Hace una docena de años puse en marcha una experiencia educativa en el IES Valle del Jiloca. Impartía por entonces una asignatura optativa que se llamaba “Botánica Aplicada a una veintena de inquietos quinceañeros. Después de probar varias fórmulas en otros cursos, aquel año me decidí. Investigaríamos los chopos cabeceros.
De hecho, se presentó el proyecto “El chopo cabecero en la comarca del Jiloca. Una investigación etnobotánica y ecológica en el aula” al Departamento de Educación y fue reconocido como proyecto de innovación educativa percibiendo incluso una pequeña ayuda económica para su desarrollo. Durante un año, además de estudiar las plantas y sus usos, nos dedicamos a investigar un aprovechamiento de los álamos negros muy propio de la cordillera Ibérica.
Ilustraciones de Paco Gracia en la pizarra del laboratorio del Instituto de Calamocha
Y lo hicimos con una perspectiva muy amplia. Se estudiaron los aspectos etnológicos, fisiológicos, paisajísticos y, sobre todo, ecológicos. El chopo cabecero era un laboratorio al aire libre donde analizar la distribución en altura y la orientación de los líquenes y musgos sobre la corteza del tronco, la presencia de nidos de pájaros carpinteros o la presencia a pie de árbol de los arbustos de dispersión zoócora, por citar algunas actividades.
Los equipos de alumnos hicieron muchas actividades. Encuestas, dibujos, fotografías, informes, conferencias, trabajos de campo y … además una página web. Una de las actividades que mejor recordamos fue una excursión, casi una expedición, para recorrer cuatro cuencas fluviales con chopos cabeceros durante dos días de un frío abril. Recorrimos las cuencas del Pancrudo (Torre los Negros), Martín (Torre las Arcas), Guadalope (Miravete de la Sierra) y Alfambra (Galve). Las tierras altas de Teruel.
En el puente de San Miguel (Torre los Negros), donde estudiaban la espléndida dehesa, acudió a grabarles un equipo de la televisión local de Calamocha (Canal 31, se llamaba entonces) en sus trabajos de campo …
… llegando a entrevistar a alguna de las estudiantes quien respondió con gran desenvoltura.
En esa excursión se trataba de comparar si existía variación en una serie de parámetros ecológicos entre los chopos cabeceros de las cuatro cuencas fluviales. Se trataba de intentar aplicar el método científico en biología de campo. Además de conocer mejor la realidad paisajística del sur de Aragón …
Al final de la mañana llegamos al valle del Guadalope. Los chavales estaban completamente desorientados. Tanto subir puertos de montaña diferentes y bajar a valles distintos. Les encantó el pueblo de Miravete de la Sierra, tan cuidado, tan pequeñico.
Desde allí nos acercamos a la magnífica dehesa fluvial de chopos cabeceros que hay río arriba, hacia el término de Villarroya de los Pinares. Algunos atrevidos se subieron a la cabeza del chopo más alto…
Energía y vitalidad sin freno.
Era una tarde gris. El cielo estaba cubierto y no presagiaba nada bueno. Nos acercamos a Fortanete para alojarnos en el albergue La Tiñada, donde cenamos y, quien pudo, durmió.
A la mañana siguiente comenzó un temporal de lluvia primaveral que se hizo nieve en el puerto de Villarroya y que no nos abandonó durante el resto del día. Ni siquiera pudimos visitar la chopera de Galve, tan maja, con sus dinosaurios. Incluso la siembra de bellotas de carrasca que hicimos en los cabezos de este pueblo estuvo pasada por agua. Una aventura que no olvidamos.
En ese grupo de expedicionarios se encontraban dos personas que, unos años después, han vuelto a encontrarse con estos formidables árboles viejos que son los chopos cabeceros.
Hace unos días, ahora como profesionales del periodismo y de la comunicación audiovisual, Cristina Jiménez y Nacho Fidalgo, junto con sus compañeros de El Molino Audiovisual, asumieron el reto de elaborar un vídeo promocional de la candidatura del Chopo Cabecero del Remolinar (Aguilar del Alfambra, Teruel) al certamen Árbol Europeo del Año 2015.
