Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

jueves, 6 de noviembre de 2025

XV FIESTA DEL CHOPO CABECERO. ESTERCUEL 2025.

 Estercuel acogió el día pasado 25 de octubre la XV Fiesta del Chopo Cabecero. 

Introducción

Y parece que fue ayer cuando el Centro de Estudios del Jiloca y otras entidades locales decidieron hacer una fiesta para dar a conocer la riqueza ambiental y cultural que suponen los chopos cabeceros, unos árboles añosos y monumentales cuidados por generaciones de habitantes de los distintos pueblos. Y ya son quince años que nos han permitido disfrutar de ríos, pueblos y personas que los han valorado y a quienes les hemos agradecido su esfuerzo.

La Fiesta del Chopo Cabecero es una jornada anual que permite conocer las arboledas de álamos negros trasmochos mejor conservadas de Aragón. Estercuel tiene un magnífico bosque de chopos cabeceros, el mayor que puede encontrarse al este de la cordillera Ibérica.

Es una ocasión para celebrar la entrada del otoño en uno de los ambientes más hermosos. También un foro para celebrar y difundir las iniciativas que se están realizando en pro de su conservación. Y es, por último, un reconocimiento a la cultura popular, al paisaje y a la vida silvestre que se asocia a estos árboles centenarios.

 

Estercuel se sumó así a Aguilar del Alfambra, Torre los Negros, Valdeconejos, Ejulve, Aliaga, Cuencabuena, Lechago, Blesa, Huesa del Común, Badules, Allepuz, Jorcas, Torrijo del Campo, Cuevas de Almudén, Berge, Vivel del Río y Pancrudo, pueblos que han recibido la visita de personas procedentes de otros muchos lugares que quieren conocer y disfrutar de ríos, pueblos y personas que los han valorado y a quienes se les agradece su esfuerzo.

El lema de la Fiesta en esta ocasión, "Hacia una gestión forestal" hizo referencia a la escamonda (poda completa de sus ramas) que debe hacerse cada quince años para producir madera y mantener su vitalidad. Es el manejo tradicional que ha hecho centenarios a muchos de ellos. Si se abandona el aprovechamiento y quedan a su suerte, los árboles se vuelven decrépitos y las grandes ramas colapsan. Y, sobre todo, a la necesidad de abordar la conservación de los chopos cabeceros con la perspectiva de su valor paisajístico, cultural y ecológico con nuevos enfoques y métodos

Un paso en esta dirección es la iniciativa que puso en marcha el Ayuntamiento de Estercuel en 2017 por la que se escamondaron cerca de mil chopos cabeceros en su término municipal, permitiendoles que mantengan su vigor, lo que hizo delicioso el paseo.

Crónica de la jornada

En la plaza del Ayuntamiento, Joaquín Lahoz, alcalde de Estercuel, nos dio la bienvenida a gentes varias venidas de Andorra, Bajo Aragón, Zaragoza, Teruel, Jiloca y de tierras más lejanas como Cataluña o la Comunidad Valenciana ... 

antes de acercarnos al Monasterio del Olivar ....

para comenzar un paseo por la ribera del río Estercuel ...

... a través del sendero PR-TE 93.


El tiempo aguantó y salió el sol. Disfrutamos de una temperatura estupenda. Está claro que soplamos bastante por la mañana ...


... mientras que por la tarde dejamos que cayera una fina lluvia, tan agradable como necesaria, que llenó de silencio y tranquilidad el valle.

Antes de la excursión, en el claustro del Monasterio del Olivar, Ángel Sancho, investigador estercuelano, nos ilustró con unas oportunas referencias literarias sobre este centro monacal.  

Citó, en primer lugar, el papel desempeñado por Fray Jorge del Olivar, monje de la orden de la Merced, en la redención de Miguel de Cervantes, hechos que recientísimamente han sido llevados a la gran pantalla por el director Alejandro Amenábar en la película El Cautivo. Igualmente, también a modo de pincelada, comentó la novela Incierta Gloria, del escritor Joan Sales, llevada al cine en la película homónima dirigida por Agustí Villalonga, en la que, en el marco temporal del estallido de la Guerra Civil Española, la trama se desarrolla en el Monasterio del Olivar, al que llama Olivar de la Verge. Por último, nos contó que el dramaturgo Tirso de Molina escribió muy probablemente en el propio monasterio la obra La dama del Olivar que, hace unos años, fue representada en el pueblo por la asociación Jóvenes Estercuelanos en sus Encuentros con la Historia.

