Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

sábado, 31 de marzo de 2012

MANTENER LOS MECHINALES, SALVAR LAS AVES

Tras tiempo de abandono, se está viviendo una época de notable aprecio y compromiso de las administraciones por la conservación y el mantenimiento de los edificios históricos, públicos o privados, que forman parte del patrimonio cultural de nuestros pueblos. Castillos, iglesias, palacios, ermitas, lavaderos o fuentes han conseguido recursos económicos en la última década para su restauración.

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Ermita de San Juan en Cañada Vellida (Comunidad de Teruel)

En general, ha sido motivo de satisfacción popular, pues nadie duda de que estos edificios forman parte de la identidad cultural, del paisaje urbano y de la historia de una comunidad humana. ¡Qué tristeza ocasiona contemplar una iglesia en ruinas!

Estas construcciones humanas, además de su valor cultural e histórico, son capaces de mantener una comunidad biológica formada por especies propias de los roquedos. Plantas, líquenes, insectos, arácnidos, reptiles o aves que encuentran un hábitat apropiado para vivir, por la propia estructura del medio que les proporciona refugio y lugar de cría o por los recursos alimenticios que disponen.

Mochuelo común. Foto: Andalusian Guides

Los estudiosos de la aves saben muy bien que en cualquier iglesia o ermita de nuestras comarcas puede encontrar un buen número de especies. Lechuza común, mochuelo, chova piquirroja (graja, en Daroca), cernícalo vulgar, paloma bravía, vencejo común, colirrojo tizón, gorrión chillón, grajilla, estornino negro o avión común son habituales. Esta comunidad desempeña importantes funciones ecológicas en su entorno, algunas de las cuales (como el control de las poblaciones de roedores o de insectos) benefician claramente a las personas.

Pareja de cernícalos vulgares. Foto: Milan Oravec

Algunas especies, además, son escasas o están amenazadas (y amparadas por la legislación) en ocasiones, por la propia escasez de lugares apropiados para la nidificación en un territorio con un relieve poco escarpado, como es el caso de amplias zonas del Jiloca y el Campo de Daroca.

Por no hablar de la comunidad de murciélagos, interesantísimo grupo de mamíferos que están protegidos, que que también aprovechan las oportunidades que les ofrecen estos tranquilas construcciones.

Sin embargo, el valor natural de estos edificios no suele ser conocido o tenido en cuenta entre la sociedad.

Varios son los factores que determinan la comunidad biológica que sostiene uno de estos edificios. Localización, dimensiones, materiales y técnica de construcción, orientación ….. pero, sobre todo, abundancia de agujeros y resquicios. Algunos de ellos son producto del deterioro, pero otros son de carácter estructural. Es decir, forman parte de la propia factura de la obra. Es el caso de los mechinales.

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Lienzo de la iglesia de Perales de Alfambra (Comunidad de Teruel)

Los historiadores del arte y los arquitectos denominan mechinal al vano situado en un muro cuando se levanta un edificio y que sirve para introducir horizontalmente los palos o vigas que se emplean para montar un andamio. Cuando concluye la construcción, se retiran estas piezas de madera y quedan unos huecos en sus paredes. Estos son los mechinales.

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Ermita de la Virgen del Pilar en Monforte de Moyuela (Comarca de Jiloca)

Casi todos los edificios históricos presentan mechinales y no serían ellos mismos si desaparecieran.

En las obras de restauración de las iglesias o ermitas este aspecto no suele ser tenido en cuenta por los arquitectos. Los constructores suelen tapar los mechinales y lucir todo tipo de huecos. El Departamento de Medio Ambiente tampoco, salvo que esté expresamente reconocida la presencia de alguna especie rara o muy amenazada. Algo poco habitual.

Veamos algunos casos.

En la siguiente imagen puede contemplarse la ermita de la Virgen del Carrascal en Plenas (Campo de Belchite) antes de su restauración.

Plenas. Mis pueblos

y en la siguiente, cómo ha quedado tras los trabajos. Nótese la desaparición de los mechinales de la pared.

Foto: Turismo Campo de Belchite

Un ejemplo más cercano es el de la iglesia de San Juan de Bañón. Fíjese en los vanos que originalmente mantenía la torre y la fachada sobre la puerta.

Y el resultado tras las obras de restauración inaugurada en el año 2010.

