Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

jueves, 28 de junio de 2012

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL CARRASCAL DE NOMBREVILLA?

Uno de nuestros árboles más emblemáticos es la carrasca (Quercus rotundifolia, Q. ilex subsp. ballota o también denominada en ocasiones Q. ilex subsp. rotundifolia). Si te fijas, en los montes de toda la comarca es el arbolado que más abunda, en algunas zonas en forma de masas puras, otra veces mezclado con sabina, o con rebollo, si la zona se encuentra a mayor altitud o con una orientación norteña. Casi de cualquier forma estamos acostumbrados a ver este árbol ocupando gran cantidad de montes de nuestro territorio, prácticamente cualquier monte donde no haya llegado el arado, o bien aquellas zonas donde antiguamente se asentaban bancales y poco a poco se van recuperando en una sucesión ecológica en la que poco a poco van formando parte esencial del nuevo paisaje vegetal.
 
Nuestros carrascales son medios que se han ido adaptando con bastante facilidad a los rigores climáticos propios de la continentalidad. Son resultado de una mezcla de condiciones edáficas y climáticas, una selección natural vegetal (y a veces humana) en la que la carrasca ha sido la afortunada.
 
Los antiguos bosques han sido aprovechados durante siglos por sus leñas, lo que ha conformado masas achaparradas, formadas por ejemplares con multitud de chirpiales, que es como los ingenieros denominamos a cada uno de los brotes de cepa o de raíz que surgen tras la corta a hecho o matarrasa de las mismos.
 
El pasado 30 de mayo el trabajo me llevó a tierras del Campo de Daroca. Cuando pasaba por la carretera, a la altura de Nombrevilla le eché un vistazo al carrascal, pues algo no me cuadraba dentro del paisaje primaveral: tenía muy mal color. Hice unas fotos y las envié a la Unidad de la Salud de los Bosques, de la Dirección General de Gestión Forestal del Gobierno de Aragón. Eran estas fotos, a las que aumenté la saturación para ver claramente las matas secas (se adjunta foto original con su aumento de saturación correspondiente):
 
Imagen 375
 
Imagen 375 copia
 
Imagen 376
 
Imagen 376 copia

Imagen 379
Imagen 379 copia
Se aprecian extensas zonas de carrascal completamente seco, tantos ejemplares dispersos como grupos, en algunas zonas fácilmente puede suponer del 5 al 10 % de la superficie, quizá más.

Carrascal Nombrevilla Ortofoto del carrascal de Nombrevilla
 
Tras varios días me contestaron. Según me comentaron el carrascal parecía sufrir un estrés hídrico bastante importante, relacionado directamente con la falta de precipitaciones durante un periodo prolongado, algo que están comprobando en otras zonas de Aragón, según comentaron. Se me hacía algo raro, pero tras consultar los datos de la estación meteorológica de Daroca la cosa me quedó bastante más clara, observa:
 
Daroca 2011 Precipitación mensual en Daroca. Año 2011. Elaboración propia a partir de datos de Aemet
 
Daroca 2012 Precipitación mensual en Daroca. Año 2012 (hasta mes de mayo). Elaboración propia a partir de datos de Aemet
 
El carrascal se asienta sobre terrenos de conglomerados silíceos, limolitas y arcillas rojas. Se trata de un terreno accidentado, bastante impermeable, con numerosos regachos y barrancos que se abren creando una intensa red fluvial, sólo funcional tras intensas precipitaciones tormentosas o lluvias persistentes (temporales de lluvia).
 
Prácticamente desde junio de 2011 la zona atraviesa un déficit acumulado de precipitación de 297,6 mm. Es decir, normalmente entre los meses de junio y mayo del siguiente año la precipitación media es de 493,2 mm. (precipitación anual media), mientras que entre junio de 2011 y mayo de 2012 la precipitación ha sido de tan sólo 195,6 mm., lo que significa un descenso del 60 % de la precipitación media anual. De 12 meses transcurridos, 10 han estado por debajo de la media en cuanto a precipitación. En cuanto a escasez de precipitación, son datos similares a los de otros periodos secos de la serie, como los años 1948, 1981, 1998 y 2001.
 
Otro dato que nos hace pensar que el estado del carrascal es cosa de una sequía bastante prolongada es la orientación y disposición del arbolado que se está secando. Casi todos los grupos se encuentran orientados hacia el lado izquierdo de las imágenes, lo que correspondería con una orientación Este – Sureste. En los vales y zonas más bajas de las fotos apenas se observan carrascas secas. Y es que las diferencias en la exposición en territorios donde la falta de lluvias puede llegar a ser tan acuciante marca la frontera entre la supervivencia y la muerte.
 
Resulta increíble que una porción tan definida de bosque muestre tan claramente los rigores meteorológicos de una época determinada, ¿verdad?. Es algo que no he podido comprobar en ningún otro bosque de la redolada, se trata de un verdadero laboratorio bioclimático.
 
A veces pensamos que los cambios en las masas arboladas naturales, de no ser por incendios o alteraciones humanas, pueden tardar decenas o cientos de años en llegar. La realidad parece bien distinta, y es que los cambios en nuestros bosques pueden ser mucho más efímeros. No obstante, suponemos que una vez se supere el umbral de precipitación “normal” el carrascal volverá recuperarse sin problemas. Mientras tanto lo seguiremos con interés.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es posible que tras la muerte de la parte aérea de estas carrascas se produzca un rebrote desde la cepa.
En ese caso, sería una retracción hacia posiciones de menor coste a la espera de un periodo de bonanza de precipitaciones que le permita aumentar su follaje.