A lo largo del recorrido se fueron explicando diversos aspectos relacionados con los chopos cabeceros y con otros elementos del patrimonio cultural local.

Joaquín Magallón (Kiko), vecino de Estercuel, guió el recorrido y nos explicó los ingenios hidráulicos existentes a lo largo del mismo, incluidos los azudes, la canalización del agua al monasterio a través de una canal que aún se conserva el arco cerca de la cascada, y las norias hoy desaparecidas.

Chabier de Jaime, recordó que los chopos cabeceros son  auténticos monumentos vivos, el resultado del quehacer de la naturaleza y del saber de las personas, un tesoro etnológico, un singular elemento de la arquitectura vegetal en el paisaje y un patrimonio cultural único en Europa. 

Al alcanzar un formidable chopo cabecero en descomposición insistió en que estos árboles también son el hábitat de una variada comunidad de organismos pues ofrecen soporte, alimento y refugio a musgos, insectos, murciélagos y aves, entre otros. Incluso cuando están muertos.

En otra parada Ángel habló sobre el uso que se daba en Estercuel a los chopos cabeceros.

Las ramas obtenidas de la escamonda eran utilizadas como vigas en la construcción de edificios. Cortaban también las ramillas con hojas para alimentar a las ovejas y los finos tallos se les daba para que los rosigaran los conejos. Y, además, la leña se consumía en las estufas. 

Cubierta de la almazara de Estercuel con vigas procedentes de ramas de chopo cabecero

La escamonda periódica mantenía al árbol en un crecimiento prácticamente continuo e incrementaba su longevidad. Es un ejemplo de aprovechamiento sostenible. De esta forma la mayoría de éstos árboles adquieren unas dimensiones considerables, dignas de árboles monumentales.

Nos habló de la longevidad de estos árboles no siendo raros los ejemplares de doscientos años, el límite de edad propio de la especie, y es que son dos árboles en uno: un tronco centenario y unas ramas muy jóvenes.

Pilar Sarto se centró en la construcción de la historia de nuestros pueblos y nuestra microhistoria individual a base de pequeñas cosas, siendo en ese crecer individual y colectivo los chopos cabeceros, lugares importantes en nuestra infancia y juventud, que se valoran más cuando se miran con los ojos de quienes nos visitan, como en esta ocasión, y comienza a reconocerse un patrimonio que pasa desapercibido por cotidiano. 

Hay algo de pertenencia y de arraigo, de forjar identidades personales y colectivas en estos chopos, algo queda en nuestra manera de ser y de sentir”.

Pilar recordó las palabras de Eloy Fernández Clemente, otro comarcano amante de su tierra que decía: 

Es muy difícil luchar por lo que no se ama y, antes, amar lo que no se conoce bien”. 

Tras un descanso en la Caseta del Plano ... 

Ángel, de nuevo, nos mostró y explicó una singularidad del patrimonio hidráulico: las catarras. Se trata de unas acequias excavadas en un talud del monte, una obra de herencia árabe, que formaban parte del sistema de regadío tradicional del río Estercuel. Las aguas del río se derivaban desde un azud hacia una acequia para riego de los campos situados en la vega. En las zonas donde el río se encajaba y la acequia carecía de espacio para continuar, aquellos maestros del agua excavaban estas galerías en una roca poco consistente: areniscas y arenas de la Formación Utrillas (Cretácico). Igualmente abrían aberturas intermedias para acceder a su interior y realizar tareas de mantenimiento. 


Casi todos lo presentes asomamos nuestras cabezas en las catarras y algunas atrevidas penetraron en el interior de estas galerías.

