Se marcha octubre.
En el Jiloca ha sido un octubre anómalo. Un avance de lo que pueden ser los nuevos octubres en este nuevo clima en el que ya estamos. Temperaturas suaves y escasas lluvias. Más que un octubre, un largo septiembre ... pero de los que secan las fuentes.
Como siempre, el ritmo de la estación lo marca la variación en la luz. El inexorable movimiento de la Tierra en torno al Sol. Mañanas y tardes, cada vez más breves. Días con cada vez menos horas luminosas. El decisivo estímulo en el funcionamiento de las aves.
Terminada la campaña de riegos y a pesar de la ausencia de lluvias, el nivel freático sigue recuperándose. Y eso se aprecia más en los Ojos Altos, los que alimentan los prados del Hondón, donde tenemos la estación de anillamiento ...
que en los Ojos Bajos ...
... donde el ascenso del freático tarda más en notarse.
Los cañizares ...
y las junqueras ...
... acusan la sequedad del suelo y la escasez de luz. La vegetación de los prados se agosta lentamente. Sin prisa.
Y, mientras tanto, toda una legión de pequeños forrajeros aprovechan las cada vez más escasas hierbas tiernas de los prados.
En algunos barbechos de suelo muy húmedo, entre las frescas gramas destacan los cardos zaiqueros .....
que se afanan en completar su ciclo anual ....
... antes de que los levante el aladro o los socarre una buena rosada. Estos prados son el hábitat de una diversa comunidad de insectos, entre los que destacan las polillas y mariposas, cuyas larvas pueden hospedar a las avispas negras.
En el entorno de los Ojos de la Rifa el paisaje lo dibuja, desde hace muchos siglos, el trabajo de los agricultores.
Los alfaces siguen creciendo tras el último corte ...
... y acogen a los primeros bisbitas pratenses, siempre discretos.
En las pinochas de los panizos, los granos ya están hechos y comienzan a secarse, al ritmo que lo hacen las hojas ...
Los girasoles de secano se cosecharon para el Pilar.
Los de la vega llevan el mismo camino, aunque con algo de retraso por no haberse terminado de secar las grandes tortas, para alegría de rojiñones, escribecartas y gurriatos varios cuyos bandos se mueven de aquí para allá.
La acequia que pasa junto al camino vuelve a mover. Ofrece agua a esta colección de granívoros y alimento a las primeras becacinas que arriban en su migración postnupcial desde las tierras del norte.
Muchos de los rastrojos de las patateras y las cebadas ya están levantados, abonados e incluso sembrados ...
En los ribazos de estos campos sobreviven algunas hierbas que han escapado a la reja del aladro. Son plantas amantes del nitrógeno y, por tanto, de crecimiento rápido. Destacan, por su tamaño, los bledos y las capitanas. Estos linderos funcionan -aunque no lo sean- como diminutos setos. Son, en realidad, estrechos herbazales. Tienen una flora muy similar a la de los barbechos viejos.
Y una fauna invertebrada propia, en la que no faltan saltamontes ...
y en la que pueden verse mariposas, algunas venidas de los frescos herbazales vecinos ...
La polilla vestal (Rhodometra sacharia), geométrido migrador cuyas orugas se alimentan de acederas y otras hierbas frescas
Los perdidos y ejidos salpican las parcelas y jalonan los caminos. Son terrenos igualmente nitrificados además de pisoteados, que incluyen también malvas ...
Mariposa azul común (Polyommatus icarus), un licénido propio de los herbazales europeos que gusta de la leguminosa Lotus corniculatus
y marrubios ...
Polilla y araña, cada una a lo suyo
Y es que los humanos vivimos entre agroecosistemas. En la península Ibérica desde hace muchos siglos. Aunque nos cueste darnos cuenta. La actividad agraria ha favorecido a ciertas especies que se han adaptado a los rápidos cambios que introduce en el medio físico. Las especies que nos acompañan.
El pasado octubre, en lo meteorológico, ha tenido algo de "veroño".
La temperatura media mensual en la Estación Meteorológica Puente Romano de Calamocha ha sido de 14,1ºC. Una temperatura que supera, como viene siendo habitual en las últimas ocasiones, a la media de dicha estación para el citado mes (serie 1993-2025), concretamente en un grado centígrado. En la segunda quincena se produjeron cinco días con mínimas superiores a los 10 ºC pero, rápidamente, una entrada de aire frío trajo las primeras heladas en dicha estación, que se concentraron en los últimos días del mes.
Como ya se adelantaba, octubre ha sido seco, como también lo fueron casi todo julio, agosto y septiembre. En la citada estación calamochina, durante las tres primeras semanas, se recogieron menos de 2,5 mm. Las precipitaciones significativas comenzaron con el paso de un temporal que apareció la última semana. En suma, el total mensual ha sido de de 28,3 mm, tres cuartos de la media de este mes (38,6 mm). En la estación meteorológica más próxima a la Rifa, la del yacimiento arqueológico de La Caridad, se recogió un volumen similar (26,4 mm) nos apunta Antonio.
