El pasado 17 de marzo saltaba la alarma. Un incendio forestal en Sos del Rey Católico devoraba el monte como en pleno verano.
Que un incendio arrase una amplia superficie de monte durante el estío es algo que, queramos o no, siempre puede suceder. Una tormenta, un cigarrillo, una cosechadora, un accidente de tráfico… son múltiples los factores que lo pueden desencadenar. Además, el campo agostado es auténtica pólvora y la alta temperatura y los bajos índices de humedad hacen el resto.
Estado actual del monte natural de pino carrasco tras el paso del incendio que afectó el verano pasado a Valmadrid.
Ahora bien, que se quemen casi 1.000 ha cuando aun no hemos dejado el invierno y se supone que no es una época de máximo riesgo, máxime con la época de lluvias que hemos pasado, es realmente preocupante.
No se sabe todavía con seguridad qué pudo producir el incendio. Se hablaba de quemas agrícolas, pero luego se desmintió.
Sin saber aun qué pudo causar este incendio, hoy vamos a hablar de las quemas agrícolas. Los incendios producidos por quemas agrícolas se vienen produciendo cada vez más a menudo, pese al esfuerzo de administraciones en controlarlas mediante permisos.
Las quemas agrícolas son una actividad muy extendida en las tierras bajas. La quema de ribazos y rastrojos es una labor que realizan muchos agricultores, pero que, sin duda, entraña múltiples perjuicios y en muchos casos un gran riesgo.
Los ribazos son pequeños sistemas vivos entre las grandes extensiones de cultivo que albergan fauna de pequeño tamaño. Roedores, reptiles e insectos encuentran en ellos refugio y alimento. Lo mismo ocurre con las especies vegetales que en ellos se establecen y con la fauna cinegética que tanto echan en falta los cazadores (perdices, conejos, liebres…).
¿Para qué se queman en invierno? La vegetación herbácea que en ellos crece está completamente arrasada por los fríos, la hierba es de escasa talla y sin embargo se elimina mediante quema. Además, en muchos casos crecen árboles y arbustos a los que el fuego también les afecta.
Creo que el por qué de las quemas podría encontrarse en lo más profundo de la sociología rural. Podría tratarse de una manía y una forma de dejar ver que la propiedad está cuidada.
En ribazos situados entre acequias y campos de regadío la situación no es mucho mejor. La quema de los mismos los deja completamente desprotegidos frente a la erosión de la lluvia y del paso del agua (en el caso de acequias). Esto con el tiempo lleva a que los cajeros se vayan desmoronando y haya que limpiar las acequias sacando todo el material desprendido con retroexcavadoras, con el sobrecoste que ello conlleva.
Arbolado dañado por quema de ribazos.
Quema de ribazos y acequias en el entorno de los Ojos de Caminreal. La vegetación vuelve a colonizar rápidamente toda la superficie pero la pérdida de suelo es muy importante. Los cajeros se aterran al desmoronarse el borde de las acequias.
Restos de conchas de caracol calcinados gratuitamente por el fuego.
Resumiendo, ¿qué beneficios aporta este tipo de prácticas?
Según Heraldo de Aragón, a lo largo del miércoles 17 de marzo se declararon en toda la Comunidad 23 pequeños incendios que fueron sofocados antes de que pudieran propagarse. Según el director general Alberto Contreras, "casi todos" esos conatos se debieron a "negligencias" en las quemas agrícolas, por lo que el Departamento de Medio Ambiente va a ponerse en contacto de nuevo con ayuntamientos y organizaciones agrarias para pedir que se extremen las precauciones y volver a dar instrucciones "para que no se repitan algunos errores". "El agricultor debería medir la velocidad del viento, porque si hay viento no se puede quemar -puso como ejemplo-. También está prohibido quemar a las siete de la tarde, así que el problema son los incumplimientos de esas autorizaciones", insistió.
Daños en los bosques. Causalidad de los incendios forestales. Fuente: IAEST
Si la Administración no es capaz de garantizar la seguridad de estas quemas, tal y como viene manifestándose a lo largo del tiempo, las quemas agrícolas deberían prohibirse completamente. Es la única medida que aseguraría la hectárea quemada 0.
Podemos apelar a la confianza y al buen hacer de nuestros agricultores. Confiar en que se cumplan las normas vigentes. Pero, ¿y si eso no es suficiente, tal y como se viene demostrando?
Con las quemas agrícolas se gana muy poco y se puede perder mucho.
2 comentarios:
Pienso que antaño los ribazos y linderos estaban con menos vegetación herbácea por la enorme presión ganadera. Las ovejas y cabras apuraban los pastos y mantenían las hierbas y arbustos sin permitir su desarrollo.
La desaparición de los pequeños ganados que pastaban cerca de los pueblos propicia el crecimiento de la vagetación.
Por otro lado, los agricultores que hacen estas quemas son en muchos casos mayores. Los molesta ver los caños con hierba seca. Y sacar el mechero no es muy complicado ...
Los políticos además quieren paz social en el medio rural y archivan las denuncias de los APN.
Si se quiere mantener la práctica de la quema agrícola como medio de control de la vegetación en linderos y ribazos y evitar los daños en el arbolado, (actualmente cada vez más socarrado, decrépito y agonizante) tal vez fuera de interés cortar las hierbas y carrizos en un perímetro de un par de metros en torno a cada árbol con una desbrozadora manual antes de la quema. El caso es que así no se puede seguir.
Que mal pero, espero que en la actualidad este hermoso bosque este verde otra vez.
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