 Bañón

Mantener los mechinales supone no desfigurar el edificio en su restauración y conservar una comunidad biológica cada vez más amenazada por los profundos cambios ambientales que se están produciendo en el medio rural. Y, no implica más gasto.

Un esclarecedor artículo sobre la conservación de la biodiversidad en la arquitectura sostenible puede consultarse pulsando en este enlace de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura.

VENCEJO COMUN

Vencejos comunes y campanario de la iglesia de Calamocha. Foto: Rodrigo Pérez

Las acrobacias de la pareja de cernícalos, los carruseles de vencejos en la fresca de la mañana o el silencioso vuelo de la lechuza común forman parte de la vida del pueblo, como lo son el toque de campanas o las procesiones religiosas.

José Antonio Sánchez y Chabier de Jaime

jueves, 29 de marzo de 2012

SÍNTOMAS DE PRIMAVERA

La primavera ya ha llegado a nuestros campos. Son varios los símbolos que se nos vienen a la cabeza: las primeras golondrinas, el buen tiempo, el aumento de horas de sol, el cambio de hora… pero uno de los que más definen ese cambio en la comarca es la floración de los almendros.

Imagen 158 Ramillete de flores en un almendro en Bello, 28 de marzo 2012

En el Campo Romanos ya están en flor. La primavera viene muy seca de momento y el verde de los sembrados languidece, pero la flor de los almendros rompe con fuerza y todo se tiñe de blanco.

Otro símbolo de la primavera es el canto de las primeras abubillas (que ya van en pareja). Incluso mochuelos emparejados o en sus primeros acercamientos. ¿Habrá llegado el autillo? quizá sea un poco pronto aun… también han llegado las primeras collalbas grises.

abubilla Abubilla en un montón de rocas junto a la ermita del Buen Acuerdo de Gallocanta, 28 de marzo 2012

mochuelo Este mochuelo descansaba en un montón de piedras cerca de la laguna de la Zaida. A pocos metros de el había otro, seguramente eran pareja, primeros acercamientos… 28 marzo 2012

collalba gris Pocas de momento, pero la collalba gris también se puede ver ya en nuestros eriales y pastizales rocosos

Una primavera que comienza muy seca pero con indicios esperanzadores de lluvias a partir de la semana que viene, coincidiendo, como no (a tenor de lo visto durante los últimos años), con la Semana Santa. Observa cómo está la Laguna de Gallocanta:

Imagen 168 El saladar luce ya con todo su esplendor, como en pleno verano

Pero hay indicios de cambio. El Índice NAO, del que ya hemos hablado en este blog, nos muestra cambios a la vista y una tendencia negativa, no parece que vaya a durar mucho, pero algo es algo…

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lunes, 26 de marzo de 2012

UN PASEO POR LA RIBERA DEL GUADALOPILLO EN ALCORISA

El Ayuntamiento de Alcorisa ha organizado este mes de marzo la 1ª Jornada de Medio Ambiente. Entre una amplia gama de conferencias, debates, mesas redondas, excursiones o películas se ha incluido un paseo por la ribera del río Guadalopillo a su paso por el núcleo urbano de dicha localidad. Un programa muy completo, al nivel de una sociedad dinámica y comprometida como la de Alcorisa. En muchos pueblos de Teruel nos gustaría contar con un cartel como éste.

Medio Ambiente

Así, el pasado domingo 18 acudimos a participar en dicha actividad. Con una veintena de vecinos y algunas amigas de Andorra formamos una comitiva dispuestos a disfrutar de la mañana.

Partiendo del parque, iniciamos un pequeño recorrido con el objeto de interpretar el paisaje, identificar los elementos del ecosistema y reflexionar sobre su gestión y conservación.

El parque es bastante extenso y reciente. Se ha construido sobre antiguas huertas y se encuentra muy próximo al río. En el centro hay un gran lago artificial con taludes de cemento y piedra natural y una gran pradera de césped ocupa el resto. Los árboles, casi todos de especies foráneas, aún son pequeños, pero queda un par de grandes y preciosos latoneros. A su paso por el parque, la ribera carece de árboles. Los chopos que había, nos comentan que los quitaron …. para evitar molestias a los paseantes. Una lástima, pues hubieran aportado sombra y algo de solera a este espacio público.

