Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

jueves, 24 de abril de 2014

MONREAL DEL CAMPO, EN LA VANGUARDIA DEL AGROFORESTALISMO

El agroforestalismo es un sistema de producción agraria en el que se combina el cultivo de plantas leñosas y herbáceas y que, en muchos casos, incluye también el aprovechamiento ganadero.

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Ofrece una amplia variedad de formaciones vegetales que se diferencian en la organización de los árboles y el resto de las plantas. Así, pueden ir desde las alineaciones de árboles, a los setos arbustivos, los huertos arbolados, los sotos fluviales, los campos con árboles dispersos o las mismas dehesas. Pueden tratarse de cultivos de especies autóctonas o foráneas, tanto las leñosas como las herbáceas. Y los árboles pueden ser tanto bravíos, como tallares o incluso trasmochos.

Incluye la regeneración natural de la vegetación espontánea …

… como la plantación activa en los lindes o en el interior de la parcela ….

Este conjunto de sistemas incluye prácticas agrícolas y ganaderas ancestrales, que probablemente se remonten al neolítico, habiendo llegado en vigencia hasta mediados del siglo XX, momento histórico en el que comenzó en el occidente europeo la agricultura intensiva tras la irrupción del petróleo y la mecanización.

El agroforestalismo persigue alcanzar en el medio agrario una serie de objetivos desde una perspectiva global.

Por un lado intenta mejorar la producción agrícola optimizando el uso del agua, los minerales del suelo y la luz. La superposición de varios cultivos permite que las raíces accedan a diferentes profundidades al tiempo que consiguen una ocupación permanente del suelo por plantas cultivadas. El bombeo de sales minerales de niveles profundos, inaccesibles para las herbáceas,  por las raíces de los árboles y, su transformación en humus en superficie, fertiliza los suelos y mejora las cosechas de cultivos herbáceos. La redistribución hídrica, mecanismo pasivo mediante el cual el agua asciende a través de las raíces y sin gasto metabólica para la planta desde las capas más profundas y húmedas a las más superficiales y secas, permite mejorar la producción de las plantas herbáceas en ambientes semiáridos.

La presencia de árboles y arbustos  permite crear microclimas favorables para los cultivos herbáceos, mitigando el efecto desecante del viento y manteniendo una mayor humedad relativa en el aire, lo que reduce el estrés hídrico y térmico. Permite, además, diversificar la producción agraria. A las cosechas de semillas u hojas, se añade las de maderas, frutos y, en ocasiones, ganado.

 

Resuelve un problema creciente de la agricultura intensiva: la pérdida en materia orgánica de los suelos. El incremento en el aporte de hojas y de raíces en el suelo y su descomposición mediante la humificación aportan mantillo que mejora las propiedades de la tierra de cultivo: porosidad, permeabilidad, textura, retención hídrica, fertilidad y diversidad biológica.

La retención de dióxido de carbono como madera y como humus en el suelo reducen a corto plazo su presencia en la atmósfera en contenido de este gas con efecto invernadero.

A su vez, la presencia intercalada de árboles o arbustos entre los cultivos herbáceos mejora la calidad de las aguas. Por un lado, reduce la escorrentía superficial y mejora el suministro hídrico de la planta en ambientes secos. Por otra parte, la absorción de nitratos y otros abonos de alta solubilidad reduce su lixiviación y, por consiguiente, la contaminación de los acuíferos, problema extendido en amplias comarcas de Aragón.

Al mismo tiempo, mejora notablemente a la vida silvestre de los agrosistemas. Los hongos que forman micorrizas prosperan en los campos mejorando las cosechas, la fauna encuentra hábitat en los árboles y arbustos, las plantas herbáceas silvestres albergan especies animales que limitan el desarrollo de plagas agrícolas, las especies cinegéticas encuentran refugio y alimento como bien saben los cazadores.

Experiencias realizadas por el Institute National de la Recherche Agronomique (INRA) de cultivo de trigo y de nuez realizados en Restinclières sobre cien hectáreas cultivadas de cultivo mixto produjeron tantos productos agrícolas y madera como en 136 hectáreas de monocultivo por separado.

En Francia el agroforestalismo muestra un pujante crecimiento existiendo 45.000 agricultores que cultivan una superficie de 170.000 hectáreas. Cada año se incorporan 3.000 nuevas hectáreas y 400 agricultores. Cuentan con una potente asociación en la que convergen el ministerio de Agricultura, el INRA, las cámaras agrarias, el Instituto de Desarrollo Forestal y asociación que trabajan por el medio ambiente en los agrosistemas. Puede disponerse de más información en este enlace.  

Mientras tanto, en el estado español la agricultura intensiva continúa con su inercia bajo el mantra de “la modernización agrícola y la competitividad” causando una pérdida en la fertilidad del suelo, la contaminación de las aguas y la pérdida de la biodiversidad. Sin embargo, hay excepciones. Algunas muy próximas.

El proyecto de creación de una red de linderos arbolados entre las parcelas agrícolas que el Ayuntamiento de Monreal del  Campo lleva en marcha desde hace veinte años con el apoyo de los agricultores, ganaderos, cazadores, ecologistas y resto de los vecinos es una experiencia ejemplar de mejora ambiental con implicación social del que ya hemos hablado.

Sus resultados se perciben tanto a nivel de paisaje como en cuanto a la abundancia y riqueza de la fauna silvestre.

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El pasado mes de marzo nos juntamos un centenar de personas a plantar sabinas albares y rebollos en el interior de una parcela que después iba a ser sembrada de forrajeras (pipirigallo o alfaz). Fue todo una fiesta.

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Un tractor había abierto surcos previamente. Cada diez metros se plantaba un árbol. Buen hoyo con la azada …

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poner la planta, cubrir de tierra las raíces y compactarla, hincar una varilla de hierro, cubrir la hoya con piedras para reducir la pérdida de agua y aplicar dos bridas entre la varilla y la parte aérea del arbolillo.

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Otras personas plantaban sabinas y arbustos entorno a las isletas de vegetación espontánea o alrededor de baldíos. Pudimos ver los resultados de la plantación de otros años alrededor de los soportes metálicos de las líneas de conducción eléctrica.

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El caso de Monreal del Campo es un ejemplo de una iniciativa municipal y vecinal muy singular. Todavía falta mucho para que sean los propios agricultores los que lleven la iniciativa en sus explotaciones. Es una cuestión de tiempo. Mientras tanto felicitemos a las personas que, adelantadas a su tiempo, han visto que la agricultura y el medio ambiente han de ir de la mano.

1 comentario:

Fer dijo...

Sin duda es una gran iniciativa que esperemos vaya haciéndose en hueco como práctica agroforestal en nuestros campos. Los cambios que las concentraciones parcelarias están propinando a estos ecosistemas son demoledores.

Comentar que bajo los apoyos de las líneas eléctricas las compañías limpian periódicamente absolutamente todo, herbáceas, arbustos... hasta las aliagas, que suele ser lo único que puede llegar a prosperar mínimamente.