Aún con todo, el ascenso del freático y el aumento del caudal de los Ojos Altos lo empezamos a notar la tarde del 19 de octubre con la formación de charcos en el Hondón. Unos charcos que se extendían la mañana del 20 anegando los hongos que asomaban entre la hojarasca del cañizar.
Como decía Antonio, "es como cuando se inunda un campo al levantar el tablón de la boca de una acequia".
Eso sí, la regleta desde finales de julio seguía reseca. Nivel 0. Es lo suyo en verano en un humedal tan intervenido y con un aprovechamiento hídrico tan intenso. E igualmente secos han seguido los prados donde disponemos las redes.
Las jornadas de la primera quincena (días 6 y 7) fueron de escaso viento, temperaturas altas y cielos despejados. Entre ambas se dieron 46 capturas de 11 especies.
En las de la segunda (días 19 y 20) las temperaturas cayeron notablemente al cubrirse de nubes el cielo y arreciar el viento fresco del oeste. El efectivo y la riqueza en las capturas fue similar al de la primera quincena, 47 ejemplares de 9 especies.
En suma, las jornadas de octubre de 2025 rindieron 93 capturas de 13 especies. Unas cifras ligeramente inferiores a las 99 capturas de 17 especies del octubre de 2024. Casi el mismo efectivo, un tercio menos de riqueza.
El número de aves capturadas del pasado octubre fue menos de la mitad del que hubo en el pasado septiembre (201 ejemplares). Una caída causada por el final de la migración postnupcial y, posiblemente, por la marcha de buena parte de los jóvenes locales de aquellas especies sedentarias de ambientes palustres. Caída no compensada por la llegada de los invernantes, más tardía y siempre escasa en estas tierras altas.
Dos especies han sido las más abundantes. Ambas migratorias pero de distinta estrategia. Una estival y la otra invernante. Y los resultados de ambas, como veremos, apuntan en la misma dirección.
El carricero común (Acrocephalus scirpaceus) es una especie migratoria que está presente en el valle del Jiloca entre abril y octubre, donde se reproduce en los cañizares de humedales y riberas abiertas.
En octubre se capturaron 18 ejemplares, 14 de ellos fueron anillamientos (el resto, autocontroles). En su mayoría se trataba de ejemplares jóvenes. Fueron habituales los que portaban un notable desarrollo del panículo adiposo en pecho y abdomen, la reserva energética necesaria para alcanzar sus cuarteles de invernada en el África subsahariana.
Esta cifra es notablemente inferior a la del pasado septiembre (50). Es lógico. Es la cola de flujo migratorio. El final de la pasa de estos pequeños cañiceros. Sin embargo, casi triplica a la que se obtuvo (7) en octubre de 2024. Pensamos que el verano se ha retrasado y que han alargado su permanencia en la zona (y tal vez en el oeste de Europa).
Unos que se van, otros que llegan.
El mosquitero común (Phylloscopus collybita) es una especie habitual en el Jiloca. Discreto en el breve paso migratorio prenupcial y muy común en el largo postnupcial. Pero con una continua presencia durante toda la invernada. Siempre en riberas y humedales.
En octubre de 2025 se han capturado 18 mosquiteros comunes. Todo anillamientos, ningún control. Son los primeros ejemplares tras el verano. La primera avanzadilla. Son casi la mitad de los que se capturaron en octubre de 2024 (33).
Al parecer el actual otoño, veroño decíamos, los mosquiteros comunes tienen menos prisa en bajar hacia el Mediterráneo. La pasa está por llegar.
La tercera especie en número de capturas es nuestro ruiseñor de acequia o cetia ruiseñor (Cettia cetti) con 13 ejemplares, de los cuales 6 han sido anillamientos y 7 controles, todos propios. No es raro siendo una especie sedentaria y más si se considera que la mayoría de ellos son jóvenes (8). Aunque no descartamos que algunos de ellos sean pájaros en dispersión juvenil.
El número de ruiseñores de acequia capturados en octubre de 2025 es muy similar al del mismo mes del año pasado (15). Y algo inferior al de los cayeron en las redes en septiembre de 2025 (17).
Carriceros comunes, mosquiteros comunes y ruiseñores de acequia, son pájaros de discreto plumaje marrón y pardo, de carácter inquieto, de dieta insectívora y propios del estrato inferior la vegetación palustre.
La cuarta especie en abundancia (14) del pasado octubre fue el buitrón o cisticola buitrón (Cisticola juncidis). Es una especie sedentaria y esto se pone de manifiesto en el alto número de controles (5), todos propios. Este pequeño pájaro es cada vez más frecuente entre las capturas de la EAOR. Multiplica a las obtenidas en octubre de 2024 (4).