Enfrente, hacia el pueblo, los huertos están cerrados por muros en su fachada al río. En algunos crecen zarzas que acogen a mirlos que ya gorjean en pleno celo esta mañana tibia de final de invierno. El río lleva muy poca agua. Y esta tiene muy poca calidad en este tramo. La escasez de caudal y la lentitud de las aguas se manifiestan en la población de aneas y carrizos que ocupa el cauce, y en las basuras (envases y otros residuos plásticos) que quedan retenidas.

En la margen derecha, una espléndida hiedra tapiza una pared y un enorme zarzal se extiende por antiguos huertos y edificios ruinosos. Los mirlos encuentran en este rincón su refugio, un buen rincón, entre el parque los huertos y la ribera.

Salimos del parque por un sendero que sigue río abajo. Nos encontramos los primeros árboles ribereños, al principio tallares de chopo canadiense, pero también saúcos, pequeños olmos y alguna sarga negra, todos ellos enreligados por zarzales. La presencia de estos arbustos la marca muy bien una curruca capirotada, también en plenos juegos nupciales.

La ribera va ganando en naturalidad. Los chopos negros, todavía no muy grandes y de conformación bravía, predominan aunque también comienzan a verse los primeros álamos blancos. En la margen izquierda, queda algún viejo peral. Más adelante, el talud de un huerto está poblado por viejos latoneros, cuyas retorcidas y gruesas raíces desnudas denotan su edad y la pérdida de suelo, lo que contrasta con sus jóvenes tallos.

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Encontramos un chopo cabecero. El único que resulta claro. Su tronco alcanza los dos metros y le nacen varias vigas. Nos cuentan que antiguamente se aprovechaban las ramillas jóvenes que se cortaban regularmente para el ganado. Un uso muy propio del Maestrazgo y su somontano hacia el valle del Ebro.

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Lo habitual es encontrar chopos podados a poco más de un metro de altura y de cuyo tronco nacen varias vigas. El corte queda más alto que en un tallar pero bastante más bajo que en un trasmocho. Es una técnica que hemos visto en la cuenca del Jalón y que pensamos que no llega a ser la misma que conforma los chopos cabeceros.

Un enorme chopo requiere de siete adultos para rodearlo. Son árboles muy veteranos.

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Un gran sauce extiende sus grandes ramas en paralelo al suelo. También se conoce aquí su empleo tradicional para proporcionar mimbres con destino a la confección de cestos.

Y, un poco más adelante, una hermosa sarga negra forma un túnel sobre el propio río. Las aguas, liberadas de los remansos, corren veloces deslizándose por unos pequeños rápidos. En la orilla, las calas abren sus tiernas hojas apurando para florecer antes de que surja el denso follaje del soto. En las copas se oyen bandos de mitos y en los troncos pía un agateador común.

A su paso por la línea eléctrica, una compañía ha desmochado algunos chopos y álamos para evitar el contacto con los cables. Es posible que algunos puedan hacerse trasmochos si dentro de unos años los vuelven a podar.

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Durante el paseo nos acompaña Manuel Cirugeda, natural de Fuentes Calientes y con raíces en Fuenferrada. Es un veterano tirador de pinos y de chopos cabeceros que conoce bien el oficio y que recorrió en sus años jóvenes las riberas del Martín, Guadalope y Pancrudo. Trajo la herramienta para hacer trasmochos a un par de chopos negros. Le gusta el oficio. Maneja la motosierra con soltura. Estudia el punto de corte en el tronco para dejar zonas de rebrote que aseguren el futuro del árbol. Y analiza también la caída de los troncos para evitar accidentes. Es sabedor de una profesión difícil y arriesgada, que alarga la vida de los árboles y que, hasta hace poco, proporcionaba recursos en los pueblos.

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Sirvan estas líneas de homenaje a Manuel y a otros veteranos tiradores de vigas de chopo, amantes del campo y de los árboles, que han conseguido transmitir un patrimonio como son los viejos chopos cabeceros de los ríos turolenses.

sábado, 24 de marzo de 2012

LA PRIMERA GOLONDRINA

La mañana de ayer, mientras iba al trabajo, vi la primera golondrina de la temporada. Ignoro si por el Jiloca ya se habrá visto alguna, la primavera comienza a sentirse ya de verdad en el valle del Ebro. Tras el anuncio de lluvias y nevadas que finalmente se quedaron casi en nada en prácticamente toda la comarca vuelve el buen tiempo, un tiempo seco y estable que no nos abandona desde hace meses.

