Recibimos un par de colaboraciones sobre una misma e interesante iniciativa que fue muy importante durante la Edad Media pero que después cayó en decadencia hasta desaparecer. Dos intrépidos aventureros (tío y sobrino) la han realizado durante los últimos días de agosto para iniciar así su recuperación. Publicamos ambos testimonios:
El pasado martes 23 de agosto, mi tío Chema y yo hicimos la peregrinación de los Corporales de Daroca. Salimos de Calamocha a las 8:00 de la mañana y tomamos el camino se dirige a Luco. Pasamos la fábrica de mantas y al comienzo de este se podía observar una hilera de chopos cabeceros y azarollos a cada lado de este. También se observaban campos de cultivo a ambos lados del camino, siendo sobre todo maíz. Un poco más adelante, llegando ya al paraje de El Tormo, en el lado izquierdo se podían observar grandes carrizos alrededor de una acequia. Continuamos el sendero y desaparecieron los chopos, ya que el camino se alejaba un poco del río. Nos pasamos a la ruta del Camino del Cid y el Camino de la Vera Cruz, que era un camino que iba paralelo al río y a la vía del tren vieja. Durante ese tramo, como en casi todo el camino, teníamos el secano a nuestra izquierda y el regadío a nuestra derecha, debido a que esta más cerca del río.
Continuamos por esa senda todo el rato, viendo cada poco tiempo indicaciones de GR, del Camino del Cid y del Camino de la Vera Cruz. Poco a poco el camino se fue acercando más al río, de hecho llegando ya a la Virgen del Rosario, a 6 kilómetros de Calamocha, nos encontramos una pequeña culebra de agua muerta, que se la estaban comiendo las hormigas. Llegamos a la Virgen del Rosario y cogimos el camino que llevaba a Luco de Jiloca. Durante este camino encontramos un par de grandes choperas que las habían plantado para obtener madera, ya que se podían ver varios troncos cortados, pero hacían que el ambiente fuese más fresco. También vimos abundantes cultivos de girasol y trigo y algunos carrizales en las veras del río. Llegando ya al pueblo vimos volando una garza real que bajaba al río, el cual iba al lado del camino.
Una vez que llegamos a Luco, cogimos el camino a Burbáguena, indicado por un cartel. Este seguía siendo el del Cid y el de la Vera Cruz, y seguía estando marcado por un GR. Pasamos un par de choperas, y además pudimos ver un campo con gran cantidad de colmenas. Al poco rato el paisaje empezó a cambiar. Las choperas, a pesar de que seguíamos al lado del río, fueron desapareciendo, y empezamos a ver plantas que necesitaban mucha agua, como los juncos. Continuamos el sendero y empezamos a ver muchas zarzamoras en las que ya se veían algunas moras maduras para comer. El camino fue así hasta que llegamos a Báguena a 3,3 km de Burbáguena.
Cuando salimos de Báguena el sol ya pegaba fuerte y cogimos un camino que estaba un poco escondido, que tenía cerca el río y los chopos cabeceros, pero alrededor del camino solo había cultivos de secano. Al rato se separó un poco del río hasta que llegamos a un secarral, y como el camino se alejaba mucho del río, decidimos dejar el camino del Cid y el de la Vera Cruz y bajamos a la antigua vía del tren.
En ella tuvimos cultivos de secano a ambos lados. También teníamos acacias a ambos lados que se usaban para mantener los arcenes de las vías y entre las calizas que formaban el suelo de la vía crecían espinos y zarzamoras.
Este fue el paisaje que vimos hasta llegar a Daroca.
Chabi de Jaime Soguero (Estudiante)
2 comentarios:
Chabi: Me ha encantado tu redacción de la peregrinación. Es muy bonita.
Chema
Interesante lugar, no estaria mal vivir en una zona asi.
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