Este invierno dando un paseo por la ribera del Jiloca a la altura de El Salobral, entre Calamocha y Luco, podían verse imágenes como estas.
Sargatillos infestados de bolsas de plástico ….
de sacos de abono y otras piezas menores …
de toda la gama de polímeros orgánicos ….
los botes de pintura con los que adecentamos nuestras casas …
botellas de cerveza, de aceite, de agua mineral con la pureza de las altas montañas ….
o con vasos de San Miguel abandonados tras cualquier noche de verbena ….
Pero, ¿qué podía haber ocurrido en esta ribera? ¿Un concierto del FIB? ¿Una parada rave monegrina?
La tormenta que el 9 de agosto descargó en la comarca, con especial intensidad en el piedemonte de Sierra Menera, produjo una formidable crecida del Jiloca que fue motivo de temor e impresión entre los vecinos y origen de daños en las cosechas y de acequias situadas en la llanura de inundación.
Algo que suele observarse tras estas tormentas es lo limpias que se quedan las calles de los pueblos. Los desperdicios son arrastrados. ya no los vemos. Y no nos preocupamos de más pensando que estarán en alguna especie de limbo ….
Meses después de la riada, la ribera nos ofrecía solo una parte que quedó retenida en los arbustos o en los carrizales que quedaron inundados.
Sería interesante que a través de Ecoembes las empresas organizarán excursiones para que los ciudadanos pudiéramos conocer las consecuencias de la cultura del usar y tirar que sustenta nuestro bienestar.
Empieza a ser hora de cambiar algo nuestra manera de entender los residuos. Ahora casi todos los pueblos disponen de contenedores para separar los residuos domésticos. Es una cuestión de educación y respeto. Ahora no hay excusa alguna.
Y estos días de fiestas, las peñas son una buena ocasión para empezar a cambiar las cosas. Separar los residuos es una rebeldía ante la molicie y el espíritu matraco dominante. Por lo menos, la gente joven que formación ya ha tenido desde Educación Infantil….
En algunos pueblos turolenses empiezan a cambiar
las cosas. Para las fiestas de San Macario en Andorra, la comisión de fiestas y las propias barras venden ecovasos y animan a emplear platos y cubiertos hechos de almidón y rápidamente degradables. Con esto y otras medidas se reduce la generación de residuos plásticos.
Ah! Y las fiestas son igual o más de divertidas….
2 comentarios:
Los pescadores suelen organizar quedadas todos los años para limpiar el río. Desconozco si este año hicieron algo similar...
Que horrible, las personas si que contaminamos todo lo que tocamos.
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