¿Dónde irán estas primeras golondrinas? se arriesgan mucho viajando tan pronto a tierras norteñas, pues la primavera puede sorprender con días fríos en los que los insectos son muy escasos.

Recuerdo un día de comienzos de agosto de 2009, mientras pasábamos nuestras vacaciones por el norte de Holanda. Tras salir de la urbe atravesamos en bicicleta pequeños pueblos cerca de Amsterdam camino de la pequeña isla de Marken, ubicada en la municipalidad de Waterland en la provincia de Holanda del Norte.

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Hacía un día espléndido, entre los 25 y 30 grados. El paisaje ya es conocido, un territorio llano con enormes extensiones de pastos donde el agua aflora casi por todas partes. Sin lugar a dudas un buen lugar para las golondrinas, puesto que no faltaban mosquitos e insectos en este tipo de ambientes con tanta agua y ganado pastando libremente.

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En uno de esos pueblines encontramos muy accesible un nido de golondrina lleno de pollicos. Resultaban encantadores, todos juntos, al menos había 4. Recordé los nidos de golondrina que encontraba de pequeño en el pajar, pero este, a diferencia de aquellos encima de la viga travesera del tejado, estaba completamente accesible. Se encontraba asentado sobre un soporte que deben de utilizar los lugareños para colgar el mástil de la bandera. Todo el mundo se paraba a verlo. Les hicimos una foto y seguimos nuestro itinerario.

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Lo del soporte de la bandera debe ser algo bastante común por lo que pudimos comprobar, como en esta otra foto del gato asomado a la ventana.

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Irremediablemente pensamos que en nuestro país algo así sería muy raro de ver. Los escarzanidos o escarbanidos se habrían ocupado de ello hacía ya días. Y los nidos ensucian las fachadas. Allí por lo que pudimos ver no. Los nidos, las golondrinas, todo forma parte de la tranquila vida de los pueblos y cualquier detalle se cuida al máximo.

fot 113 Una bonita casa con su réplica a escala para los pajarillos.

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A buen seguro estos pueblos del norte tan oscuros y lluviosos, donde el invierno se hace eterno, estarán esperando con ganas la primavera y el vuelo de las primeras golondrinas.

¡Nosotros también! ¡Sed bienvenidas!

jueves, 22 de marzo de 2012

TECK…..TECK ……….TECK

Copa redondeada y algo globosa con las hojas permanentes y algo endurecidas. Planta perenne que mantiene un denso follaje de color verde intenso durante todo el año. Las hojas son simples con un corto peciolo y forma redondeada. Se disponen opuestas a lo largo de los tallos y tienen un marcado nervio central. El tronco tiene la corteza lisa y grisácea cuando es joven, pero con los años se va agrietando y oscureciendo.

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Es el árbol de muchas de nuestras calles. Su tronco algo retorcido y su globosa copa, fruto de la metódica poda otoñal, forma parte del paisaje de nuestras calles y paseos. Es una especie muy austera, capaz de sobrevivir con poca agua en pequeños alcorques de un metro cuadrado, en ambientes con superficies blindadas por el pavimento o el asfalto, y entornos donde las agresiones humanas son frecuentes.

Hablamos del aligustre del Japón. Esta especie se introdujo en Europa a mitad del siglo XIX y desde entonces se ha generalizado por su fácil propagación, su escasa exigencia y por su crecimiento relativamente rápido. Puede alcanzar los 50 años y no levanta el pavimento tanto como los chopos o los plátanos de sombra. Su follaje permanente ofrece un aspecto de verdor incluso durante los largos inviernos de territorios como el nuestro.

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En Calamocha, es el árbol más común en las calles.

En esta época, aún puede observarse con sus racimos de frutos. Técnicamente son pequeñas drupas de color negro y forma esférica que contienen una carne aceitosa. Son pequeñas olivas, al fin y al cabo pertenecen a la familia de las Oleáceas, como la olivera.

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Con un poco de paciencia es fácil que, en su interior, podamos escuchar:

- Teck … teck …….teck ….

Es posible que, en primera instancia, no veamos nada especial. Pero si insistimos en la observación, al poco veremos un pajarillo algo robusto, con el plumaje gris sucio por el dorso y gris oliva por el vientre. Si tiene un capirote negro, como un bonete, se tratará de un macho. Por estas fechas, si este plumaje es marrón rojizo será una hembra.

