Cuando nos hicimos casa en el Rabal nos quedaba un buen terreno para hacer un huerto. Como aquello habían sido pajares y eras de trillar, después de darle una labor con arado, conseguimos llevar varios camiones de tierra que sacaban de una excavación en la Huerta Grande. No era aquella una tierra muy buena, pues se trataba de arenas calcáreas con muy poca materia orgánica, pero a base de echarle sirle y humus del compostador, con los años ha ido oscureciéndose y ya parece otra cosa.
Desde entonces, salvo uno, todos los años pongo en marcha el hortal. Extendiendo el compost en febrero, labrando en marzo y comenzando a plantar o sembrar en abril. Es entretenido y saludable, el jardín más bonito, pero el más exigente. Hay que estar encima. Plantar, sembrar, regar y, sobre todo, quitar hierbas.
Más o menos me conozco a todas las hierbas que invaden el terreno del huerto. Son, poco más de media docena de especies. Predomina una gramínea de espiga compacta (Setaria sp.) y la verdolaga (Portulaca oleracea). Como me dijo un anciano, las malas hierbas son hijas de la tierra, las que nosotros plantamos, sus hijastras.
Al principio las quitaba con la azada, pero me he dado cuenta que se daña mucho a las raíces de las plantas cultivadas. Últimamente, desde que tenemos gallinas, las arranco con las manos y se las doy para que coman plantas verdes. Agradecen cada mañana la verdura fresca.
Este año se ha producido una gran novedad en el huerto. Desde muy pronto observé que nacían por doquier unas plántulas que no había visto nunca antes aquí. Tenían un olor muy intenso y desagradable al tocarlas. Era estramonio. Estaba claro.
No tardé nada en saber su origen.
Este otoño compré varios sacos de pipas cultivadas en la huerta de Calamocha. Se las echaba a las gallinas en la tolva y las comían muy bien. Me llamaron la atención unas semillas negras, ásperas y aplanadas, de unos 3 mm de diámetro, que se quedaban en el fondo del gallinero, pues las gallinas no las tocaban.
Lo demás, es fácil de imaginar. Las semillas caídas al suelo del gallinero, con el pajuzo y la gallinaza fueron, a lo largo del invierno, al compostador. Y, poco después, al huerto. Las tres pasadas de motozada hicieron el resto.
Llevo un par de meses arrancándolas del huerto. Hace una hoja grande y le quita la luz a los cultivos. menos mal que se arranca con facilidad. ¡A ver si las pipas de este otoño son de secano! Pero con lo seco que viene el verano ... ¡lo dudo!
2 comentarios:
Mis 2 webs (sin publicidad) pueden interesar a ustedes: yofrenoelcambioclimatico.blogspot.com (MENOS es MEJOR) y plantararboles.blogspot.com, un manual para reforestar, casi sobre la marcha, sembrando las semillas que producen los árboles autóctonos en la misma comarca de su recolección. Salud, José Luis Sáez Sáez
Mientras sea por salvar el huerto esta bien que siertas plagas de plantas sean eliminadas.
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Trabajo en una compañia de gas mexicana.
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