Teníamos algo de información previa pero no íbamos buscándolos. No teníamos objetivos establecidos cuando comenzamos el viaje por el noreste de la provincia de Soria. Había muchos pueblos y parajes por descubrir y, no íbamos buscándolos. Pese a ello, dimos con ellos, con chopos cabeceros o álamos negros trasmochos.
Los encontramos en las dos vertientes, en la del Duero y en la del Ebro, pero siempre en la orilla de riachuelos y en ribazos.
Primero en la amplia vega del río Manzano (afluente del río Añamaza que desemboca en el Alhama, ya en La Rioja), en Fuentestrún, al pie de la sierra del Madero. Era una vega muy afectada por las concentraciones parcelarias y por la pérdida de naturalidad de los arroyos. Aún así salpicaban la planicie en pequeños grupos o como ejemplares diseminados.
Remontando por la suave planicie llegamos a Trébago.
Los vimos orlando el camino que baja hacia el río con desmoche de hace un par de años …
en la orilla del riachuelo a su paso por el pueblo …
cerca de la balsa o junto a las acequias …
en los ribazos de los campos o en el camino que sube al monte …
Nos sorprendió ver el vigor de los árboles y el cuidado que reciben. Pero, en lugar de realizar un desmoche al uso, era habitual encontrar ejemplares terciados …
Nos sorprendió esta masa de álamos negros trasmochos. Días después nos enteramos que pudo tener su origen en la iniciativa de un alcalde de finales del siglo XIX y la colaboración del vecindario que se plasmó en la plantación de un millar de árboles, mayormente chopos y olmos, y de su desmoche. Los que vimos son el resultado de su esfuerzo.
Paisajes históricos de Trébago. Fuente: Trébago
Remontamos un pequeño puerto y descendimos hacia la orilla del río Alhama. Ahí estaban, cerca de Magaña, en el fondo de un estrecho valle con laderas profundamente deforestadas y muy peñascosas. En un valle con dominio del romero. En un paisaje ganadero, de oveja y cabra.
Los estaban escamondando unos días antes. Casi los encontramos en plena faena. Porque era sábado …
En el pueblo pudimos observar que las ramas también eran empleadas como vigas de tejados. Igual que en Teruel. Igual que en Burgos.
Cada vez menos abundantes conforme remontábamos el valle, en paisajes de suaves relieves y vocación agrícola, los encontramos en Villarraso (en el arroyo) y en Pobar (junto a la fuente) …
… y en Carrascosa de la Sierra, ya en la vertiente hacia el Duero …
En Aldeaseñor encontramos numerosos chopos trasmochos. Tal vez algún ciento. Pero eran diferentes pues tenían menos cabeza y la zona de ramificación estaba más alta, a más de cuatro metros del suelo. Nos surgen muchas dudas sobre el método de gestión tradicional y sobre el producto de su poda …
aunque otros tenían el aspecto habitual …
Nos cuentan que hace unos años hubo un intento de tala de algunos de ellos que, afortunadamente, se recondujo para proceder a su poda.
Castilfrío de la Sierra …
... y Estepa de San Juan …
Nos dio la impresión de encontrarsen en buen estado, a pesar de haber perdido el turno de poda muchos de ellos. La humedad del freático de estas tierras altas les favorece aún sin trtarse de ríos caudalosos. Forman un paisaje que nos recordó a los del Alto Alfambra y al de ciertas zonas del Pancrudo. De gran belleza.
Unos paisajes rurales armoniosos y unos ecosistemas agrícolas que merecen atención.
1 comentario:
Nos ha gustado mucho la entrada. La cuelgo en el twitter de ASDEN, asociación ecologista soriana miembro de Ecologista en Acción. Gracias. @ASDEN_Soria
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