Cuando decidimos viajar a Chequia y antes de consultar "Dónde ver aves en Europa" y la guía Lonely Planet (Praga y la República Checa, el título lo dice todo sobre el turismo en dicho país) tenía dos cosas en la cabeza.
Por un lado, la capital, una ciudad histórica y monumental centroeuropea.
Por otro, los sauces trasmochos presentes en los ecosistemas agrícolas del sur del país de los que conocíamos su importancia ecológica para la conservación de los invertebrados saproxílicos a partir de lo que nos había contado el profesor Marcos Méndez (el especialista en insectos saproxílicos de la Universidad Rey Juan Carlos) y habíamos leído del profesor Sebek y colaboradores.
Comenzamos nuestro viaje en Praga. Dirección oeste nos encontramos campos de un cultivo singular: el lúpulo. Una herbácea trepadora que se emplea para aportar el característico sabor amargo de la cerveza. Y en Chequia, hablar de cerveza no es cualquier cosa. Campos y campos de cultivo intensivo de lúpulo, con sus emparrados, con sus postes. No me sorprendió.
Al día siguiente nos dirigimos hacia las montañas del sur: la selva de Sumava pasando por Pilsen. Ya nos llamó la atención el paisaje agrícola. La intensificación agraria era evidente. Fincas de enormes extensiones dedicadas a un mismo tipo de cultivo. Ausencia de arbolado en el interior de las parcelas. Ausencia de setos y de linderos.
Eso sí, también pequeños bosques entre los campos, bosques de origen artificial. En realidad se trataba de cultivos forestales, generalmente de coníferas, pero también frondosas en ocasiones. Árboles todos de la misma edad. Este fue el modelo que encontramos en casi todos el país.
En muchas ocasiones se trataría de campos de trigo ...
... por entonces muchos aún sin cosechar pese a estar a mediados de julio.
En zonas de montaña también abundaban los campos de avena ...
En muchas ocasiones se trataría de campos de trigo ...
... por entonces muchos aún sin cosechar pese a estar a mediados de julio.
En zonas de montaña también abundaban los campos de avena ...
y los pastos sembrados de ray-grass para siega
Hacia el sureste de Bohemia eran comunes los campos de colza. Esta crucífera se produce para extraer el aceite de sus redondas y pequeñas semillas que tiene un extenso uso en la cocina. Estas hierbas altas, ya secas, estaban cerca de ser cosechadas ...
También en Trebon, encontramos un cultivo que ya no volvimos a ver: la adormidera. Miles de casi esféricas cabezuelas verdeazuladas se extendían por amplios campos ofreciendo una imagen singular.
Campos tras campos. Pero no encontrábamos árboles en los linderos. Nuestro modelo mental no encajaba con la realidad. Incluso cuando entramos en tierras de Moravia, al este del país.
La República Checa aplicó el modelo de intensificación agraria durante el régimen comunista en los años '50 del pasado siglo. Al igual que estaba ocurriendo en la Europa occidental en aquellos años, el gobierno checoeslovaco aplicó la política de profundas transformaciones en forma de concentraciones parcelarias. No conocemos bien la situación de partida, pero sí los resultados.
Eso sí, nos sorprendió encontrar árboles en los márgenes de muchas carreteras.
Árboles frutales. Siguiendo la antigua costumbre del imperio romano de plantar frutales en las orillas de las calzadas, para ofrecer sombra y, además alimento para las tropas durante sus desplazamientos. Ciruelos ...
La República Checa aplicó el modelo de intensificación agraria durante el régimen comunista en los años '50 del pasado siglo. Al igual que estaba ocurriendo en la Europa occidental en aquellos años, el gobierno checoeslovaco aplicó la política de profundas transformaciones en forma de concentraciones parcelarias. No conocemos bien la situación de partida, pero sí los resultados.
Eso sí, nos sorprendió encontrar árboles en los márgenes de muchas carreteras.
Árboles frutales, más bien jóvenes, todos de la misma edad.
Nos llamó la atención la presencia de árboles, generalmente tilos, el árbol nacional, junto a algunos monumentos con función religiosa. A pesar de la naturaleza poco practicante del pueblo checo (son muy numerosos las personas agnóstics) y del laicismo promovido durante el régimen comunista salpicaban las campiñas unas diminutas ermitas de planta casi cuadrada en cuyas esquinas crecían cuatro tilos.
Igualmente y sin ser comunes también vimos estatuas dedicadas a la Virgen María también flanqueadas por tilos, como esta imagen tomada al sur de Brno.
Teníamos esperanzas de encontrar paisajes agrícolas con viejos árboles trasmochos en el sur de Bohemia por lo leído del profesor Sebek. No fue así tampoco. Son famosos -y orgullo patrio- los viñedos. Hay motivo. Unos vinos diferentes. Nos gustaron tanto como las riquísimas cervezas checas.
Entre las viñas se veían pequeños campos de albaricoqueros, los más sin recoger. Como si fuera un fruto en decadencia en una sociedad inmersa en el mercado global de las grandes superficies y de los alimentos kilométricos. Pero no vimos trasmochos.
Lo más parecido fueron unos viejos sauces que salpicaban las praderas de Soutok.
Por lo que vimos, nos dio la impresión que el paisaje agrícola histórico estaba más que perdido en el sur de Chequia. Como en amplias zonas de Europa.
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