En el marco de la presentación del libro "El triángulo de Hielo, Teruel, Calamocha, Molina de Aragón" en la sala de exposiciones de Calamocha el pasado 17 de diciembre de 2013, se impartieron varias charlas sobre el tema “El frío en Teruel”. Una de ellas, la que dio el investigador Roberto Bayod, trató sobre las neveras en el Bajo Aragón.
Las neveras del pasado eran depósitos subterráneos, rellenados con nieve, que tenían como objetivo almacenar allí la nieve en los meses de invierno para luego enfriar ciertas productos en ella. Para que la nieve no se derritiera la distribuían en varias capas alternadas con otras capas de paja.
Estructura de una nevera. Fuente: El Masino
Estas neveras se empezaron a utilizar por la recomendación médica del consumo de la nieve. Los usos que tenían eran pues medicinales como bajar la fiebre, tratar las infecciones o como analgésicos. Para hacer bebidas frías o helados. También como conservantes de alimentos frescos y para la venta de nieve a los trabajadores en verano para que estos se refrescaran.
La importancia de estas neveras a nivel social era convertirse en un artículo de primera necesidad. A nivel económico les proporcionaba a los propietarios importantes ingresos. Por ello se desarrolló una red de neveras que, en el Bajo Aragón, estaba formada por 63 depósitos documentados. En el conjunto de Aragón hay más de 500 neveras conocidas.
Las neveras eran de planta circular, tenían las paredes forradas de piedras, un túnel de desagüe y una cubierta abovedada. El objetivo de estas plantas era el aislamiento. La nieve que se convertía en líquido se eliminaba por los desagües.
Podían ser urbanas, cuyo objetivo era asegurar el abastecimiento de nieve y de almacenamiento teniendo como fin el acumular nieve para su posterior distribución y venta a los centros de consumo. Las neveras tenían propiedad comunal y arrendamiento anual. Había rutas de transporte para su comercio. Estas rutas podían ser muy largas y en la mayoría de ellas de perdía un tercio del material total transportado. Cuando agotaban la nieve tenían que ir a otras neveras.
Una famosa ruta es la de la ruta de las Bóvedas del frío, compuesta por la nevera de Alcañiz, Belmonte de San José, Calanda, Cañada de Verich, Ginebrosa, La Mata de los Olmos y Valdealgorfa.
Las razones y momento de su decadencia están relacionadas con la desamortización de los pozos de nieve lo que ocurrió antes de la aparición del hielo artificial, en el primer cuarto del siglo XX. Entonces comienzan a parecer muchas fábricas de hielo artificial en numerosas localidades.
Las viejas neveras comenzaron a restaurarse a finales del siglo XX y se han creado rutas para su promoción cultural y turística, como elemento patrimonial.
Maria Rodrigo Valdearcos
1 comentario:
Muchas gracias, muy buen artículo.
Saludos!
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