Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

jueves, 10 de abril de 2025

E.A. OJOS DE LA RIFA. MARZO 2025. UN MES DE LLUVIAS, AGUAS ALTAS Y SORPRESAS ORNITOLÓGICAS

Concluye el segundo mes de marzo en la Estación de Anillamiento de los Ojos de la Rifa (EAOR), en Caminreal.  

En lo meteorológico ha sido un marzo singular. Ha llovido más de la mitad de los días (17). La precipitación recogida durante este mes (42,4 mm) no ha sido tan copiosa como en otros territorios peninsulares pero sí claramente superior a la media en la zona (30,0 mm), tomando como referencia la Estación Meteorológica Puente Romano de Calamocha (serie 1993-2025)

Muchas noches con el cielo cubierto de nubes suponen muchas noches con temperaturas suaves. Y, por tanto, pocos días con heladas (tan solo 5), muy por debajo de lo habitual en el fondo del valle (12,7 de media en la citada estación calamochina). Muchos días nublos han sido también la causa de que la temperatura media del mes (7ºC) haya sido ligeramente más fresca de lo habitual (8ºC) al acceder con dificultad los rayos solares.

El nivel de agua del humedal ha continuado ascendiendo. Se alcanzó el máximo registro (24 cm de altura en la regleta) desde que la EAOR está en marcha.


La superficie inundada en los Ojos Altos ha sido también máxima, ofreciendo muchas posibilidades para las aves palustres a la hora de encontrar hábitat apropiado.


Esta mayor altura en el nivel del humedal ha ofrecido a la EAOR la máxima profundidad, un ambiente favorable para especies de ambientes palustres que gustan de aguas menos someras.

Estos datos contrastan con los de marzo de 2024 en los que el nivel de agua llegó a ser nulo.

La vegetación palustre y ribereña continúa con su desarrollo vegetativo. Algunas especies leñosas como el sargatillo (Salix atrocinerea) comienzan su floración ...

En el paisaje agrícola, se aprecia el crecimiento y el ahijado de las cebadas ...

y el rebrote de los alfaces ...


pero también las quemas de ribazos, acequias y prados ...


... lo que se lleva por delante a los arbolicos que intentan crecer entre los campos.

Los días lluviosos han coincidido con las jornadas de campo (el compromiso para mantener el esfuerzo constante en la EAOR no da tregua), lo que nos ha obligado a guarecernos en más de una ocasión en la furgoneta de Rodrigo y Eva, tanto para anillar a las aves ...


... como para hacer tiempo entre vuelta y vuelta a las redes. Incluso algún día hemos tenido que comer dentro de la "furgo" pero también hemos tenido raticos soleados para tal menester.


En lo ornitológico ha sido un buen mes: 55 aves capturadas de 16 especies. De ellas, 37 ejemplares de 12 especies en las jornadas del 06/07 de marzo y 18 y 10 en las del 19/20 de marzo, respectivamente. Estas cifras son muy superiores a las obtenidas en marzo del 2024 (22 individuos de 8 especies). Sin duda, las aguas altas de este año han influido en estos resultados. 

Continúa el paso migratorio de especies invernantes presaharianos, aquellas que pasan la estación desfavorable en la región Mediterránea. El caso más notable es el del mosquitero común (Phylloscopus collybita) con 26 capturas, casi la mitad del total mensual. Contrasta extraordinariamente este resultado con la única captura que se tuvo de este pájaro en el marzo de 2024. 


Continúa el paso del escribecartas de acequia (Emberiza schoeniclus) con cinco capturas, todas ellas concentradas en las jornadas de la primera quincena.


Otro caso es el del pechiazul (Luscinica svecica) con dos ejemplares anillados. Estos días de marzo coinciden ejemplares que posiblemente han invernado en los Ojos (un control de 10.10.2024) con otros que suponemos están de paso desde sus zonas de invernada del litoral mediterráneo hacia su zonas de nidificación en tierras septentrionales. 


Y algo parecido ocurre con los bisbitas alpinos (Anthus spinoletta). Las tres capturas se produjeron igualmente en la primera quincena. Esto sugiere que el mayor nivel de agua que se produjo en la segunda quincena permitió una mayor extensión de terreno con encharcamiento somero mientras que el entorno de la EAOR no les resultó tan favorable pues el ambiente ha sido más acuático que palustre.


