Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

jueves, 22 de abril de 2010

NOCHE DE ANFIBIOS EN TORNOS

La cuenca endorreica de Gallocanta y el valle del Jiloca están separados por la sierra de Santa Cruz, conjunto de montañas que penetran desde más allá de Used y que terminan en la sierra de El Poyo (Valdellosa).

Para llegar de Calamocha a Tornos hay que superar estas montañas a través de un puerto que aprovecha la zona de menor relieve, entre la cabecera de la Rambla de la Cirugeda y la amplia llanura donde se asienta el Pinar de Tornos, bien conocido por todos los rebolloneros de la redolada.

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Más allá del Pinar, hacia la laguna, se extiende una planicie dedicada al cultivo de cereal y que corresponde a antiguos rebollares roturados hace unas décadas. Entre los campos hay algunas pequeñas charcas, obtenidas tras la extracción de gravas o para el uso ganadero. Entre ellas, campos de cebada y parcelas en barbecho, están salpicados por pequeños pastizales y grupos de rebollos.

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Tras semanas de temporal de lluvias, los campos están saturados y el agua se encauza hacia la Acequia Madre (y hacia la Laguna) por los caños abiertos que hacen de drenaje. Las charcas están casi colmadas. Incluso los prados quedan inundados en aquellas pequeñas depresiones que forman en su superficie.

El viernes pasado, tras un chubasco de atardecer, nos acercamos un grupo de alumnos del Curso de Ornitología Práctica de Gallocanta y las tierras del Jiloca (XXVI edición de la UVT) y que patrocina ADRI (entre otras entidades) de la mano de José Miguel Pueyo y Antonio Torrijo a disfrutar con la observación de los anfibios que viven en estas balsas.

Al poco de salir de coche, nos sorprendió un sordo coro de voces. Eran machos de sapo corredor, anfibio de piel de color marrón claro con una línea amarillenta en el dorso. En estas noches de abril, numerosos machos se instalan en las charcas a las que acuden las hembras para aparearse. Los primeros, muy abundantes, cantan formando un saco vocal bajo la garganta.

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Sapo corredor (Bufo calamita). Foto: Rodrigo Pérez

Pudimos ver machos solitarios cantando en los charcos de la cuneta o en las pequeñas charcas de los prados cantando sin cesar. En algunas mayores, vimos varias parejas acopladas, con los machos de un tamaño algo menor que las hembras. Entre las aguas, también se encontraban largos cordones gelatinosos con pequeños y esféricos huevos negros procedentes de anteriores puestas.

En una charca próxima se oyó una voz rápida y diferente.

- Krak, krak, krak …

Era la ranita de San Antonio. Mucho más huidizo, este pequeño anuro no pudo ser localizado a pesar de su búsqueda aunque contestó a la imitación que le hicimos.

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Ranita de San Antonio (Hyla arborea). Foto: Rodrigo Pérez

Buscando a la citada ranita, alguien encontró una enorme rana común que, al dejarla en la charca, se escabulló en un instante.

Pista adelante alcanzamos una gravera en cuyo fondo se ha formado otra balsa. Además de los ya habituales sapos corredores, se pudieron observar varios ejemplares de sapo de espuelas, con su característica pieza córnea en las patas traseras, su piel verde variegada y sus pupilas verticales. Este sapo gusta mucho de enterrarse en suelos arenosos para soportar la sequedad ambiental, lo que consigue con las piezas duras de sus extremidades. Estos suelos sueltos del monte de Tornos le resultan muy favorables.

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Sapo de espuelas (Pelobates cultripes). Foto: Carlos Bernal

Avanzaba la noche cuando comenzó a llover de forma suave. Estas noches frescas de primavera son ocasiones magníficas para tomar el pulso a la vida de estos campos y montes.

Chabier de Jaime

2 comentarios:

Fer dijo...

Bonitas noches frescas tras los aguaceros tormentosos primaverales. Primavera en estado puro

Anónimo dijo...

Interesantes especies, no conocía este tipo de rana y sapo.




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