Ya cerca del pueblo, junto al puente de la carretera, el motosierrista Herminio Santafé, moviéndose con agilidad sobre las cabezas y entre las vigas, escamondó dos robustos chopos. De nuevo, un trabajo espléndido.

Después se visitaron dos joyas que reúne Estercuel. 

El Centro de Interpretación del Fuego y de la Fiesta, situado en los sótanos del castillo-palacio, está dedicado a la Encamisada y a otras festividades locales y de la contornada.

Y el Museo del Aceite, el antiguo molino donde se prensaban las olivas, magníficamente conservado ... 

y cuya planta primera se ha convertido en un espacio expositivo. De hecho, estos días alojaba la exposición temática "El chopo cabecero, un patrimonio para el desarrollo rural". 

Mucho y rico patrimonio. Mucha actividad. Pero, con todo, conseguimos cumplir los tiempos previstos. 

Ya en el pabellón polideportivo, se inauguró la exposición fotográfica con las obras del X Concurso de Fotografía sobre el Chopo Cabecero ...

... tras la que se disfrutó de una comida popular, una estupenda paella con ensalada, helado y café. 

Al terminar de comer, la organización agradeció a los asistentes su presencia y a todos quienes colaboraron para hacer posible la fiesta, su esfuerzo.

La presidenta del Centro de Estudios del Jiloca, Mercedes Rubio, entregó los premios del concurso de fotografía, felicitó a los premiados y agradeció la participación a quienes enviaron sus obras, especialmente al alumnado del IES Lázaro Carreter de Utrillas.

A continuación se hizo la presentación del premioAmigo del Chopo Cabecero 2025 siendo el galardonado Miguel Ángel Lázaro Palacios (Calamocha, 1982) por su trayectoria como capataz forestal, agente de protección de la naturaleza, ingeniero técnico forestal, ingeniero de montes y ....¡escamondador de chopos cabeceros! Un enamorado, estudioso y divulgador de esos árboles.

Ha trabajado como brigadista y técnico en la extinción de incendios, como motosierrista de altura, en labores de gestión forestal y de espacios protegidos, así como en la ordenación de montes. En 2012 fundó, con Felipe Ruiz, la empresa Xiloforest que durante unos años escamondó cientos de chopos cabeceros en diversas riberas turolenses, tarea que simultaneó con su incipiente vida familiar y sus estudios. Estuvieron escamondando en cuatro de las fiestas que hemos hecho.

 Miguel Ángel sobre un chopo recién escamondado en Torre los Negros

Unos años más tarde, como APN realizó el inventario para el plan de gestión de los árboles trasmochos de la Arboleda Singular Ribera del Chopo Cabecero del Alfambra. Y, poco después, ya como Ingeniero de Montes en el Servicio Provincial de Teruel, puso en marcha proyectos de conservación árboles trasmochos en Aguilar del Alfambra y Jorcas. También colaboró con la Confederación Hidrográfica del Júcar en otras actuaciones de conservación de este tipo de arbolado en la Reserva Natural Fluvial del Alfambra, en Gúdar y Allepuz. Actualmente trabaja en la gestión de los montes de las Áreas Medioambientales del Jiloca y de las Cuencas Mineras donde sigue implicado en la conservación y la gestión de los chopos cabeceros.

Miguel Ángel agradeció el premio y se lo dedicó a su familia y a la gente cercana que tiene cariño por estos viejos árboles. Recordó que el aprovechamiento y la gestión es conservación y mantenimiento.

A continuación se anunció la localidad en la que se celebrará la XVI Fiesta del Chopo Cabecero. Tendrá lugar en La Hoz de la Vieja el 14 de noviembre de 2026. Dos representantes de la asociación cultural "La Foz y el Castiello" local tomaron el testigo para organizarla, junto con el Ayuntamiento, y se dirigieron al público para invitarle a participar.

El alcalde, Joaquín Lahoz agradeció a los asistentes su presencia y se congratuló de que nos hubiéramos acercado a Estercuel a conocer el pueblo y su riqueza patrimonial y nos invitó a volver. 

Y terminamos, como siempre, entonando el “SOMOS” de Labordeta, esta vez acompañados por la Deluxe Rock Band. Igual al año que viene proponemos al ayuntamiento de Zaragoza que nos lleven a la plaza del Pilar a los choperos con la orquesta a entonar el SOMOS.