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Es la curruca capirotada.

Es una especie propia de los ambientes boscosos con denso matorral. Es común en las riberas y en los bosques frescos, siempre que abunden los zarzales, espinos y madreselvas. Es decir, las selvas, ambientes a los que alude el nombre genérico que le otorgó Carlos Linneo: Sylvia. Está presente en el Jiloca durante todo el año, pero es especialmente abundante durante el paso otoña y, en menor medida, durante el prenupcial. Como ocurre estos días.

Las currucas capirotadas se alimentan de los últimos frutillos del aligustre del Japón donde obtienen provechosos lípidos que reponen sus reservas de energía. El denso follaje les ofrece protección y refugio en un entorno altamente humanizado. Las deyecciones blanquecinas sobre el pavimento indican su permanencia sobre los árboles.

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Las calles de los pueblos en estos días de final de invierno tienen pocas especies de pájaros. Casi todas de ambientes muy humanizados: estorninos negros, gorriones comunes y lavanderas blancas. Las discretas currucas capirotadas, ocultas en sus pequeños oasis forestales, les dan a las vías urbanas un aire diferente.

En ocasiones, los recortes de las ramas reducen en poco tiempo los recursos alimenticios que, por otra parte, deben competir con los gorriones comunes, usuarios habituales de los aligustres del Japón.

Dentro de unas semanas surgirán los nuevos brotes con hojas tiernas y lustrosas. Y, algo más tarde, los racimos de flores blanco verdosas de olores penetrantes. Pero para entonces ya estaremos en junio. Y las currucas ya no estarán por las calles, sino criando entre los zarzales.

martes, 20 de marzo de 2012

PLANTAMOCHA 2012

Un año más la Peña La Unión de Calamocha convoca a sus socios para ir al monte a plantar con especies autóctonas. Menos mal que esta semana va a llover algo y la tierra gozará de tempero.

Una gran iniciativa que esperamos vaya ganando año tras año más y más adeptos para que poco a poco vayamos dando un poco de impulso a la vegetación natural de nuestros montes, que de otro modo, tardaría decenas de años en recuperar superficie.

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Todo nuestro apoyo desde aquí a esta iniciativa de la Peña la Unión que bien podría extenderse a buena parte de las asociaciones culturales de nuestros pueblos.

lunes, 19 de marzo de 2012

UN AÑO SIN VOLAR

19 de marzo. Un año hace ya, un año de aquel incendio que se desató en Villel, incendio al que se dirigía la brigada helitransportada de Alcorisa, cuando tuvieron ese fatídico accidente que acabó con la vida de un Agente de Protección de la Naturaleza, el piloto del helicóptero y cuatro de los cinco brigadistas que viajaban a bordo, quedando herido de gravedad uno de ellos, Ángel Aznar.

Esta entrada va dedicada a todas estas personas, y por supuesto a sus familiares y amigos.

Especialmente, por mi relación personal con él, yo se la dedico a José Ramón Milian, el más joven de todos los fallecidos, el ornitólogo, el anillador, el amigo Ramón.

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Amante de su trabajo, cuantas veces hablamos de helicópteros y de incendios, quien iba a pensar que volando acabarían sus días, que volando se truncarían sus sueños de anillador.

Todavía recuerdo el último fin de semana que pase con él, fue en la Fiesta de las Grullas de febrero del año pasado. Allí estábamos felices, rodeados de pájaros y pajareros, anillas y buen ambiente. Estuvimos hablando de trabajo, de incendios, de música, pero cómo no, la conversación terminó en los pájaros. Ramón me contó una historia de un águila azor-perdicera que tuvo en las manos, de como el ave clavaba fríamente su mirada sobre todo aquello que llamaba su atención y me dijo literalmente “es el ave mas preciosa que he visto nunca”.

Ave en peligro, difícil de ver, ave de Ramón, ave que cada vez que veo me pone los pelos de punta.

Al día siguiente estábamos junto con Carmina y Carlos en la puerta del centro de interpretación de la Laguna. Un humo lejano asomaba por los sembrados. Bromeamos sobre el humo, diciendo que estábamos de fiesta que no nos llamarán para ir a apagar nada. Quién pensaba que un mes después si que lo harían. Nos llamaron, pero los brigadistas de Alcorisa, entre ellos Ramón, nunca llegaron.

