Volvíamos de conocer La Iglesuela. Al construir o ampliar las carreteras del Maestrazgo, sus profundos barrancos obligan a resolverlos mediante largas bajadas y cuestas de acusadas pendientes. Al bajar por una de estas vimos al otro lado un campo de color morado. Completamente morado. Dimos con una salida y bajamos del coche para verlo.
Era la espuela de caballero (Consolida orientalis), un planta anual que suele crecer en los campos de cereal y en otros ambientes muy nitrificados como márgenes de caminos o eriales muy pastoreados y sobre terrenos removidos.
Prácticamente no había otra planta. Me hizo dudar. Parecía un monocultivo. Pero no, no lo era.
Lo había visto entre ababoles y otras plantas arvenses por el Maestrazgo formando en campos poco rociados de herbicida.
Mientras nos entreteníamos contemplando este espectáculo de color salió de la masía cercana un joven y le preguntamos. Bromeando nos dijo que en la sierra andaban divididos sobre el origen de esta planta pues algunos decían que las sembraban "los de Podemos", por aquello del color de este partido político.
La explicación estaba al fondo, tras el muro de piedras. Era una granja. Esta planta se ve beneficiada por el aporte de purines a los barbechos. Si no se labran estos barbechos en mayo se forman estas praderas monocolores.
Un paisaje bellísmo pero efímero. Si puedes, ¡disfrútalo!
1 comentario:
Interesante, si yo pudiera ver este campo de flores con mis propios ojos también lo contemplaría, solo espero que las personas que viven cerca ayuden a protegerlo para que exista por muchísimo tiempo.
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Trabajo en una compañia de gas mexicana.
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