El pasado miércoles estuvimos recorriendo el alto Guadalope entre Villarroya de los Pinares y Miravete. Una extensísima chopera de árboles trasmochos conforma el bellísimo ambiente fluvial de un río manso que acusaba el calor del estío y la falta de precipitaciones. El alto Guadalope alberga sin duda una de las mejores masas de chopo cabecero del sur de Aragón.
Casualidades de la vida, ese mismo miércoles salía en el suplemento de verano de Heraldo un reportaje sobre este bellísimo rincón de la provincia de Teruel. A veces resulta extraño que un entorno tan impresionante sea tan transparente y virgen desde el punto de vista turístico comparado con otras zonas naturales. Es toda una suerte, y eso que Miravete tuvo hace años un gran momento de difusión en los medios gracias a una original campaña publicitaria. Una muestra puedes encontrarla aquí y otra aquí.
Estas choperas en las que en invierno sólo se escucha silencio y el crujir de las viejas ramas con el viento se convierten en verano al cencerro o al mugir de las vacas, pues son zonas donde la ganadería aun pervive y han evolucionado hacia auténticas dehesas lineales en las que los chopos ofrecen buena sombra para el descanso de los animales, además de mejores condiciones para el crecimiento del pasto por la abundancia de sombra y la mayor humedad del suelo.
Curioseando entre los enormes ejemplares encontramos esta oruga tan llamativa que destacaba sobremanera trepando por la corteza grisácea de uno de los chopos:
Se trata de la oruga de la esfinge del chopo (Laothoe populi), como casi no podía ser de otra forma en el ambiente en la que la encontramos.Esta mariposa de buen tamaño es una polilla que suele presentar hábitos nocturnos y tiene dos generaciones: una a finales de la primavera y la segunda durante el verano. La oruga que vimos se alimenta de las hojas de los chopos (también de sauces y otras especies, como alisos) aunque aquí obviamente lo tiene más fácil con el chopo.
Es la segunda vez que observo esta especie, la primera vez fue hace años en el parque de Calamocha, donde me encontré con una mariposa adulta que me sorprendió por su gran tamaño y la curiosa forma de sus alas.
A lo largo de la vega observamos algunas trampas de feromonas instaladas en ramillas bajas de algunos chopos dispersos. Dentro de ellas podían verse lo que parecían ser algunos ejemplares de Sesia apiformis. Hace unos días se habló de esta especie en el blog.
Ignoramos si se trata de algún estudio puntual en la zona o bien es un control rutinario de esta especie cuya oruga perforadora está considerada plaga de los chopos.
1 comentario:
Increíble especie, si que se transforma en una polilla grande.
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