Tras el diseño del guión, estuvieron grabando a los vecinos de Aguilar …
tomando planos exteriores, incluso aéreos …
señalando detalles, captando el espíritu del invierno de estas tierras altas…
El fruto de este trabajo y del que vino después con el montaje, la locución y la composición es un audiovisual con un discurso potente en el que se enfatiza el carácter heroico de los viejos chopos cabeceros.
Es un vídeo elaborado en lo más duro del invierno. Los árboles, sin hojas, refuerzan la silueta del chopo cabecero con su ramaje en candelabro. Los sembrados, casi sin nacer, y los rastrojos sin atisbo de hierbas, colorean de tonos pardos las labores y los ribazos.
Y, ahí se quiso marcar nuestro hecho diferencial. Inviernos duros, fríos y secos. Ríos de escaso caudal, casi secos en verano. En estos ambientes se forjan los héroes. Solo los resistentes sobrellevan la adversidad.
Ya es difícil que un árbol llegue a viejo. Mil contratiempos pueden ocurrir con el correr de los tiempos. Los árboles viejos son patrimonios vivos. Pues si ya es difícil que en condiciones favorables los árboles lleguen a su senectud, mucho más lo es un clima como el de estas sierras.
Y el Chopo Cabecero del Remolinar es el héroe que está representando a todo un valle, a todo una larga e invisible cordillera, a todo una comunidad humana que desde el medievo han convivido en este paisaje. Cristina y Nacho han captado ese espíritu en este precioso vídeo.
El buen hacer y el compromiso con su tierra de Cristina, Nacho, Sergio, Ana o Nuria desde El Molino Audiovisual, me produce una profunda alegría. Comprobar como tus antiguos alumnos aplican su profesionalidad y entusiasmo a trabajos complejos y delicados como el documental La senda del Cañizar, a una película de un minuto como es la del Árbol Europeo del Año o a una cuidada entrevista como fue el Homenaje a José de Jaime, me lleva desde el reconocimiento a la emoción.
Los que me conocen saben lo que para mí significa la canción “Mermelada de moras”, de la Ronda de Boltaña. Estos días, he tenido esta sensación. La de estar viviendo una de las vueltas que da la vida.
Gracias, chavales.
4 comentarios:
El video es bonito, emotivo y transmite lo que busca, pero ahora sabiendo lo que lleva detrás, y como empezaron sus creadores a tener contacto con los chopos, es… no sabría cómo decir…, pero admirable y alucinante, enhorabuena al equipo de el Molino Audiovisual por su magnífico trabajo, y a ti Chabier por la labor que desempeñas, siempre he oído que el que siembra recoge, y tu llevas años sembrando desde el instituto, estos son los frutos.
Me ha gustado mucho esta entrada.
Chabier, no eres el único al quien la preciosa canción de la Ronda de Boltaña emociona e inspira... Gracias por compartir esta preciosa y emotiva entrada...
Continúo el comentario, perdón.
Debe de ser una sensación preciosa la de "recoger" lo que has sembrado, Chabier. Supongo que hasta para quitarte el sueño... De toda esta movida que habéis hecho de presentar este chopo con su historia y su gente al concurso, lo que más me impresiona es como os habéis "colado" en un concurso codeándoos con el roble "de Robin Hood" y con otras preciosidades famosas. Es el resultado de una insistencia, con mucho respeto pero sin pausa; no se os pone nadie por delante en tratar de mejorar, proteger y dar voz a lo que os rodea. Y ahora, encima, el chopo va a quedar entre los más votados. Es el premio para los que con sencillez trabajan con entusiamo para los demás. ¡Enhorabuena a todos! Nos alegramos como mínimo todos los votantes. Y muchas gracias por ser la voz de tantos y por compartirlo... Alicia
Que entrada más emocionante, supongo que a los protagonista les habrá encantado.
Enhorabuena a todos
Carmen Alijarde
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