Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

domingo, 13 de abril de 2014

GAVIOTA CABECINEGRA EN VILLALBA DE LOS MORALES

En el valle del Jiloca la llegada de los primeros bandos de gaviota reidora es uno de los primeros acontecimientos ornitológicos que anuncian la entrada de la primavera.

Dinámicos bandos recorren el valle, antes vinculados a la laguna de Gallocanta. Ahora, además, al embalse de Lechago. Bandos de movimientos gráciles, de observación efímera, de bulliciosa actividad … En esta época del año se encuentran en sus dos plumajes. Buena parte de ellas muestran las plumas de la cabeza de un color marrón achocolatado que contrasta con el blanco níveo del pecho y del dorso, y con un anillo ocular blanco. Otras aún mantienen el plumaje invernal, con su cabeza de color blanco y un par de manchas oscuras postoculares. Unas y otras tienen unas rémiges terminales gris oscuras que se atenúan en el dorso de las alas, un pico rojo negruzco y unas patas rojas oscuras.

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Gaviota reidora. Foto: Rodrigo Pérez

Es un ave muy conocida por los agricultores pues acostumbra en esta época del año a seguir el arado de los tractores que van abriendo la tierra para alimentarse de las lombrices y larvas de insectos que descubre la reja a su paso.

Los ornitólogos saben que entre estos bandos de gaviotas reidoras, a veces, puede haber sorpresa. Así le ocurrió a Rodrigo Pérez la tarde del pasado 4 de abril.

Estaba con su hijo Carlos haciendo fotografías de mochuelos (y de paso trabajando para El Gran Año) en las lomas de Villalba de los Morales. Este es un paraje en el que se intercalan las labores de secano con los pastizales rocosos de la inmediata paramera de Blancas y Torralba de los Sisones.

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A lo largo de la tarde estuvieron un trasiego de un bando de unas treinta gaviotas reidoras yendo y viniendo entre campos que estaban siendo labrados. Los fotógrafos de naturaleza, ya se sabe, no descansan tan pronto divisan un objetivo por lejano o inquieto que sea. Y Rodrigo comenzó a lanzar fotografías a las gaviotas de un bando. Sin más.

Tan pronto pasaron las aves quiso ver el resultado de los disparos revisando los archivos digitales. Y, al ampliar una imagen, se encontró algo así.

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Gaviota cabecinegra. Foto: Rodrigo Pérez

Como puede verse la mancha cefálica de esta gaviota es mucho más oscura. Es negra. El pico de un rojo más vivo y, sobre todo, las alas son prácticamente blancas. Se trataba de una gaviota cabecinegra (Larus melanocephala).

Esta especie es propia del litoral del Mediterráneo y del Mar Negro. Tienen discretas poblaciones reproductoras en el oeste y el sur de Europa, generalmente discretas colonias que se integran entre las más nutridas de gaviota de reidora, como así ocurre en el Delta del Ebro y en Mallorca.

Es una gaviota escasa en las tierras de interior. En Aragón se ha recogido una docena de observaciones desde la primera cita en 1994 en el embalse de Valdabra. En su mayoría se trata de registros realizados a finales del invierno y principio de primavera de ejemplares integrados en bandos de gaviotas reidoras en humedales del valle del Ebro (Sariñena, Sotonera, Candasnos …) En las comarcas del sur de Aragón tan solo había sido citada por Fernando Salas en el año 2009 en la laguna del Cañizar.

La observación de una gaviota cabecinegra dentro de una bandada de gaviotas reidoras es una prueba más de la necesidad de prospectar en detalle a los grupos de aves, pues entre una mayoría de aves comunes, puede hallarse una sorpresa. Incluso en los secanos de Villalba de los Morales, un remoto paraje de la cordillera Ibérica.

1 comentario:

Jesus Lechon dijo...

Era todo un espectáculo, de pronto caías en la cuenta, en el Ajutar un tractor labraba y a su alrededor un montón de pájaros blancos, sin miedo a nada, como gallinas, andaban a su alrededor picoteando. El caso es que no siempre pasaba, otras veces labraban y como si tal cosa, no aparecía ninguna.

Llegaba la reflexión entre unos y otros, pero por qué sólo van las palomas blancas, mirabas el tejado de las Escuelas Viejas llenas de palomas de todos colores, que no hacían ni caso al tractor.

Si no eran palomas, que eran, no eran grajos, no eran cuervos, ni picarazos...No conociamos nada más. Al final alguien decía, pues parecen gaviotas.

Y todos asentíamos, todos las habiamos visto en los documentales de Cousteau. Vale, eran gaviotas,concluíamos, pero qué hacían allí tan lejos del mar. Bueno, es que antes el mar llegaba hasta el Poyo, allí hay un montón de fósiles, vienen desde entonces...

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