El paso prenupcial de migrantes transaharianos ya está en marcha. Van llegando las primeras avanzadillas de mosquitero musical (Phylloscopus trochilus) que coincide con el paso del citado mosquitero común, el hegemónico en este mes, lo que permite apreciar muy bien las diferencias entre ambos.


Igualmente, están llegando los primeros ejemplares de carricerín común (Acrocephalus schoenobaenus), con su impecable plumaje renovado en tierras africanas previamente a su viaje hacia los territorios de cría del norte de Europa.


Otra especie común en los pasos migratorios es el acentor común (Prunella modularis) aunque también está presente de forma escasa durante la invernada en los Ojos de la Rifa, sobre todo, en las escasas arboledas con sotobosque que hay en algunas acequias. La EAOR no ofrece buenas condiciones para esta especie más forestal, pero algún ejemplar siempre se acerca a las viejas sargas ...


Decíamos que marzo nos ha traído algunas sorpresas. Una de ellas ha sido el primer ejemplar de andarríos grande (Tringa ochropus) ...


y el de pato fino o ánade azulón (Anas plathyrynchos), una especie que es sedentaria y reproductora en los Ojos de la Rifa.


Seguramente, estas capturas se pueden explicar por las aguas altas de marzo en el entorno de los Ojos de la Rifa y, especialmente, en el entorno de la EAOR, que ha favorecido la presencia de aves acuáticas. 

Con el andarríos grande y el ánade azulón se alcanzan las 53 especies de aves anilladas desde la puesta en marcha de la estación de anillamiento.

Entre las sedentarias, hemos vuelto a tener capturas (3) de tordeja negra (Turdus merula), posiblemente por haber comenzado el celo. Los machos están muy activos (y algo atolondrados) y se olvidan donde están las redes ...


Otras especies sedentarias anilladas han sido el buitrón (Cisticola juncidis) (2) ...


el ruiseñor de acequia (Cettia cetti) (3), el cagamangos o chachaví (Saxicola torquata) (2), el chochín (Troglodytes troglodytes) (1), el pechicorroyo (Erithacus rubecula) (1) y el triguero (Emberiza calandra) (1), cuyas grandes bandadas de los crepúsculos invernales han dejado de formarse. 

Termina el invierno y ... ¡a criar!








 












miércoles, 5 de marzo de 2025

E.A. OJOS DE LA RIFA. FEBRERO 2025. EL INVIERNO NO APURA

 Nos deja febrero

En cuanto a las temperaturas, un febrero suave. La media mensual ha sido de 6,6 ºC, superior a la media de este mes de la serie 1993-2025 en la Estación Meteorológica Puente Romano de Calamocha que es de 5,3 ºC. En casi la mitad de los días no ha llegado a helar. En algunas jornadas, incluso, las temperaturas mínimas han sido de 6 o 7 ºC sobre 0, inusuales para este mes.

Rosada matinal en los prados de los Ojos Altos de la Rifa

En cuanto a las precipitaciones, ha sido un febrero seco, aun más seco de lo que habitualmente lo es en el valle del Jiloca. La citada estación ha registrado tan solo 9,4 mm recogidos en este mes, menos de la mitad de la media (19,4 mm). Sin noticias de la nieve.

El nivel del agua en los prados de los Ojos Altos de la Rifa ha ido bajando, especialmente durante la segunda quincena. Actualmente la regleta marca 0 cm. Sin embargo, en las zonas donde se encuentran las redes se mantiene encharcada buena parte del sector 1 y casi todo el sector 2. Eso sí, someramente.

Prado de ranúnculos

En los campos del entorno, las cebadas siguen a lo suyo, creciendo hacia abajo haciendo raíces y, en superficie, formando su macolla de brotes.


La suavidad de esta fase del invierno se advierte por la floración de los pocos almendros que crecen tras el caseto del pozo a donde hemos tenido que desplazar nuestra estación. 


Los pasillos abiertos entre el carrizal facilitan la entrada de la luz en la lámina de agua y favorecen el desarrollo de las ovas, algas verdes filamentosas ...



