanos".

Agradecimientos también al Centro de Estudios del Jiloca en su 25 aniversario, que "me ha ofrecido la amistad de un equipo de investigación de una calidad y de un calor humano que ya lo querrían para sí muchas universidades".

No se olvidó tampoco de sus alumnos y ex alumnos, ni de sus padres, "que no escatiman esfuerzos personales para su formación", así como de todos los habitantes que "se esfuerzan a diario en darle un futuro a esta tierra empujando desde ese ayuntamiento, desde aquella asociación, desde sus empresas o desde la cabina del tractor".

Palabras de agradecimiento también para el colectivo naturalista del Jiloca, aquellas personas que "han sido decisivas a la hora de sacar adelante buena parte de los estudios o trabajos que he podido realizar en estos años".

Por último Chabier quiso agradecer a su familia, cuatro grandes batalladores "sin los cuales nada de lo que me haya podido hacer merecedor de este reconocimiento hubiera sido posible", en referencia a su hermano José María, a sus padres Rita y José y a Mari Carmen, su esposa.

Desde Natura xilocae queremos dar nuestra más efusiva enhorabuena a nuestro amigo y colaborador por el galardón recibido. Es sin duda un bonito y merecido reconocimiento y un homenaje a la trayectoria profesional y al compromiso con nuestra tierra, de este "profesor de instituto de pueblo", como el mismo se define con orgullo.

Estudios, publicaciones, proyectos de investigación... Multitud de aspectos relacionados con la naturaleza de nuestra comarca y de buena parte del sur de Aragón, y es que nuestro paisano es sin duda uno de los mayores referentes del naturalismo aragonés de los últimos tiempos.

domingo, 16 de junio de 2013

PRIMAVERAS HÚMEDAS …. ESPECTACULARES ORQUÍDEAS EN EL JILOCA

Muchas veces pensamos que tenemos que hacer muchos kilómetros para poder acceder a la naturaleza “salvaje” y así poder descubrir especies vegetales o animales que consideramos muy interesantes. Sin embargo, también debemos aprender a apreciar lo que tenemos muy cerca de nuestra casa…

Estamos en primavera (aunque este año, por las temperaturas, cualquiera lo diría), y es el tiempo en que empiezan a florecer numerosas especies de orquídeas. La contemplación de las orquídeas me parece todo un espectáculo, no sólo por las complejas y variadas formas que adoptan estas plantas, sino también por las vivas y llamativas coloraciones que presentan, y por lo “fascinante” que me resulta encontrarlas en estado silvestre.

El término orquídea, “orchis” en griego, hace referencia a la palabra testículos y le fue dado por un alumno de Platón tras su observación; y es que las orquídeas presentan en su base, bajo la tierra, un par de tubérculos redondeados que al observador le recordaron… pues eso, a unos testículos. En todo caso, fue Linneo quien adoptó la denominación de Orchidaceae para una familia de plantas muy numerosa, comprendiendo unos 600 géneros y unas 30.000 especies distribuidas por todo el planeta. En España se han registrado unas 62 especies (número parecido al de las que tenemos en Aragón), y muchas son las comunidades autónomas, territorios o provincias que cuentan con estupendos catálogos de orquídeas.

En el Jiloca recuerdo aquel “tímido” proyecto del año 2008 lanzado por Tomás Sanz (a través de Natura Xilocae precisamente), en el que proponía realizar un catálogo de fotografías de orquídeas del Jiloca. Desconozco exactamente si esta iniciativa ha cuajado, se ha desarrollado (si quiera por parte del autor),… o cual es el estado actual de la propuesta. En todo caso, propongo retomar la idea de Tomás y que esta primavera tan inusualmente húmeda de la que gozamos, salgamos al campo con nuestra cámara “a la captura” de estas preciosas flores que, a buen seguro, a todos nos cautivarán.

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Y es que ver de cerca orquídeas silvestres es como contemplar pequeñas obras de arte de la naturaleza. Sus flores son cigomorfas, es decir no simétricas, algunas de ellas tienen labios o labelos con una sorprendente forma de insecto (que sirven precisamente para atraer a los polinizadores), y unos espolones estilizados donde se acumula el rico néctar… No es raro que, con todos estos atractivos elementos en la flor, uno “se enganche” a fotografiarlas y contemplarlas con suma facilidad.