Una vida que se pasó volando, volando como el águila perdicera que a Ramón enamoró con su mirada. Una vida con las aves y la naturaleza siempre presentes, una vida que disfrutó con intensidad y alegría, y que sabía transmitir a los que lo rodeaban. Una vida corta, que terminó como había discurrido, VOLANDO.

Agustín Catalán

domingo, 18 de marzo de 2012

ALEGAR I CALLAR

En el BOE del 5 de enero apareció la Declaración de Impacto Ambiental de la línea de alta tensión Mezquita de Jarque-Platea promovida por Red Eléctrica Española (REE). La Plataforma Aguilar Natural no está en contra de esa línea, pero sí del trazado escogido y de cómo se ha seguido el trámite administrativo. En realidad, no podemos saber si la elegida es la opción más recomendable.

De 10 corredores propuestos, REE sólo analizó uno en el Estudio de Impacto Ambiental, que es el que superó la Declaración del Ministerio de Medio Ambiente. De esta forma no se sabe qué perjuicios o ventajas nos depararían el resto de trazados, aunque con los datos que se exponían en la Memoria, el elegido era el peor.

Balsa del Molinar

La forma de recomendar y aprobar por parte de REE y Medio Ambiente tampoco ha sido clara. REE realizó el Estudio de Impacto Ambiental del corredor número 7, pero recomendó el 10 —que no había estudiado—. Medio Ambiente afirmó: “Por ello el promotor considera que la alternativa que mejor se ajusta a los condicionantes establecidos para la instalación de la línea eléctrica corresponde a la alternativa 7”. No, el promotor dijo que era la 10.

Además, no puede decirse que el trámite de información pública sirva de nada. Ni una sola de las alegaciones y sugerencias para analizar propuestas desde Aguilar y los pueblos de La Val se ha tomado en consideración. No se sabe para qué preguntan si van a ignorar a los afectados. Así ha pagado REE y Medio Ambiente las inquietudes de las localidades perjudicadas.

Sergio Benítez Moriana e Ivo Aragón, Plataforma Aguilar Natural

viernes, 16 de marzo de 2012

PLANTACIÓN EN MONREAL DEL CAMPO

Como en casi todos nuestros pueblos, a finales del siglo XIX y principios de XX (algunos incluso hasta 1970) roturaron montes públicos en épocas de intenso crecimiento demográfico para ponerlas en cultivo. En Monreal del Campo, esto ocurrió en la “Dehesa del Monte” consiguiéndose 360 hectáreas que se dividieron en 270 lotes entre los vecinos. Con el paso del tiempo, la emigración y la pérdida de población activa dedicada a la agricultura y a la ganadería, ocurría que un mismo agricultor llegaba a cultivar varias de estas pequeñas parcelas.

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En 1995, el Ayuntamiento, con la iniciativa de Julio Sánchez (el Agente de Protección de la Naturaleza) decidió acometer una reparcelación para conseguir menos campos pero más grande. Se aprovechó la ocasión para ampliar los caminos, construir puntos de agua, crear una zona de pastos arbolados y una red de setos y bosquetes entre las fincas. Es decir, una concentración parcelaria con criterios ambientales. Todo sabemos que las concentraciones son fuentes de conflictos en los pueblos. Esta, con mucho diálogo, consiguió no solo su aprobación sino también el apoyo decidido de los ganaderos, agricultores y cazadores, sino además el entusiasmo del resto de los vecinos que comprendieron que los objetivos eran más que agronómicos. Todo ello, con muy pocos medios económicos.

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El resultado.

Se consiguieron 55 parcelas de unas 6 hectáreas separadas por linderos de tres metros de anchura en los que se han plantado carrascas, rebollos, sabinas albares y negrales, pinos negrales y carrascos, azarollos, endrinos, escaramujos y enebros. En total 33 km. de linderos, de futuros setos arbolados.

En las zonas próximas al monte los campos se han dedicado a pastos arbolados. Es decir, en medio de las parcelas cultivadas con cereal o forrajeras (pipirigallo, sobre todo) se han plantado éspecies autóctonas de árboles que, con los años, formarán dehesas. Una estructura de vegetación de cultivo desaparecida en el Jiloca que genera importantes beneficios ambientales. Suponen 54 hectáreas.