Como puede verse en las tres últimas fotografías, hemos tenido días más nublos, como la segunda jornada (27 y 28), y días más soleados, como los de la primera ...


En ambos casos, fueron días sin lluvia y de muy poco viento.

La Estación de Anillamiento Ojos de la Rifa ha seguido dando resultados en febrero. Entre las jornadas de las dos quincenas se han capturado 79 ejemplares de 17 especies de aves, 19 en la de la primera quincena (8 especies) y 60 en la de la segunda (15 especies). Salvo un pájaro que entró en una nasa, todos los demás se recogieron en las redes japonesas. De todos ellos, 62 corresponden a ejemplares a los que se les puso anilla y 17 a controles de ejemplares que ya venían anillados, todos por nuestro equipo. Estos resultados casi duplican a los obtenidos en el mes de febrero de 2024, cuando se capturaron 43 ejemplares de 6 especies. Los buenos resultados de la segunda jornada de anillamiento del pasado febrero coinciden con los últimos días de calma atmosférica previos a la entrada de la dana que está afectando actualmente a la península Ibérica. No sabemos si existe o no relación entre ambos hechos.

En el pasado febrero la especie más abundante ha sido el mosquitero común (Phyllocopus collybita) con 18 capturas, en su mayor parte en la jornada de la segunda quincena. A la escasa población invernante en los Ojos de la Rifa parecen haberse sumado ejemplares en paso migratorio prenupcial, que descansan y se reponen cazando pequeños insectos voladores desde las sargas.


La segunda especie en cuanto a número de capturas ha sido el escribecartas de acequia (Emberiza schoeniclus), con 14 ejemplares. Se trata de una especie invernante que está marchando a sus zonas de cría del centro y norte de Europa. En la jornada de la primera quincena el 66,6% fueron hembras, mientras que en la de la segunda este porcentaje ascendió al 87,5%, lo que sugiere que los machos marchan antes hacia los territorios de cría.


Un caso similar es el del bisbita pratense (Anthus pratensis). Se trata de una especie invernante en la zona que en pocas semanas viajará a sus zonas de cría de la Europa atlántica y central. Al comparar el número de capturas de este febrero (6) con el del mes pasado (5) vemos cierta estabilidad. Al hacerlo con los mismos meses de 2024 en los que no se capturó ningún ejemplar, nos lleva a pensar que los Ojos de la Rifa han acogido este invierno a una buena población. Y más si tenemos en cuenta que ninguno de ellos se trata de un control. 



También ha sido una buena invernada para la becacina o recachadera (Gallinago gallinago). En febrero hemos capturado cinco ejemplares. Dos de ellos son autocontroles de ejemplares anillados por nuestro equipo durante el actual invierno (26.12.2024 y 24.01.2025). Si se le suman los de los meses anteriores, estamos hablando de 9 capturas, frente a la ausencia de ellas de la invernada 2023/2024. Buen invierno de becacinas ha sido este.


A diferencia de la primera, la segunda quincena de febrero nos ha traído cuatro pechiazules (Luscinia svecica). Dos de ellos fueron anillados por nosotros a primeros de noviembre lo que sugiere que han pasado el invierno en los Ojos de la Rifa. Aunque también pudo ocurrir que tan solo hayan estado presentes en la zona, de forma más o menos breve, durante el paso postnupcial hacia su cuartel de invernada y durante el paso prenupcial hacia la zona de cría.


Una especie invernante regular pero escasa en este humedal es el bisbita alpino (Anthus spinoletta). Este febrero hemos anillado un único ejemplar, también en la segunda quincena. Es el quinto de la invernada actual. Observamos que casi todos los registros se han producido a principios de noviembre y a finales de febrero. Esto hace pensar que tal vez se trate de ejemplares en paso y que la población invernante 
en la zona sea muy pequeña, al menos en comparación con la del bisbita pratense. 



La segunda jornada de febrero nos trajo cinco ejemplares de cagamangos o chachaví (Saxicola torquata), por ninguno en la primera. Es una especie sedentaria y abundante en los Ojos de la Rifa. Ahora bien, eso no significa que los ejemplares que observamos estén siempre presentes aquí. Cuatro de los cinco de los pájaros anillados tenían niveles de grasa medios o altos, lo que apunta a que puedan tratarse de individuos en migración que se han sedimentado temporalmente en la zona. 


