Cielos grises, blanquecinos. La nieve y ahora la lluvia cae durante varias semanas, casi un día si y otro día también. Es el final del invierno, el comienzo de lo que parece ser un inicio de primavera con mucha precipitación, uno de los más húmedos de los últimos años.
Las zonas más montañosas han recibido generosos paquetes de nieve que hacía años que no se veía, especialmente la rama más oriental de la Ibérica (sierras de Cucalón, Fonfría y toda la rama montañosa hacia las cuencas mineras, incluyendo las serranías de Lidón y alto Pancrudo).
Los efectos de la nieve en el campo son bien conocidos por los agricultores. Goza de gran popularidad del refrán “año de nieves, año de bienes”. La nieve depositada se va derritiendo poco a poco y pone a disposición del suelo una cantidad de agua que se va infiltrando a medida que las temperaturas ascienden. El sol de marzo incide ya muy perpendicularmente y la nieve no dura demasiado a nuestras altitudes, pero aun así el deshielo suele durar unos días, según la temperatura y el grosor de la capa de nieve depositada.
Uno de los sistemas hídricos más interesantes de nuestro entorno es la cuenca del Pancrudo. Su pequeño tamaño hace que las precipitaciones se noten especialmente, más aun si estas han sido en forma de nieve y con unos espesores o una frecuencia importante, como ha sido este año.
Las cabeceras de los arroyos más importantes que nutren al río Pancrudo (rambla de Cuencabuena, barranco del Regajo, La Riera o río de Pelarda – rambla de Nueros y la rambla del Pinar) recogen las aguas de las zonas más altas de la vertiente sur – suroeste de la sierra de Fonfría - Pelarda. Son multitud de ríos, arroyos, barrancos y pequeños cursos fluviales, la mayoría de ellos sólo activos tras episodios tormentosos de gran intensidad o lluvias persistentes equinocciales, además de tras fuertes nevadas, como ahora.
Esta es la red fluvial más importante del río Pancrudo:
Hemos acudido a los datos que nos muestra la red de estaciones de aforos que la Confederación Hidrográfica del Ebro pone a disposición de todo el mundo a través del servicio SAIH Ebro. Ahora incluso dispone de una aplicación para Smartphone muy interesante que permite ver todos los datos prácticamente en vivo, con una interfaz muy cuidada e intuitiva.
Con estos datos y los de Aemet hemos confeccionado este mapa de pluviometría del mes de marzo en Aragón, con especial interés en la cuenca del Pancrudo, dibujada sobre el mismo. Como ves, las precipitaciones han oscilado entre los 50 y los 100 litros por metro cuadrado en buena parte de esta cuenca.
Observa la evolución del nivel del río Pancrudo con las precipitaciones en las distintas estaciones pluviométricas de la zona:
En la gráfica se observan en barras las precipitaciones en algunos observatorios meteorológicos de la zona de la red SAIH Ebro así como el nivel del río Pancrudo a su paso por Navarrete. Puede apreciarse como precipitaciones no muy intensas en cuanto a cantidad (observar año 2013) provocan crecidas muy importantes del río, en este caso la mayor desde el año 2011. Durante el verano de 2012, sin embargo, precipitaciones más importantes pero muy separadas en el tiempo (fueron meses muy secos) trajeron consigo una disminución muy importante del nivel del río (esto unido a la época de riegos y a una dinámica de varios meses encadenados de déficit pluviométrico).
La persistencia de las precipitaciones son un factor decisivo en nuestro territorio a la hora de aumentar el nivel de nuestros ríos y acuíferos. Una temporada lluviosa, sin ser lluvias cuantiosas pero si muy persistentes, y en este caso, con nieve en las montañas, provoca que el terreno se vaya empapando y el resto de precipitaciones se conviertan con gran facilidad en escorrentía superficial. Ya el otoño fue bastante lluvioso, si lo recuerdas, con una temporada de hongos que se extendió casi hasta el mes de diciembre. Llevamos pues varios meses seguidos con precipitaciones casi constantes.
Hace unos días, después de algunas importantes nevadas durante el mes de enero y sobre todo marzo, me acerqué a la desembocadura de la rambla del Regajo, cerca de Navarrete. Lucía espectacular, como hacía años. Hacía mucho tiempo que no veía pasar el agua tan alegremente, llevaba años seca. Y es que el deshielo lleva la música del arroyo allí donde la nieve dejó el silencio.
Observa, entre estas dos fotos han pasado 18 días. La primera es del 10 de marzo y la rambla llevaba bastante agua y algo turbia pues aun eran aguas del deshilo de las zonas superiores de la sierra de Fonfría (la zona más central de la sierra, concretamente). Llevaba ya unos días con agua. La segunda es del día 28, aguas mucho más cristalinas y menor caudal, pero igualmente con flujo constante.
Este barranco es muy poco activo. Es mucho más común ver con agua la Rambla del Pinar o incluso la Rambla de Cuencabuena. Por supuesto, estos dos cauces también llevan abundante agua desde hace ya días.
Hace unos años te explicamos la relación del Índice NAO con la abundancia de precipitaciones en la península. Llevamos varios meses con NAO próxima a cero y tendencia negativa. Puedes consultarlo aquí: http://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/precip/CWlink/pna/nao.sprd2.gif Y desde luego parece que la tendencia a corto plazo sigue siendo negativa o muy próxima a cero.
El nivel de nuestros ríos y arroyos es un indicador excepcional y un elemento fundamental de cara a la alimentación y cría de numerosas especies de aves y anfibios, y como no, peces. Los ambientes húmedos, aun siendo pequeños, son unos oasis y crean condiciones para un sinfín de formas de vida, un verdadero apoteosis de la biodiversidad en territorios como el nuestro.
Recuerdo hace años, a finales de la década de los 80, cuando podían verse pequeñas truchas del terreno en el río de Pelarda, en su tramo más alto. Es de suponer que la existencia de peces en ese tramo tan alto era porque no faltaba agua.
Los seres vivos siguen unos ritmos estacionales muy marcados que dependen en gran medida de la precipitación anual. Aquí ya te hemos contado algunos dramáticos episodios de sequía. Hace tan sólo un año os contábamos también el fuerte estrés hídrico que atravesaba la vegetación (incluso las duras carrascas) tras varios meses sin lluvias generosas en el entorno del bajo Jiloca – Daroca - Nombrevilla. Esta vez toca ciclo húmedo, disfrutemos pues de la primavera que se nos presenta.
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