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En enclaves irregulares o de condiciones desfavorables, salpicando aquí y allá entre los campos, se ha creado una red formada por 121 pequeñas masas arboladas (bosquetes) que suman un total de 96 hectáreas.

En total, en 2009, ya se habían plantado 151.000 árboles y arbustos consiguiendo reforestar 173 hectáreas con la implicación de los escolares, las amas de casa, los jubilados, los agricultores, los cazadores, los naturalistas y casi toda la población de Monreal del Campo, además de vecinos y amigos de otras localidades próximas.

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Pastizales arbolados. Foto: Adrián Domingo

Este proyecto tiene muchas virtudes agronómicas y ambientales pero, en mi opinión, la mayor de todas es la de haber sido capaz de aunar a personas con distintas formas de entender la gestión de los recursos naturales, poniéndolas a plantar árboles pensando en el futuro.

Este próximo 18 de marzo, tienes la posibilidad de sumarte a esta fenomenal experiencia. El lugar de encuentro es el polideportivo de Monreal del Campo. No hace falta traer herramienta, sólo ganas de compartir una mañana con los vecinos y de dejar una huella en uno de los proyectos ambientales desarrollados en Aragón en los que con menos recursos se han conseguido más resultados. El domingo ….. ¡a plantar a Monreal!

A esta iniciativa dedicamos el programa de ayer “En el rebollar” emitido por Onda Cero Calamocha.

lunes, 12 de marzo de 2012

MUEVEN LAS CAPARRAS

Durante los últimos fines de semana hemos podido recorrer algunas ramblas de la cuenca del río Pancrudo. Han sido días luminosos, de anticiclón, con ligeras heladas al amanecer pero con rápidos ascensos térmicos a lo largo del día. Un día, recorrimos el río Cosa, una grata sorpresa para el naturalista, otra los barrancos de Cañarramón y Carramonte en Torrecilla del Rebollar.

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En ambas jornadas hemos observado un mismo fenómeno.

A partir del centro del día, al atravesar los herbazales del fondo del valle, encontrábamos algunas caparras trepando por las perneras de los pantalones. Hemos llegado a contar ….. ¡hasta seis al mismo tiempo sobre una misma persona!

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Caparra es el nombre popular de la garrapata.

Estos arácnidos pertenecientes al suborden de los ácaros son estrictamente ectoparásitos. Extraen sangre de sus hospedadores mediante picaduras realizadas con unas piezas bucales llamadas quelíceros. Son parásitos permanentes ya que solo abandonan su hospedador para mudar (y no siempre) o para depositar los huevos. Entre ellas las que parasitan a los mamíferos en nuestro entorno son del orden Ixodida, las garrapatas duras.

Estos artrópodos tienen un complejo ciclo vital en el que pueden participar hasta tres hospedadores diferentes. Su ciclo puede transcurrir entre ocho y doce semanas o en varios años, en función de la abundancia de hospedadores ya que las fases inmaduras pueden sobrevivir sin alimentarse durante 18 meses.

File:Life cycle of ticks family ixodidae.PNG

Las hembras grávidas, con el abdomen enormemente distendido, realizan una puesta única de varios cientos de huevos que quedan adheridos a su cuerpo o depositadas en resquicios del suelo o de la vegetación. Las larvas que de ellos nacen son diminutas (sobre un milímetro) y tienen tan solo seis patas (y no ocho, lo que resulta propio para los arácnidos). Ascienden sobre el extremos de las pequeñas hierbas y se sujetan con los dos pares inferiores teniendo el delantero libre para asirse sobre el pelaje de algún pequeño mamífero en el que se fijará. Pueden esperar semanas o incluso meses. Cuando lo consiguen, succionan su sangre lo que les permite crecer para lo que deben realizar la muda. Entonces suelen dejarse caer al suelo, donde se transforman en una ninfa ya octápoda que deberá acceder a un nuevo hospedador, que puede ser de la misma especie o bien tratarse de un mamífero diferente. Una vez sobre el mismo, podrá extraerle la sangre suficiente para realizar la última muda, que realizará de nuevo en el suelo tras desprenderse de nuevo, originando un adulto. Siguiendo la misma estrategia, deberá esperar paciente hasta poder subirse sobre el tercer hospedador donde tendrá lugar la reproducción.  En esta fase, los machos muestran un escudo dorsal que se extiende por todo el abdomen, mientras que en las hembras esta pieza dura sobre les cubre la porción delantera, lo que les permite una acusada dilatación para acumular sangre. Tras la fecundación las hembras se dejan caer y realizan la puesta.