Otra especie sedentaria en los Ojos de la Rifa es la torda o tordeja negra (Turdus merula). En la segunda quincena de febrero se han capturado más ejemplares (4) que desde primeros de noviembre (3). Uno de ellos era un ejemplar que anillamos hace más de un año (09.02.2024. Nos surgen preguntas ante estas observaciones sobre si la población disminuye durante el invierno o si se mantiene y en la salida del invierno están más activos demarcando su territorio.


Otra especie sedentaria en la zona de la que también tuvimos noticias en cuanto a capturas fue el buitrón (Cisticola juncidis), especie para la que se anillaron dos ejemplares. Hacía tiempo que no se producía ninguna. En concreto, desde octubre de 2024.


Otra especie sedentaria que hemos registrado este mes de febrero, por primera vez en la E.A.O.R. (hace la número 51) ha sido el agateador común (Certhia brachydactyla) con una captura. Aunque está ausente en los prados inundados y en los carrizales puede vérsele sobre los viejos chopos que rodean a huertos y que acompañan a algunas acequias. 
   

Se completó la jornada de la segunda quincena de febrero con capturas de otras especies sedentarias, como el ruiseñor de acequia (Cettia cetti) (2), el rojiñón o pajarel (Linaria cannabina) (5), el gurriato de reclija o de chopo (Passer montanus), el triguero (Emberiza calandra) (2), el chochín (Troglodytes troglodytes) (1), el chichapán (Parus major) (1) y el herrerillo común (Parus caeruleus) (1). 

¡A ver que nos trae marzo!

domingo, 9 de febrero de 2025

PAISAJES CONVERGENTES

Por remoto u hostil que resulte un territorio, el ser humano ha hecho todo lo posible para convertirlo en un hogar, en un paisaje. Entendemos el paisaje como una serie de elementos abióticos: relieve, hidrología, geología sobre los que se asientan componentes bióticos: flora y fauna. El ser humano moldea y trasforma el territorio para hacerlo habitable. El paisaje es pues el resultado de aplicar las soluciones posibles en cada época para permitir la supervivencia humana. En él quedan plasmados todos los “aciertos y desatinos” históricos que hemos ido cometiendo para solventar problemas geológicos, climáticos, altitudinales a los cuales había que sobreponerse. El ser humano ha modificado así el paisaje desde el pragmatismo que le imponía el momento presente. Cada árbol cortado nos habla de la dureza del clima; cada finca roturada tiene detrás una historia de hambre. Cuanto más adversa es una zona, más ingenioso hay que ser para poder habitarla sin acabar con todos sus recursos.

Chopos cabeceros del Altiplano Turolense


Chopos cabeceros en cauce de alta montaña turolense

Sargas y chopos cabeceros en la provincia de Teruel

Chopos cabeceros en un río de la provincia de Teruel

Sargas cabeceras en Ladakh (India)

Sargas cabeceras en Ladakh (India)

Sargas cabeceras en Ladakh (India)

Esta ecuación se ha cumplido hasta que se ha empezado a especular con el territorio, pero eso es otro tema del cual no hablaré.

Tendemos a pensar que nuestro paisaje amado es algo único, forjado en un momento que, sin saber muy bien por qué, se convierte en especial. Las experiencias que vivimos en estos lugares se quedan grabadas entre nuestras emociones y el solo hecho de recordarlo nos retorna a lo que vivimos allí.

Durante los últimos diez días de enero pude recorrer con unos amigos algunas zonas remotas de la India, en el distrito de Ladakh. Es una zona de alta montaña donde los pueblos serpentean muy por encima de los 3000 metros de altura a lo largo de arroyos estacionales y ríos.

La idea original del viaje era buscar uno de los felinos más esquivos del planeta, el leopardo de las nieves, además de otro tipo de fauna especifica de alta montaña. Haciendo honor al momento cumbre de la fantástica película “La vida secreta del Walter Mitty”, al ver al gato fantasma, preferí verlo que hacerle fotos. Sobre un escenario espectacular, este animal se desenvolvía con soltura inaudita, pasando desapercibido la mayor parte del tiempo. Me impresionó verlo en semejantes roquedos y me pareció cumplir un sueño que nunca antes había llegado a tener.

