Los pasados días 30 y 31 de mayo tuvieron lugar en Cella y Villarquemado dos reuniones convocadas por los Ayuntamientos de ambos municipios, con objeto de informar de la posibilidad de acogerse a una figura jurídica, de protección medioambiental, que haría que la laguna del Cañizar y una perimetría que comprendería aprox. 3.000 ha fuera declarada Z.E.P.A. (Zona de Especial Protección para las Aves). Se contó para ello con la colaboración de personal técnico del Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. Los posibles afectados (agricultores, ganaderos y cazadores), ante los posibles cambios de prácticas de uso en el desempeño de sus actividades, que podrían comportarles nuevas obligaciones con la Administración y con el Medio Ambiente –además de tener dudas de si éstas serían adecuadamente compensadas- no se mostraron partidarios de su implantación.
Aparentemente, a día de hoy, de poco sirvió el testimonio -en opinión de quien esto escribe- de un exalcalde de la zona de Gallocanta que, en los 90, vivió muy de cerca la -entonces allí- importante polémica de si se implantaba o no una Z.E.P.A. Según este exalcalde, hablando en nombre de muchos de los allí afectados, después de más de 20 años, en general, el personal está satisfecho de los resultados.
Hace aproximadamente una semana, desde la Plataforma Laguna del Cañizar (la cual, se opone, por las motivos que ella aduce, a la implantación de una Z.E.P.A. así como a la recuperación del humedal que desde la Fundación Laguna del Cañizar se viene impulsando) se difundieron por Cella y Villarquemado unos folletos informativos, en los cuales, en portada, podía leerse: "LA ZEPA... ¿ES UN CABALLO DE TROYA?". En el interior de dicho folleto se presenta una información objetiva, clara y veraz acerca del Decreto 204/2010, de 2 de noviembre, del Gobierno de Aragón, del Departamento de Medio Ambiente. Información alusiva a los usos y actividades prohibidas y/o incompatibles con la protección de un Humedal Singular; cabe recordar que la laguna del Cañizar está catalogada como tal (B.O.A.: 28/12/2012). Por otra parte, en la última página del folleto, se formulan 9 preguntas, las cuales en las recientes reuniones con la alcaldesa de Cella y el alcalde de Villarquemado han sido respondidas. También en esta página del folleto puede leerse: "La Plataforma Laguna del Cañizar no está en contra de la naturaleza, sus integrantes son jóvenes, mayores, agricultores, ganaderos, cazadores, amas de casa, profesionales varios... Todos amamos y respetamos nuestro entorno y somos los que conservamos nuestro Agroecosistema pues dependemos de él. Luchamos y lucharemos porque se mantenga su equilibrio [...]."
¿Dónde hay que firmar? Porque, sin duda, seríamos much@s, que, sin pertenecer a esta Plataforma, suscribiríamos ese párrafo. Ahora bien, sobre su última palabra, "equilibrio", oscila la siguiente pregunta: ¿Dentro de ese "equilibrio", muchos seres de la especie humana, no estaremos anteponiendo en exceso nuestros intereses? En mi opinión, llevamos ya varios siglos, sobre todo el último, haciéndolo. Con los consiguientes desequilibrios en los ecosistemas terrestres y/o acuáticos (no entraré en detalles ni en pormenorizadas explicaciones; creo que existen muchos ejemplos que avalarían esa opinión/afirmación).
Al fin y al cabo, todo agroecosistema debería velar porque su ubicación en la biosfera impactara lo menos negativamente posible en los constantes y con frecuencia sutiles procesos biológicos que tienen lugar en ésta. Y no seré yo quien diga que aquí, en Cella y Villarquemado, se estaba haciendo mal hasta el año 2007. Pero recuperar, para la biosfera en su conjunto, la 3ª parte de la que fue una de las más importantes lagunas de agua dulce de todas las naciones europeas ribereñas del Mediterráneo, y hacerlo como es debido: con un proyecto contrastado y consensuado técnicamente, con la información puntual y transparente a los vecinos de los pueblos afectados..., hacerlo así, sería hacerlo mejor aún.
Respondiendo a la pregunta formulada en el folleto de referencia: una Z.E.P.A. no tiene por qué resultar un “caballo de Troya”. Además –como parece lógico suponer- las prácticas agroambientales que en ciertos momentos pudiera comportar, para las personas que manifiestan: “amamos y respetamos nuestro entorno” no tendrían que resultar enojosas o inasumibles. Y las compensaciones económicas no iban a faltar, pues cada vez más, también en la P.A.C., van a estar vinculadas a la conservación y protección del medio ambiente. Porque, más allá de esta coyuntura de crisis económica, existe una conciencia social en pro del medio ambiente que no para de crecer y empujar a que los poderes públicos garanticen no solamente la viabilidad de los espacios naturales protegidos, sino también la sostenibilidad de los agroecosistemas limítrofes.
José Luis Pada
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