Nuestros abuelos no generaban residuos. Todo tenía un uso. Todo se aprovechaba. Si no antes, después. A veces esos cachivaches esperaban años en los graneros de las casas. Aquello se acabó. Lo muy rústico ha acabado en manos de los anticuarios. Lo menos, en el vertedero.
Pero los abuelos son resistentes y se obstinan en seguir los principios que han guiado sus vidas. Y uno de los básicos es el principio de aprovechar todo, de reducir el gasto superfluo, de ingeniárselas para resolverse los problemas. Y, es que además, les daba mucho gusto encontrar un nuevo uso para algo que dejaba de tenerlo.
Esta es una serie de imágenes dedicadas a los somieres que hemos encontrado en nuestras excursiones.
En Olalla para parchear la puerta de una paridera …
En Bádenas para cerrar un huerto…
En Linares de Mora para cerrar un bancal ….
O en Herrera de los Navarros haciendo de cerca del hortal (ya perdido) …
… con detalles de artesano.
Sirva este artículo como homenaje a unas personas que nos enseñaron mucho con su ejemplo.
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