Alpeñés es un pequeño pueblo cuyo caserío está enriscado sobre el valle abierto por el joven río Pancrudo en las deleznables arcillas del Keuper. La geología de este término merecería un buen artículo: los grandes cristales de yeso triásicos, las canteras de areniscas cretácicas, los cantiles formados por el río en las calizas jurásicas…. pero es otoño y queremos resaltar la efímera y espectacular belleza de los álamos canos.
El álamo cano (Populus x canescens) es un árbol que se considera el resultado de la hibridación entre el álamo blanco (Populus alba) y el álamo temblón (Populus tremula). Otros autores lo consideran una especie genuina. Las hojas de los brotes cortos son redondeadas, carecen de vellosidad en ambas caras y tienen el peciolo comprimido lateralmente, lo que las diferencia de las del álamo blanco. Es una especie que se extiende por Europa y Asia, aunque en la península es poco común creciendo cerca de arroyos y en barrancos frescos, generalmente a una altitud superior al hábitat del álamo blanco y menor al del álamo temblón, de las montañas del sur y este. En el valle del río Pancrudo forma pequeños rodales que salpican las choperas y los sargales, generalmente cerca de molinos o entre los huertos.
La vega de Alpeñés está bastante alterada por los drenajes, las talas y otras alteraciones. Sin embargo, alberga un río de aguas limpias, unos carrizales interesantes, algunas masas de chopos cabeceros y un par de estrechos que ofrecen contraste de ambientes ecológicos.
Estos días, además, la fronda de los álamos canos presentan unos rojos -casi púrpuras- que contrastan con los pardos de los secos rastrojos y los amarillos –o verdes, si son trasmochos de escamonda reciente- dominantes de las choperas. Si además, se trata de un día gris y si un observas un aguilucho pálido sobrevolando los prados, la sensación de otoño es completa.
Pero atención que el espectáculo dura solo unos días.
1 comentario:
En gran parte del Jiloca el álamo cano es una de las últimas especies del entorno ribereño en mostrar el esplendor de la otoñada y en definitiva en perder la hoja. Es curioso cómo una misma especie tiene un comportamiento tan distinto según la zona geográfica en la que nos encontramos, más aun en zonas tan cercanas.
Merece la pena destacar la presencia, también en el ámbito geográfico de Alpeñés, en la cara sur de una ladera próxima al barranco del Castillejo (muy cerca de la ermita de la Virgen de la Langosta) de una pequeña masa de álamos canos no ligada al ambiente fluvial del Pancrudo. Se trata seguramente de un afloramiento de aguas subterráneas que permite la supervivencia de un pequeño bosque que recuerda (en miniatura) las laderas de temblones norteñas. Las coordenadas UTM (ED50) son las siguientes: 660.510, 4.520.248
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