Deluxe nos sorprendió a los asistentes con un concierto muy especial y muy potente

Al finalizar “el baile”, pudimos unirnos a la actividad “Teruel bajo las estrellas: rumbo al eclipse 2026”, organizada por ADIBAMA y que tuvo lugar en el Monasterio del Olivar. La lluvia impidió realizar la observación nocturna del firmamento. Sin embargo se mantuvo la visita guiada por Fray Fernando Ruiz, que supo transmitir su energía y cariño por el arte, la historia y el monasterio. 

Queda para otra vez ver estrellas y otros lugares de Estercuel. Las dos neveras y los dos Calvarios (el del monasterio y el del pueblo), la ermita del Pastor, el pairón de la Virgen y el Tromagal, otra joya de patrimonio natural.

Y con la satisfacción de haber pasado un día estupendo en el que todo salió fenomenal, nos volvimos “cada mochuelo a su olivo” después de conocer otro lugar especial que forma parte ya del patrimonio de todas y todos, haber saludado a los “fijos en las fiestas” y ver que para el año que viene ya hay relevo (y para otros, porque las peticiones siguen llegando).


El año próximo ... ¡nos vemos en La Hoz de la Vieja!

Pilar Sarto (texto). CELAN.
Rosa Pérez (fotos). CELAN.

Pilar 

viernes, 31 de octubre de 2025

E.A. OJOS DE LA RIFA. OCTUBRE 2025. UN VERANO QUE NO SE VA, UN OTOÑO QUE NO LLEGA.

 Se marcha octubre



En el Jiloca ha sido un octubre anómalo. Un avance de lo que pueden ser los nuevos octubres en este nuevo clima en el que ya estamos. Temperaturas suaves y escasas lluvias. Más que un octubre, un largo septiembre ... pero de los que secan las fuentes. 

Como siempre, el ritmo de la estación lo marca la variación en la luz. El inexorable movimiento de la Tierra en torno al Sol. Mañanas y tardes, cada vez más breves. Días con cada vez menos horas luminosas. El decisivo estímulo en el funcionamiento de las aves.


Terminada la campaña de riegos y a pesar de la ausencia de lluvias, el nivel freático sigue recuperándose. Y eso se aprecia más en los Ojos Altos, los que alimentan los prados del Hondón, donde tenemos la estación de anillamiento ...


que en los Ojos Bajos ...


... donde el ascenso del freático tarda más en notarse. 

Los cañizares ...


y las junqueras ...


... acusan la sequedad del suelo y la escasez de luz. La vegetación de los prados se agosta lentamente. Sin prisa. 

Y, mientras tanto, toda una legión de pequeños forrajeros aprovechan las cada vez más escasas hierbas tiernas de los prados. 


En algunos barbechos de suelo muy húmedo, entre las frescas gramas destacan los cardos zaiqueros .....


que se afanan en completar su ciclo anual ....


... antes de que los levante el aladro o los socarre una buena rosada. Estos prados son el hábitat de una diversa comunidad de insectos, entre los que destacan las polillas y mariposas, cuyas larvas pueden hospedar a las avispas negras.


En el entorno de los Ojos de la Rifa el paisaje lo dibuja, desde hace muchos siglos, el trabajo de los agricultores. 

Los alfaces siguen creciendo tras el último corte ... 


... y acogen a los primeros bisbitas pratenses, siempre discretos.

En las pinochas de los panizos, los granos ya están hechos y comienzan a secarse, al ritmo que lo hacen las hojas ...


Los girasoles de secano se cosecharon para el Pilar.


Los de la vega llevan el mismo camino, aunque con algo de retraso por no haberse terminado de secar las grandes tortas, para alegría de rojiñones, escribecartas y gurriatos varios cuyos bandos se mueven de aquí para allá.

La acequia que pasa junto al camino vuelve a mover. Ofrece agua a esta colección de granívoros y alimento a las primeras becacinas que arriban en su migración postnupcial desde las tierras del norte.


