El mes de septiembre ha comenzado con lluvia. En Calamocha, el miércoles se recogieron 24 litros y ayer cayeron otros tres más. La humedad relativa ha aumentado además al haber disminuido las temperaturas, sobre todo por las mañanas.
Llegan estos días de septiembre tan característicos del Jiloca en los que comienza a hacer fresco aunque no frío, y en los que aún se dan tormentas y que nos traen cielos nublados y muy grises.
Me vienen a la memoria los septiembres de la infancia. Días de aventuras por los huertos, de final de vacaciones. De libertad.
Oigo por las calles jugar a los chavales que se han quedado en el pueblo con los abuelos mientras los padres han marchado a la ciudad. Se ha terminado la fase de las peñas y tal vez cansados de la play-station vuelven a jugar a lo que juegan todos los niños. A pillar, a esconderse … Da alegría oírles correr y gritar por las noches en las calles del Rabal.
Los huertos comienzan a declinar en su desarrollo y producción, ahora que empezamos a coger tomates en abundancia. Es el sino de nuestro clima.
Son los días de coger manzanetas y ciruejos. De disfrutar del final del verano. Un final que por esta tierra es … delicioso.
3 comentarios:
Yo también recuerdo lo delicioso del final del verano. Las merendolas furtivas de zanahorias y tomates lavados en la fuente o en la acequia. Las ricas manzanetas "verdedoncella" que ya casi forman parte del archivo histórico del paladar. La vuelta al cole y el adios a las vacaciones, ese sabor agridulce del volver a empezar. Lo recuerdo como si fuese ayer.
Disfrutad de estas noches antes de que se apague la voz de grillos y sapos parteros...
También por el Bajo Aragón histórico este tiempo es delicioso: temperatura agradable, una hermosa luz diurna, manzanas, moras,...y el entusiasmo de iniciar el nuevo ciclo donde todo está por hacer y por vivir.
Saludos desde Andorra.
Olga
Es increíble, yo prefiero un clima húmedo que uno muy caluroso.
Publicar un comentario