Un día fuimos a Anento y encontramos un nido de Oropéndola.
Me estuve metiendo varias veces en un hide e hice alguna foto.
Mientras tanto papá se quedaba en el coche mirando a ver si entraban las oropéndolas y una de esas tardes observó que una Curruca mirlona entraba a cebar a una parra …
así que se acercó y descubrió un nido muy bajo y muy accesible en el que había cuatro pollitos muy bonitos.
Esa misma tarde empecé a meterme con un escondite para ver si entraban, y no tardaron nada en acostumbrarse.
No había probado nunca a hacer vídeo con la cámara, pero me pareció tan bonito ver cómo asomaban los pollos al oír al adulto que hice alguna grabación:
Observándolas descubrí cosas muy interesantes de su comportamiento, como por ejemplo las siguientes:
* los primeros días los adultos se comían los sacos fecales de los pollitos para no dejar rastro de la presencia del nido.
* cuando los pollos aún eran muy pequeños, los papás se tumbaban encima para darles calor después de llevarles comida.
* los adultos capturaban presas muy variadas, como grillos de matorral o insectos palo, aunque normalmente cazaban orugas y escarabajos.
* En una hora metido en el escondite los adultos podían ir a cebar unas nueve o diez veces para alimentar a sus cuatro pollos.
Observar este nido me ha gustado tanto que incluso el último día de clase me levanté a las seis de la mañana para probar a hacerles fotos con buena luz y a las nueve y cuarto ya estaba en el cole jugando con mis amigos. Al cabo de esos diez días los pollitos se hicieron grandes, y la última vez que fuimos ya estaba el nido vacío.
Esas tardes de espera y observación también nos ofrecieron la oportunidad de detectar a más especies de aves criando en el mismo valle, como los Petirrojos
o Picogordos, que es una especie muy rara como nidificante en la provincia de Teruel.
Carlos Pérez Naval
1 comentario:
Que entrada más bonita y que artista de la foto.
Carmen Alijarde
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