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En un reciente paseo por los Ojos de Monreal del Campo, me sorprendió una pequeña pradera bajo una chopera de plantación con muchas y vistosas florecillas de color amarillento que enseguida me figuré que eran orquídeas. Lo cierto es que no estaban en todo su esplendor, pues aún no se habían abierto las flores completamente, pero ya destacaban entre el herbazal y llamaban la atención, sobre todo, por su gran altura.

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Luego, revisando bibliografía, comprobé que se trataba de la especie Cephalanthera damasonium. (Mill.) Druce.

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Se trata de una orquídea que vive en el interior de bosques o formaciones boscosas cerradas, preferentemente en robledales y pinares, pero vemos que también en bosques riparios, en general en zonas sombreadas y húmedas, con herbazales.

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Puede alcanzar cerca de medio metro de altura, y tiene las hojas dispuestas helicoidalmente; morfológicamente se parece a Cephalantera rubra aunque se diferencian porque el tallo de C. damasonium es más erecto y glabro, y principalmente porque los tépalos de las flores de C. rubra son de color blanco marfil, cortos y nunca llegan a abrirse completamente. Tampoco hay que confundir C. damasonium con C. longifolia, que tiene flores más numerosas y de color blanco puro en su espiga floral.

Pilar Edo

viernes, 14 de junio de 2013

LOS VUELVEPIEDRAS … ¡SIN PLUMAS!

La llegada de la primavera viene acompañada de buenas noticias para los naturalistas, y más aún un año tan húmedo como el que estamos viviendo. Las primeras golondrinas cantando sin parar en los cables o viejas ventanas de nuestras casas, el melancólico canto crepuscular del ruiseñor, cunetas y yermos inundados de margaritas y ababoles son solo algunos ejemplos de la explosión de vida que ahora nos rodea. Pero hay una actividad que para muchos destaca sobre las demás, entre los que muy a gusto me incluyo: levantar piedras.

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Por cuestiones de salud este año no hemos podido prodigar mucho que digamos nuestras salidas al campo, pero ayer tantos días de sofá mirando por las ventanas fueron contrarrestados con una gran alegría. Cogimos la furgoneta, el equipo de naturalista básico (guías de campo, cazamariposas, redes para renacuajos, cámara…) y nos fuimos con idea de llegar hasta Guialguerrero. Pero no hizo falta llegar tan “lejos”. No pasamos del cerro de Santa Bárbara, entre Calamocha y Torralba de los Sisones. Como podemos ver en la primera fotografía, el campo está exuberante. Barrancos secos años tras años ven correr ahora pequeños regatos que no dudan en inundar las hondonadas para formar lagunazos en los que ranas y sapos desovarán.

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Y claro, había que levantar piedras. Por muchas que levantes, la emoción al agacharse y alzar una roca para sorprender a su posible inquilino es tan intensa como si fuera la primera vez. La mayor parte de las veces son las hormigas con sus pobladas colonias las que moran bajo el suelo, no por abundantes menos espectaculares. Otras veces la sorpresa es aún mayor. Escolopendras, alacranes, ratones, sapos, lagartos, eslizones, culebras e incluso víboras pueden esconderse a escasos metros de nuestras ciegas miradas.

Pero en este caso el inquilino era aún más singular: una culebrilla ciega (Blanus cinereus). Son muy escasas las citas de esta especie en la provincia de Teruel, tan solo una del año 1987 en la localidad de Tornos (hacia el pinar de Torralba de los Sisones), otra posterior en el cerro del Poyo (una muda), localidad en la que un vecino encontró (y mató) dos refugiadas debajo de unos ladrillos apilados en un corral y aún hay otra cita en la zona Guilaguerrero-La Zaida.

Lo peculiar de nuestro hallazgo bien merece unas cuantas palabras.

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La culebrilla ciega forma parte de la familia de los anfisbénidos, de distribución básicamente tropical, siendo el género Blanus el único representante europeo. Hasta hace pocos años sólo se reconocía una especie, pero estudios genéticos han separado las poblaciones del suroeste peninsular para formar una segunda especie casi indistinguible externamente.

La culebrilla ciega es un reptil con aspecto de lombriz de tierra. Los que viendo las fotos piensen que “es que es una lombriz” que se fijen con atención en las escamas y diminutos ojos para salir de dudas. Se trata de un animal de hábitos hipogeos, como bien demuestran todas las adaptaciones morfológicas de su cuerpo vermiforme: ojos atrofiados y subcutáneos, ausencia de patas, cabeza robusta y apenas diferenciada del resto del cuerpo para excavar sus galerías. Le gustan los suelos arenosos de ambientes mediterráneos y algo húmedos, no superando con frecuencia los mil metros de altitud, razones por las cuales es tan rara en nuestra provincia. Y no sólo en ella, sino que es escasa en todo Aragón, ausente de la franja norte y con citas puntuales repartidas por la provincia de Zaragoza. En el sur de la península es mucho más común, siendo de hecho una especie endémica de España y Portugal.