Muchos de los rastrojos de las patateras y las cebadas ya están levantados, abonados e incluso sembrados ...


En los ribazos de estos campos sobreviven algunas hierbas que han escapado a la reja del aladro. Son plantas amantes del nitrógeno y, por tanto, de crecimiento rápido. Destacan, por su tamaño, los bledos y las capitanas. Estos linderos funcionan -aunque no lo sean- como diminutos setos. Son, en realidad, estrechos herbazales. Tienen una flora muy similar a la de los barbechos viejos. 


Y una fauna invertebrada propia, en la que no faltan saltamontes ...


y en la que pueden verse mariposas, algunas venidas de los frescos herbazales vecinos ...

La polilla vestal (Rhodometra sacharia), geométrido migrador cuyas orugas se alimentan de acederas y otras hierbas frescas

Los perdidos y ejidos salpican las parcelas y jalonan los caminos. Son terrenos igualmente nitrificados además de pisoteados, que incluyen también malvas ... 

Mariposa azul común (Polyommatus icarus), un licénido propio de los herbazales europeos que gusta de la leguminosa Lotus corniculatus

y marrubios ... 

Polilla y araña, cada una a lo suyo

Y es que los humanos vivimos entre agroecosistemas. En la península Ibérica desde hace muchos siglos. Aunque nos cueste darnos cuenta. La actividad agraria ha favorecido a ciertas especies que se han adaptado a los rápidos cambios que introduce en el medio físico. Las especies que nos acompañan.

El pasado octubre, en lo meteorológico, ha tenido algo de "veroño". 

La temperatura media mensual en la Estación Meteorológica Puente Romano de Calamocha ha sido de 14,1ºC. Una temperatura que supera, como viene siendo habitual en las últimas ocasiones, a la media de dicha estación para el citado mes (serie 1993-2025), concretamente en un grado centígrado. En la segunda quincena se produjeron cinco días con mínimas superiores a los 10 ºC pero, rápidamente, una entrada de aire frío trajo las primeras heladas en dicha estación, que se concentraron en los últimos días del mes. 


Como ya se adelantaba, octubre ha sido seco, como también lo fueron casi todo julio, agosto y septiembre. En la citada estación calamochina, durante las tres primeras semanas, se recogieron menos de 2,5 mm. Las precipitaciones significativas comenzaron con el paso de un temporal que apareció la última semana. En suma, el total mensual ha sido de de 28,3 mm, tres cuartos de la media de este mes (38,6 mm). En la estación meteorológica más próxima a la Rifa, la del yacimiento arqueológico de La Caridad, se recogió un volumen similar (26,4 mm) nos apunta Antonio.

Aún con todo, el ascenso del freático y el aumento del caudal de los Ojos Altos lo empezamos a notar la tarde del 19 de octubre con la formación de charcos en el Hondón. Unos charcos que se extendían la mañana del 20 anegando los hongos que asomaban entre la hojarasca del cañizar.


Como decía Antonio, "es como cuando se inunda un campo al levantar el tablón de la boca de una acequia".
  
Eso sí, la regleta desde finales de julio seguía reseca. Nivel 0. Es lo suyo en verano en un humedal tan intervenido y con un aprovechamiento hídrico tan intenso. E igualmente secos han seguido los prados donde disponemos las redes.


Las jornadas de la primera quincena (días 6 y 7) fueron de escaso viento, temperaturas altas y cielos despejados. Entre ambas se dieron 46 capturas de 11 especies. 


En las de la segunda (días 19 y 20) las temperaturas cayeron notablemente al cubrirse de nubes el cielo y arreciar el viento fresco del oeste. El efectivo y la riqueza en las capturas fue similar al de la primera quincena, 47 ejemplares de 9 especies. 


En suma, las jornadas de octubre de 2025 rindieron 93 capturas de 13 especies. Unas cifras ligeramente inferiores a las 99 capturas de 17 especies del octubre de 2024. Casi el mismo efectivo, un tercio menos de riqueza. 

