Recientemente ha sido presentado el libro “Los humedales de Aragón”. Es una obra coordinada por Eduardo Visuales y elaborada por un amplio elenco de investigadores y naturalistas, que ha sido editada por PRAMES y ha sido impulsada por el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.
Es pues un libro institucional en el que como suele ser habitual la superficie dedicada a las ilustraciones supera a la de los textos.
Uno de los éxitos de este libro es ofrecer desde su inicio una visión de conjunto a la enorme variedad de zonas húmedas existentes en Aragón. El concepto de humedal es de difícil abordaje en un territorio de la complejidad litológica, orográfica, climática e hidrológica como es el aragonés. Como bien plantea el coordinador no resulta fácil definir el concepto de humedal por lo que se ha tenido un criterio amplio. Se incluyen todos aquellos ambientes naturales o artificiales que estriban entre las masas de agua y los suelos saturados de agua, excluyendo los sistemas fluviales por la singularidad de su funcionamiento. Así, quedan recogidas lagos, lagunas, zonas pantanosas, balsas, estancas, galachos, ibones, manantiales, prados encharcados o turberas. Se organizan en humedales de montaña, fluviales, endorreicos, kársticos y artificiales.
En la introducción, además, se incluye un apartado a la importancia de los humedales y a difundir el Inventario de Humedales Singulares de Aragón, catálogo de las 238 zonas húmedas de mayor importancia ecológica en el que se establece un régimen de protección específico. Se clasifican en humedales naturales y artificiales. Entre los primeros se incluyen los freatofíticos, los de alta montaña (ibones, mayormente), las lagunas permanentes de agua dulce, las lagunas estacionales de agua dulce, las lagunas permanentes saladas, las lagunas estacionales saladas y las turberas. Entre los humedales artificiales o modificados de interés ecológico se encuentran diversas lagunas, estancas, albercas y algún pequeño embalse. Sorprende no encontrar en el Inventario a la laguna de El Cañizar (Cella-Villarquemado) pues si bien es un humedal en proceso de recuperación a partir de una laguna natural está mostrando un evidente interés ecológico, donde por cierto, urge comenzar estudios de su comunidad biológica. Una tarea pendiente del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.
Laguna de El Cañizar (Cella-Villarquemado)
El cuerpo de la obra presenta en cada apartado una introducción específica de cada ambiente: ibones, turberas, ojos y manantiales, dolinas y lagunas kársticas, galachos, carrizales, saladas y salinas, lagunas de origen natural y, por último, humedales artificiales. A continuación, a modo de fichas, se describen 115 humedales.
En lo tocante a las comarcas de Campo de Daroca y de Jiloca, han sido incluidas diez zonas húmedas. Entre los humedales endorreicos se encuentra la gran laguna de Gallocanta y las Balsas Grande y Pequeña de Santed. Entre los humedales kársticos, hay ojos y manantiales como los de Monreal del Campo, Fuentes Claras y Caminreal. En la categoría de “Otros humedales naturales” se describen la Laguna del Montecillo (Torralba de los Frailes) y la de Guialguerrero (Cubel). Participan en su descripción Fernando Herrero, José Luis Benito, Teresa Bellido, José Ramón López, Tomás Sanz y Eduardo Viñuales que describen la variedad de sistemas acuáticos existente en este territorio.
Ojos de la Rifa (Caminreal)
José Carlos Rubio, Javier Escorza y María Blasco describen humedales situados en las vecinas comarcas de Comunidad de Teruel, Cuencas Mineras y Comunidad de Calatayud. Uge Fuertes tiene el honor de llevar a la portada del libro una preciosa imagen de la Laguna de El Cañizar del Alto Jiloca.
En mi opinión, uno de los grandes valores del libro es presentar en sociedad a un gran número de pequeñas zonas húmedas prácticamente desconocidas incluso por sus vecinos que, a partir de ahora, serán más conocidas y apreciadas.
En el conjunto del libro merece destacar también las fotografías. Son más abundantes las de paisajes y las de aves, que las de plantas y las de invertebrados, especialmente las especies acuáticas, que tanta importancia tienen en la funcionalidad de estos sistemas ecológicos.
Laguna de Guialguerrero (Cubel)
Se incluyen un conjunto de humedales artificiales que son el resultado de la intervención humana sobre sistemas fluviales o lagunas endorreicas que se han visto alterados con severidad, tanto en la composición de su comunidad como en los procesos y dinámicas funcionales.
Incluir a los embalses dentro de un libro de humedales aragoneses obligaría a analizar el grave impacto ambiental de estas obras en la dinámica fluvial y otras consecuencias ecológicas. Los ríos son sistemas en los que de manera natural se transporta agua, sedimentos y seres vivos. Los ríos aragoneses han sido profundamente desvirtuados con la construcción de numerosas presas que han modificado y alterado profundamente los ecosistemas fluviales, sistemas muy relacionados con los humedales. Introducir Yesa, Mediano, La Peña, Santolea, Barasona, Mezalocha, El Arquillo, Caspe, Mequinenza, Ribarroja o La Tranquera, aún cuando soporten aves acuáticas o desarrollen carrizales en su cola supone incluir entre espacios naturales de altísimo valor por la naturalidad de sus procesos a otros espacios de mediocre interés ambiental y que han supuesto de forma indirecta la destrucción de ríos y otros humedales. Es una forma de confusión para el lector profano. Una manera de dar una justificación ambiental a una actuación humana de grave impacto en la Naturaleza. Aún cuando se contemplen medidas compensatorias como observatorios de aves o presas de cola.
Embalse de Lechago
La importancia de las zonas húmedas de Aragón, la enorme variedad de organismos y de procesos ecológicos requería de una obra que comience a introducir en la sociedad aragonesa una nueva visión de estos ambientes naturales. Estos sistemas naturales, que en muchas comarcas funcionan como auténticos oasis, deben ser contemplados con una nueva perspectiva más próxima a la Nueva Cultura del Agua que a la visión productivista del corto plazo que impera. La ecología es un nuevo paradigma que debe estar más presente en la gestión hidráulica.
1 comentario:
El embalse y la laguna son lo que mas me gusto, es majestuoso observarlo.
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