El felino no fue lo que más me impresionó de ese tramo del viaje; las emociones juegan sus cartas y se recuerda más una experiencia emocional que cualquier otra cosa. Para la búsqueda de fauna alpina recorrimos diversos pueblos desde Leh (3500 m.s.n.m.) hasta Hemis Shukpachan (3800 m.s.n.m.) para terminar en Hanle (4440 m.s.n.m.). Los numerosos arroyos de esta zona de alta montaña confluyen en el rio Indo. Este gran río nace en China, para atravesar la parte alta de India y recorrer Pakistán de norte a sur desembocando en el mar Arábigo tras más de 3000 km.

Toda la zona tiene un clima marcadamente continental, seco y frío: las precipitaciones son escasas y se producen mayormente en forma de nieve. Caen menos de 300 mm al año y la temperatura media anual, para hacernos una idea, está por debajo de los 5 ºC.

Plantación de nuevas estacas de sargas cabeceras

Plantación de nuevas estacas de sargas cabeceras

Es un territorio duro donde el crecimiento vegetativo se produce en unas escasas semanas al año y tan solo un reducido número de especies arbóreas es capaz de sobrevivir. Entre ellas pudimos ver pequeños reductos de bosques maduros de sabinar pero, sobre todo, dehesas lineales de bosques de ribera. Decenas de miles de sargas cabeceras jalonan todos aquellos cauces de alta montaña y se integran en los pueblos, teniendo muchas de las casas árboles cabeceros en el jardín y en las aceras. Creí reconocer al menos Salix purpurea y Salix alba. También vimos algunos chopos, aunque menos abundantes que los sauces. 

Doble protección perimetral para proteger ante el ganado

Chopos cabeceros a 4500 m.s.n.m.

Cuando diferentes lugares remotos generan elementos paisajísticos similares, se produce una especie de hermanamiento en la forma de vida. Existe cierta convergencia en el paisaje que atañe también a las emociones, a lo vivido allí.

Son lugares que, aunque más fríos, altos y escarpados que los ríos de los altos páramos turolenses, nos recuerdan mucho a ellos. Este sistema de manejo de cabeceros, común en ambos lugares, se encuentra en la India mucho más vivo y activo, tal como pudiera estar nuestro territorio de chopos cabeceros hace 50 años cuando la población tenía una mayor dependencia de ellos.




Los turnos de corta en los sauces indios parecen muy cortos. Se aprovecha sobre todo la rama fina para hacer las veces del cañicillo, a modo de bovedilla entre vigas. Los restos torcidos y pequeños se usan en las estufas de leña y los chopos más grandes para vigas. Llamaba la atención la gran cantidad de viveros y zona de nueva plantación de sargas de lo que serán futuros árboles. También la protección contra el ganado de algunos árboles y, sobre todo, lo que yo entendía como una leñera “en vivo”, con el árbol que te ha de calentar en la puerta de casa y en pie.

Apilando las varas cortadas del año

Uso de varas de sauce para techar

Restos de podas con los que se calientan en las estufas

Cuando culturas, idiomas, países y religiones diferentes de lugares que distan 7000 km han vivido y generado paisajes asombrosamente parecidos da mucho que pensar. La convergencia paisajística como remedio ingenioso ante la adversidad, se me representa en este caso como algo magistral, como una obra de arte que cobra vida. Medio mundo enfrascado en guerras motivadas por el consumo y el rápido cambio, frente a estos lugares donde aún se escucha el silencio, se palpa armonía y se tiene a un árbol en la puerta, como animal de compañía.

Viajando uno entiende mejor lo que le rodea en su vida cotidiana; aun así, me resulta difícil expresar lo vivido allí. Este hermanamiento paisajístico me hizo ir de Ladakh al Alfambra, a Sollavientos o al Pancrudo y mirar por un visillo la forma de vida ya casi extinta que tuvieron nuestros abuelos. 


Ribera del Afambra en Galve

Uge Fuertes (Texto y fotos)