El número de aves capturadas del pasado octubre fue menos de la mitad del que hubo en el pasado septiembre (201 ejemplares). Una caída causada por el final de la migración postnupcial y, posiblemente, por la marcha de buena parte de los jóvenes locales de aquellas especies sedentarias de ambientes palustres. Caída no compensada por la llegada de los invernantes, más tardía y siempre escasa en estas tierras altas.

Dos especies han sido las más abundantes. Ambas migratorias pero de distinta estrategia. Una estival y la otra invernante. Y los resultados de ambas, como veremos, apuntan en la misma dirección. 

El carricero común (Acrocephalus scirpaceus) es una especie migratoria que está presente en el valle del Jiloca entre abril y octubre, donde se reproduce en los cañizares de humedales y riberas abiertas. 


En octubre se capturaron 18 ejemplares, 14 de ellos fueron anillamientos (el resto, autocontroles). En su mayoría se trataba de ejemplares jóvenes. Fueron habituales los que portaban un notable desarrollo del panículo adiposo en pecho y abdomen, la reserva energética necesaria para alcanzar sus cuarteles de invernada en el África subsahariana.

Esta cifra es notablemente inferior a la del pasado septiembre (50). Es lógico. Es la cola de flujo migratorio. El final de la pasa de estos pequeños cañiceros. Sin embargo, casi triplica a la que se obtuvo (7) en octubre de 2024. Pensamos que el verano se ha retrasado y que han alargado su permanencia en la zona (y tal vez en el oeste de Europa). 



Unos que se van, otros que llegan. 

El mosquitero común (Phylloscopus collybita) es una especie habitual en el Jiloca. Discreto en el breve paso migratorio prenupcial y muy común en el largo postnupcial. Pero con una continua presencia durante toda la invernada. Siempre en riberas y humedales.


En octubre de 2025 se han capturado 18 mosquiteros comunes. Todo anillamientos, ningún control. Son los primeros ejemplares tras el verano. La primera avanzadilla. Son casi la mitad de los que se capturaron en octubre de 2024 (33). 


Al parecer el actual otoño, veroño decíamos, los mosquiteros comunes tienen menos prisa en bajar hacia el Mediterráneo. La pasa está por llegar.

La tercera especie en número de capturas es nuestro ruiseñor de acequia o cetia ruiseñor (Cettia cetti) con 13 ejemplares, de los cuales 6 han sido anillamientos y 7 controles, todos propios. No es raro siendo una especie sedentaria y más si se considera que la mayoría de ellos son jóvenes (8). Aunque no descartamos que algunos de ellos sean pájaros en dispersión juvenil.


El número de ruiseñores de acequia capturados en octubre de 2025 es muy similar al del mismo mes del año pasado (15). Y algo inferior al de los cayeron en las redes en septiembre de 2025 (17).


Carriceros comunes, mosquiteros comunes y ruiseñores de acequia, son pájaros de discreto plumaje marrón y pardo, de carácter inquieto, de dieta insectívora y propios del estrato inferior la vegetación palustre.

La cuarta especie en abundancia (14) del pasado octubre fue el buitrón o cisticola buitrón (Cisticola juncidis). Es una especie sedentaria y esto se pone de manifiesto en el alto número de controles (5), todos propios. Este pequeño pájaro es cada vez más frecuente entre las capturas de la EAOR. Multiplica a las obtenidas en octubre de 2024 (4). 


La entrada del otoño favorece que el triguero (Emberiza calandra), tan territorial en su periodo de cría, comience a agruparse. Al atardecer forma bandadas que hacen su predormidero en los grandes chopos canadienses de su entorno.


Antes de entrar a dormir sobrevuelan el cañizar (y las redes) pero algunos pueden quedarse atrapados en ellas. En los dos crepúsculos en los que anillamos este mes ha ocurrido. Entre ambos, fueron ocho ejemplares. Todos fueron anillamientos. Ningún control.


En el pasado mes de septiembre no se capturó triguero alguno. Suponemos que estos emberícidos seguirán acudiendo a dormir a los Ojos de la Rifa durante el resto del otoño y el siguiente inverno. Mientras abunde la comida en la vega.