Antes de entrar a dormir sobrevuelan el cañizar (y las redes) pero algunos pueden quedarse atrapados en ellas. En los dos crepúsculos en los que anillamos este mes ha ocurrido. Entre ambos, fueron ocho ejemplares. Todos fueron anillamientos. Ningún control.
En el pasado mes de septiembre no se capturó triguero alguno. Suponemos que estos emberícidos seguirán acudiendo a dormir a los Ojos de la Rifa durante el resto del otoño y el siguiente inverno. Mientras abunde la comida en la vega.
Los gorriones, que fueron abundantes en el verano, ahora escasean. En este mes de octubre se capturaron dos gorriones de reclija (Passer montanus) y un gorrión moruno (Passer hispaniolensis). Algo parecido a lo que ocurrió en octubre de 2024. Da la impresión de que con la llegada del otoño se produce un reemplazo en el dormidero. Los trigueros llegan, los gorriones se van. ¿A dónde?
Una alegría para los pajareros del Jiloca, por su escasez y belleza, es el pechiazul o ruiseñor pechiazul (Luscinia svecica). Tiene el plumaje del dorso marrón pero en el pecho muestra vivos colores, al menos durante la época de cría.
En octubre de 2025 se han capturado 11 ejemplares, jóvenes en su gran mayoría (9). Del total, 5 fueron anillamientos y 6 controles, todos propios. Esta cifra es similar a la del pasado septiembre (12). Y muy inferior a la de octubre de 2024 (19). Es probable que su pasa haya terminado.
Una especie de carácter sedentario y habitual en las redes es el cagamangos o tarabilla común (Saxicola rubicula). Gusta de los espacios abiertos. En la vega de Caminreal se le ve en los ribazos entre campos pero penetra en los prados cuando se retira el agua. El pasado octubre fueron capturados 4 ejemplares, 3 de ellos se anillaron (el restante fue un control), jóvenes en su mayoría (3).
Entre los últimos migrantes transaharianos se encuentra un único ejemplar de buscarla pintoja (Locustella naevia), otra especie amante de los herbazales frescos pero no demasiado inundados.
Se completa el listado con tres casos de especies sedentarias. Y con dos viejos conocidos.
El primer caso es el de la tordeja negra o mirlo común (Turdus merula) con una única captura. La de un macho anillado el 12.04.2024 con edad Euring 6 que vuelve a dejarse ver por los sargales del Hondón. 543 días sin noticias suyas.
El segundo caso es el del chochín (Troglodytes troglodytes), pequeño pájaro del sotobosque que ocasionalmente se acerca a las zarzas que crecen bajo las sargas. De las redes extrajimos un ejemplar que fue anillado como joven (código Euring 3) el 07.11.2024. Hace 347 días que no lo veíamos.
Y cerramos el listado con la cardelina (Carduelis carduelis). Son comunes en pequeños bandos compartidos con gurriatos, escribecartas y otros fringílidos sobre los campos de girasol. Habituales en las ramas altas de las sargas. Pero escasas en las redes por no tener mucho interés en los cañizares y en las otras hierbas altas del humedal. Aunque de vez en cuando tenemos alguna captura, como el jovenzano despistado que cogimos la mañana de la segunda quincena.
En las jornadas de octubre la estación de anillamiento ha seguido funcionando como lugar de encuentro de naturalistas amigos (en este mes con la largamente esperada visita de Rosa y la sorpresa de Marián, una nueva monrealera ;) ...
Con ratos para hablar de libros, de viajes, de iniciativas, de conservación de la naturaleza ... compartiendo unos cafés con leche calenticos, unas empanadas o unas cervezas frescas, según toque.
En las jornadas de la última quincena fuimos hablando de celebrar el segundo aniversario de la estación de anillamiento. Programamos fecha y plan. Nada nos hacía pensar que en pocas horas iban a desbaratarse todos estos proyectos.
La aparición en la laguna de Gallocanta de varios cientos de grullas muertas de gripe aviar nos obliga, en adelante y por un tiempo indefinido, a aplicar las directrices emitidas por SEO/BirdLife para reducir los riesgos en las aves y en los anilladores durante el anillamiento científico. Conocíamos estas recomendaciones que se recordaron tras aparecer algunos casos de gripe aviar en aves acuáticas en Andalucía. Veíamos como algo lejano. Pero nos ha llegado al Jiloca. Los Ojos de la Rifa, en el área de influencia de Gallocanta y con buena parte de su avifauna compartida exigen cambios en la metodología y en la participación. Es la hora de extremar las precauciones.













































2 comentarios:
Qué maravilla de crónica, con todos los detalles, las sensaciones, el paisaje, los pajaricos y las personas que hacen posible este lugar de encuentro. Gracias Chabier
Me ha salido anónimo pero soy Rosa
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