Las tres únicas citas que se tienen corresponden a un territorio que coincide con los montes que arrancan en El Poyo del Cid (San Esteban), la sierra de Valdellosa (Santa Bárbara) y los montes de Valdelacasa. Son cuarcitas ordovícicas afectadas por un ombroclima algo fresco. La cuarcita al meteorizarse desprende granos de arena, el sustrato sobre el que prosperan carrascales y rebollares que mantienen la humedad del suelo. Justo el ambiente requerido por la culebrilla ciega: suelos arenosos, frescos y ricos en humus.

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Su alimentación está basada en invertebrados, en especial hormigas y sus larvas, siendo a su vez presa sobre todo de topos, lagartos y culebras debido a sus hábitos hipogeos.

Especie totalmente inofensiva, tiene como es habitual en otros reptiles tres estrategias defensivas principales: la huida, enroscarse para proteger la cabeza y desprenderse de la cola (autotomía), motivo por el cual hay que tener mucho cuidado a la hora de manipularla.

Y para acabar, algunas recomendaciones por si alguien se apunta a este sano club de “vuelvepiedras humanos”:

  1. A la hora de levantar una piedra controlar siempre donde se colocan las manos, nunca por debajo y fuera de la vista.
  2. Hay que tener muy presente que al levantar la piedra podemos descubrir un inquilino de los “grandes”, no sea que del susto dejemos caer la roca y chafemos al pobre animal.
  3. Tras manipular la roca y sus posibles moradores hay que intentar dejar todo como estaba. Como siempre: lo mejor es que no se note nuestro paso y dejemos el menor rastro posible.

Así que ¡adelante!, a disfrutar de esta húmeda primavera.

Rodrigo Pérez (Texto) y Carlos Pérez (Fotos)

miércoles, 12 de junio de 2013

IV CURSO DE ORNITOLOGÍA PRÁCTICA DE LAS TIERRAS DEL JILOCA Y GALLOCANTA

Como en años anteriores, A.D.R.I. Jiloca Gallocanta, continúa apostando por la formación de calidad con la realización de la IV Edición del Curso de Ornitología Práctica de las Tierras del Jiloca y Gallocanta, en el marco de la oferta formativa de la Universidad de Verano de Teruel.

En esta ocasión, el grupo de acción local realizará esta actuación sin contar con ayuda del Programa Leader aunque si departamento de Conservación del Medio Natural del Gobierno de Aragón ha apoyado la iniciativa con medios propios.

ROQUERO ROJO MACHO

Macho de roquero rojo. Foto: Rodrigo Pérez

Cabe resaltar que los profesores han optado por colaborar desinteresadamente en el curso viendo la necesidad de fomentar este tipo de actividades de alto nivel científico en el medio rural aragonés. Así mismo también han colaborado SEO BirdLife, el Ayuntamiento de Gallocanta y las asociaciones Museo de la Naturaleza de Daroca y Amigos de Gallocanta.

AGUILUCHO LAGUNERO OCCIDENTAL MACHO

Macho de aguilucho lagunero. Foto: Rodrigo Pérez

Esta edición del curso comenzará el día 28 de junio, en Gallocanta, con dos ponencias: una primera que sirve para enmarcar el medio natural de las comarcas y su influencia en las comunidades de aves y la otra a cargo del director del curso Javier Lucientes sobre la evolución de la Laguna de Gallocanta.

El sábado 29 de junio, se realizaran salidas de campo por la paramera de Blancas, y por la tarde las lagunas de Gallocanta y Guialguerrero. Se espera realizar anillamientos en estas localizaciones para que los alumnos puedan ver las aves en mano.

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El domingo 30 de junio se visitara las hoces del rio Piedra, y podremos ver tanto rapaces como las aves del bosque de ribera, completándose también con una sesión de anillamiento.

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Esta formación contara con créditos de libre elección y para la formación permanente del profesorado, estando aun en estudio cuantos se obtendrán.

Todos aquellos interesados pueden ponerse en contacto con nosotros a través de la web de A.D.R.I. www.adri.es