El roble marojo es un árbol de escasa abundancia en Aragón. De nuestra zona su mejor representación la compone el bosque que ocupa la ladera de umbría de la sierra de Fonfría, encima del pueblo, por lo que el paraje bien merece una visita.
Andaba en aquella ocasión visitando el robledal, anotando el cortejo florístico que acompaña a nuestro árbol, seducido entre los tonos verdes y amarillos que delataban al otoño, cuando una voluminosa seta llamó mi atención. Sin ser yo un experto micólogo, conocía cuando menos de vista las setas más habituales de nuestros montes, y aquella no la había visto nunca: un amplio sombrero convexo de un llamativo color naranja se separaba del suelo sostenido por un grueso pie de color amarillo. El pie de la seta poseía un característico anillo y por debajo sobresalía la parte superior de una gran volva blanca que desenterré parcialmente con mis manos.
No había ninguna duda. No la había visto nunca más que en fotografías de las guías micológicas, pero estaba ante mi primer ejemplar de Amanita caesarea, también conocida como Amanita de los Césares, una seta considerada como excelente comestible y que durante mucho tiempo fue digno manjar de los césares romanos. Merodeé el entorno, pero no vi ningún ejemplar más. Así que, ni corto ni perezoso, decidí sentirme Emperador de Roma por un día, así que corté la seta con cuidado, con cuidado la guardé, y una vez en casa bien consultada la guía y contrastada la especie, sin ningún cuidado me la cené.
Como si yo fuera el mismísimo Julio Cesar.
Raúl Pérez Vicente
3 comentarios:
Pero... esa foto (y especimen) es de este año?? De esta temporada?
No. Se trata de una foto tomada de la red. La sequía del verano ha sido muy severa y aunque ha caído alguna tormenta, todavía no se ven hongos. A esperar....
Teniendo en cuenta el frágil estado de la especie y la voracidad de la gente, pienso que no es buena idea sacar a la luz enclaves seteros y menos aún algunas especies.
Hay que dar a conocer la Naturaleza para poder amarla, pero publicitar sin asegurarnos antes un respeto a la flora y fauna, puede acarrear nefastas consencuencias.
Prudencia, por favor.
Un saludo.
Publicar un comentario