Los trigueros, siempre escasos de grasa en pecho y abdomen

Los gorriones, que fueron abundantes en el verano, ahora escasean. En este mes de octubre se capturaron dos gorriones de reclija (Passer montanus) y un gorrión moruno (Passer hispaniolensis). Algo parecido a lo que ocurrió en octubre de 2024. Da la impresión de que con la llegada del otoño se produce un reemplazo en el dormidero. Los trigueros llegan, los gorriones se van. ¿A dónde? 

Una alegría para los pajareros del Jiloca, por su escasez y belleza, es el pechiazul o ruiseñor pechiazul (Luscinia svecica). Tiene el plumaje del dorso marrón pero en el pecho muestra vivos colores, al menos durante la época de cría. 


En octubre de 2025 se han capturado 11 ejemplares, jóvenes en su gran mayoría (9). Del total, 5 fueron anillamientos y 6 controles, todos propios. Esta cifra es similar a la del pasado septiembre (12). Y muy inferior a la de octubre de 2024 (19). Es probable que su pasa haya terminado.


Una especie de carácter sedentario y habitual en las redes es el cagamangos o tarabilla común (Saxicola rubicula). Gusta de los espacios abiertos. En la vega de Caminreal se le ve en los ribazos entre campos pero penetra en los prados cuando se retira el agua. El pasado octubre fueron capturados 4 ejemplares, 3 de ellos se anillaron (el restante fue un control), jóvenes en su mayoría (3).


Entre los últimos migrantes transaharianos se encuentra un único ejemplar de buscarla pintoja (Locustella naevia), otra especie amante de los herbazales frescos pero no demasiado inundados.


Se completa el listado con tres casos de especies sedentarias. Y con dos viejos conocidos.

El primer caso es el de la tordeja negra o mirlo común (Turdus merula) con una única captura. La de un macho anillado el 12.04.2024 con edad Euring 6 que vuelve a dejarse ver por los sargales del Hondón. 543 días sin noticias suyas.


El segundo caso es el del chochín (Troglodytes troglodytes), pequeño pájaro del sotobosque que ocasionalmente se acerca a las zarzas que crecen bajo las sargas. De las redes extrajimos un ejemplar que fue anillado como joven (código Euring 3) el 07.11.2024. Hace 347 días que no lo veíamos.


Y cerramos el listado con la cardelina (Carduelis carduelis). Son comunes en pequeños bandos compartidos con gurriatos, escribecartas y otros fringílidos sobre los campos de girasol. Habituales en las ramas altas de las sargas. Pero escasas en las redes por no tener mucho interés en los cañizares y en las otras hierbas altas del humedal. Aunque de vez en cuando tenemos alguna captura, como el jovenzano despistado que cogimos la mañana de la segunda quincena. 


En las jornadas de octubre la estación de anillamiento ha seguido funcionando como lugar de encuentro de naturalistas amigos (en este mes con la largamente esperada visita de Rosa y la sorpresa de Marián, una nueva monrealera ;) ...


para aprender con los pájaros ....


Con ratos para hablar de libros, de viajes, de iniciativas, de conservación de la naturaleza ... compartiendo unos cafés con leche calenticos, unas empanadas o unas cervezas frescas, según toque.


En las jornadas de la última quincena fuimos hablando de celebrar el segundo aniversario de la estación de anillamiento. Programamos fecha y plan. Nada nos hacía pensar que en pocas horas iban a desbaratarse todos estos proyectos.

La aparición en la laguna de Gallocanta de varios cientos de grullas muertas de gripe aviar nos obliga, en adelante y por un tiempo indefinido, a aplicar las directrices emitidas por SEO/BirdLife para reducir los riesgos en las aves y en los anilladores durante el anillamiento científico. Conocíamos estas recomendaciones que se recordaron tras aparecer algunos casos de gripe aviar en aves acuáticas en Andalucía. Veíamos como algo lejano. Pero nos ha llegado al Jiloca. Los Ojos de la Rifa, en el área de influencia de Gallocanta y con buena parte de su avifauna compartida exigen cambios en la metodología y en la participación. Es la hora de extremar las precauciones. 

Pero, en que resulte posible .... ¡volveremos a juntarnos!