El pasado mes de agosto fui invitado a dar una conferencia sobre los chopos cabeceros en la localidad de Alfambra dentro de unas jornadas culturales que organizaba un Grupo Literario Cultural Alfambra. Fue una actividad muy interesante. Acudió mucho público y hubo intercambio de ideas. Esta localidad todavía mantiene varios cientos de chopos cabeceros en sus riberas, a pesar de las talas y las quemas, algunos de ellas de dimensiones monumentales. Al final, José Antonio y yo nos quedamos a tomar una cervecica con los organizadores de la jornada, personas vinculadas familiarmente con el pueblo pero con residencia en otras tierras, valencianas supuse sin errar.
Y, como acostumbro, les animé a rebuscar paisajes con chopos cabeceros en las fotos antiguas que se guardan en las casas de estos pueblos. No es común, pero resultan documentos muy valiosos. Lo hice como el pescador que lanza sin mucha confianza el anzuelo. Me equivoqué.
Hace unas semanas me llegó el correo electrónico de Mila, una de las personas que organizaron la charla. En un adjunto me envió dos fotografías. Esta era una de ellas.
No era una foto guardada en alguna de las casas de Alfambra. Era una foto que procedía de una casa de la comarca valenciana de La Safor. Era una imagen de un grupo de soldados republicanos pertenecientes a la Brigada Mixta 22 Francisco Galán.
Las brigadas mixtas fueron las unidades militares básicas del nuevo Ejército Popular de la República durante la Guerra Civil Española. En ellas se integraban unidades menores de infantería, artillería y caballería. La Brigada Mixta 22 Francisco Galán fue organizada en noviembre de 1936 en la ciudad valenciana de Gandía.
Junto a ella me adjuntaba esta otra fotografía:
Me comenta Mila que estos tres soldados eran José Sanfélix Piera (su tío), Pedro Torres Sebastiá y Manuel Domingo Sampedro. Todos ellos naturales de Guardamar de la Safor (Valencia). En ella falta su padre, también presente en dicha brigada. Indica que fueron tomadas "cuando estuvo en Alfambra en la guerra". Este último formaba parte del equipo de transmisiones mientras que su tío José llegó a ser oficial.
La hierba no parece agostada, los árboles lucen sus pequeñas hojas verdes. La fotografía parece tomada en primavera. En la primavera de 1937. Allí están los chopos cabeceros, tan característicos en el valle del Alfambra y por entonces mucho más abundantes que en la actualidad. Con sus jóvenes brotes, estos álamos negros trasmochos seguían por entonces los turnos de poda de manera fiel. Algunos, como los de la primera foto, con varios árboles viejos y con troncos abiertos. Otros, como lo de la última, con ejemplares más jóvenes y vigorosos.
Por aquellas fechas ya había entrado en acción en el fallido ataque a la ciudad de Teruel en diciembre de 1936 y en la recuperación de las posiciones de las milicias catalanas en el sector de Rillo y Portalrubio en febrero de 1937. La foto corresponde al largo periodo de estabilidad del Frente de Teruel en el sector del valle del Alfambra y Alto Pancrudo durante la mayor parte del año 1937.
¡Cuánto debieron sorprender estos paisajes a estos jóvenes valencianos! Las tierras royas cerealistas tan distintas de los naranjales, los páramos calizos de los cabezos tan dispares de las marinas de Guardamar.
No imaginaban, por entonces, el riguroso invierno que se avecinaba, ni los bombardeos en los Altos de Celadas que vendrían, ni la retirada forzosa desde las posiciones de Sierra Palomera a que se vieron obligados. Nos añade Mila que el día de San Antonio (17 de enero de 1938), un día de mucho frío, se produjo el ataque de las tropas franquistas sobre Sierra Palomera con avance de caballería, bombardeos. Su padre pensó que había llegado el fin del mundo. En aquella dulce mañana primaveral no imaginaban tanto sufrimiento.
Estas dos fotografías también resultaron de utilidad a su tío José al cabo de la guerra. Le evitaron ir a la cárcel por haber alcanzado el grado de oficial. Uno de los compañeros de la foto era el hijo del primer alcalde franquista de su pueblo. Todo lo que hizo su tío, lo hizo el hijo de aquel alcalde.
Estas dos fotografías también resultaron de utilidad a su tío José al cabo de la guerra. Le evitaron ir a la cárcel por haber alcanzado el grado de oficial. Uno de los compañeros de la foto era el hijo del primer alcalde franquista de su pueblo. Todo lo que hizo su tío, lo hizo el hijo de aquel alcalde.
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