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Las caparras necesitan asegurarse el acceso a sus hospedadores. Y para ello, seleccionan para realizar la puesta o las mudas aquellos parajes con herbazales altos por donde es alto el tránsito de hospedadores. En nuestros montes, los ratones, musarañas, topillos, erizos, paniquesas, conejos, liebres o zorros recorren todo tipo de ambientes: campos de labor, matorrales abiertos, bosques o prados. Nosotros también nos hemos ido moviendo por todos estos ambientes. Sin embargo solo hemos cogido caparras al atravesar los secos herbazales del fondo de valle. Sin embargo, cerca de estos cursos de agua se concentran las poblaciones de mamíferos. Hay más movimiento, más tráfico: son las autovías de las garrapatas. Las habrá por todo, pero en menor densidad.

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Las crecientes temperaturas parecen haberlas activado y, hambrientas, acceden al primer caminante que se aproxime a la hierba sobre la que pacientemente aguardan.

Algunas opiniones sugieren que en la actualidad son mucho más comunes que antes. Tal vez la regresión de los rebaños de ovejas de los últimos años obligue a estos ácaros a buscar otros hospedadores como las personas. Se apunta a la influencia del incremento de las temperaturas como un factor de irrupción de especies de latitudes más cálidas pero también de cambio en las poblaciones autóctonas.

Una observación que me sorprende es que recojo muchas más caparras durante el final del invierno y principio de primavera que durante los paseos en los meses de verano, cuando la temperatura es más propicia para estos ácaros. No sé si es un hecho general o una apreciación parcial. ¿Qué os ocurre a vosotros?

domingo, 11 de marzo de 2012

LAS ÚLTIMAS DESPEDIDAS

Desde finales del mes de febrero hemos asistido al paso migratorio de la grulla común, que han sobrevolado nuestras cabezas siguiendo las autopistas invisibles que surcan nuestros cielos.

El día 25 de febrero fue un día de migración muy intenso, el 26 fue algo menor pues el viento del norte arreció un poco más, mientras que a partir del día 27 las condiciones meteorológicas fueron óptimas para animar a estas incansables viajeras.

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El paso migratorio del día 25 de febrero fue muy intenso y podían verse grandes bandos desde Zaragoza

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Incluso a última hora de la tarde, con cielos más enmarañados, los bandos eran muy importantes

Hoy día 11 de marzo vimos marchar desde el Parque Municipal de Calamocha uno de esos últimos bandos que apuran la invernada. Muy posiblemente sean grullas que han permanecido todo el invierno por nuestras tierras, que hemos visto por el valle comiendo entre los rastrojos de maíz, y que el buen tiempo de estos días ha animado a marchar a las lejanas tierras del norte.

El bando era de 140 ejemplares que han dudado bastante en emprender el viaje, pues aunque suave, soplaba algo de viento del noroeste. Han deshecho varias veces la formación en V (las sucesivas formaciones, puesto que suelen ser varias) y han ido girando y girando en buscar de corrientes térmicas que las hacen ascender a más altura.

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Finalmente han emprendido el viaje hacia el norte, aunque más allá han vuelto a girar y girar, y vuelta a empezar, hasta que se han perdido entre el horizonte azul y el relieve arcilloso del Cerro de la Tajada, más allá del Pago y sobre la divisoria del Jiloca y el Pancrudo.

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Recordad que podéis seguir en http://naturaxilocae.blogspot.com/p/grullas-anilladas.html todas las grullas anilladas vistas desde la temporada 2005-2006, una amplísima y excepcional base de datos (de las más completas de Europa, si no la que más) con datos recogidos por multitud de voluntarios, la mayoría de los incansables Amigos de Gallocanta. Un magnifico trabajo desinteresado cuya temporada actual acaba de concluir con los últimos datos añadidos correspondientes al paso prenupcial.

Hasta el otoño que viene amigas. Esperemos que vientos mejores soplen en estas resequidas tierras nuestras, cuando el cierzo de octubre nos traiga de nuevo vuestro grito agitado.