Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

domingo, 12 de febrero de 2017

TARUGOS CON SORPRESA (II)

Hace un año Felipe y Miguel Ángel descabezaron una quincena de chopos que tengo en El Codujón, un campo situado entre el río Jiloca y el río las Monjas. Son árboles que plantó y cuidó mi bisabuelo, hace más de cien años y que han ido rindiendo periódicas cosechas de vigas y de leña desde entonces.


Con destreza y tiempo fueron desmochando una a una. Los fustes gruesos, tuvieron interés comercial. Los menos gordos, más comunes, los fui haciendo tarugos a lo largo del invierno guardándolos en un par de leñeras.


A lo largo del verano se han ido secando pero aún retienen bastante humedad. Este invierno ya estamos aprovechando estos tarugos. Para "jorearlos" un poco antes de meterlos en la estufa los abro con el astral y dejo los trozos unos días al aire. Algunos tarugos tienen sorpresa.


Son larvas de escarabajos barrenadores de la familia de los cerambícidos. Consultando guías de plagas forestales me recuerdan a las larvas de Saperda carcharias, pero no lo veo claro pues esta especie parece dejar restos más astillosos que aserrinados y parecen tener otro aspecto.

Abren galerías en la albura de las ramas rellenándolas tras su paso por un fino serrín ...


Algunas galerías siguen la dirección de las fibras de la madera. Pero también son comunes las transversales. Eso sí, siempre aparecen en la albura.


Cuando abro el tarugo con el hacha a veces caen las orugas. En otros casos, se quedan asomando y luego se esconden. Si las gallinas están cerca, se las comen con voracidad. Si no, las voy recogiendo y se las echo a su corral. Pienso en el buen número de larvas de esta especie de escarabajo que arderán dentro de la estufa. Y la de larvas de otros insectos. Y la de otros animalicos escondidos en la cortezas. Y la de miles de hifas de hongos que recorren las fibras. Y los millones de bacterias.


Y recuerdo el encendido debate del matacerdo.

2 comentarios:

Jesus Lechon dijo...

Calla, calla, no hablemos más de encendidos debates, no vaya a saltar una chusta y se pegue fuego hasta el Santo Cristo.

Recuerdos, sigo en casa de Sue, lleno de picotazos, y ahora acabo de aviar los pollos.

Anónimo dijo...

Sobre "el encendido debate"... por resumir, el ser humano puede reducir el número de maltratos y muertes de animales para sustentar su propia vida... pero no puede vivir sin matar ni maltratar a ningún animal.

¿Qué nos impide comenzar a reducir?

Saludos