El río Piedra, a su paso por Torralba de los Frailes, atraviesa un territorio en el que afloran rocas carbonatadas cretácicas creando un cañón fluvial: las Hoces del río Piedra.
En amplias zonas de este paraje los estratos de calizas y margas están poco afectados por los plegamientos por lo que mantienen buzamientos moderados y, en ocasiones, son prácticamente horizontales.
La acción modeladora de las aguas salvajes ha creado un conjunto de amplias lomas cuyas resaltes coinciden con las calizas y las depresiones con las margas, generalmente puestas en cultivo.
Una serie de barrancos diseccionan este paisaje de lomas recogiendo sus aguas hacia el río. Justo antes de producirse su desembocadura en el fondo del cañón, el curso de un barranco corta paquetes de calizas competentes y poco buzadas. Allí la pendiente se acentúa. En estas condiciones, los barrancos funcionan como un torrente.
Hace unos semanas estuvimos mostrándoles a unos amigos el cañón del río Piedra en la parte de Torralba de los Frailes.
Unos días antes se produjo una violenta tormenta que descargó en pocas horas 100 L/m2 en zonas próxima (Odón). Tal vez en las Hoces no fuera tan copiosa pero, en cualquier caso, la descarga debió de ser lo suficientemente importante como para activar los barrancos aunque no lo suficiente como para reinstaurar el caudal en el río Piedra, que tan solo ofrecía pozas discontinuas.
En la desembocadura del Barranco Rubio nos encontramos el cono de deyección (o abanico aluvial) de un pequeño torrente.
Se trata de un torrente que tiene una cuenca de recepción de unas 120 hectáreas …
y de un canal de desagüe de unos doscientos metros de longitud …
En el piedemonte el torrente disminuye su pendiente de forma brusca. En estas condiciones, el agua pierde energía y capacidad de transporte. Antes de desembocar en el río -cuyo cauce muestra arcillas aún húmedas- las aguas del torrente tuvieron que abrirse paso sobre anteriores depósitos aluviales -movilizándolos- para depositar después su propia carga de sedimentos detríticos. Realmente la parte distal del abanico aluvial ha sido barrida por las aguas del río Piedra por lo que no se muestra de forma completa. Se aprecia el predominio de gravas y cantos de formas angulosas, lo propio en estos ambientes sedimentarios.
A pocos metros de distancia encontramos una depresión que debió inundarse en dicho episodio tormentoso….
Realmente funcionaría como un lago de dimensiones métricas. Esta poza en el lecho supuso un freno a la corriente transportada por el río reduciendo su energía y su capacidad de carga. Entre el cono de deyección y el pequeño lago se organizaban los sedimentos detríticos ordenados según su masa.
Los más próximos al área fuente eran los más pesados: las gravas …
Más adelante se disponían las arenas …
y, por último, se encontraban los limos y las arcillas …
… que llegaban a formar rizaduras (ripples) que se extendían hasta alcanzar el borde de la poza.
Los mismos fenómenos que tienen lugar en las grandes cordilleras pero … ¡a otra escala!
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