Cuando se pasa de la cuenca del Huerva a la del Aguas Vivas desde Cucalón y Lanzuela hacia Bádenas se cruza un pequeño puerto que queda enmarcado entre el Cabezo del Monte (1.200 m.) y la Peña de la Fuente de los Cuervos (1.218 m.).
Un amplio y poco conocido territorio se extiende a los pies del viajero.
Un conjunto de pequeños montes recogen las aguas hacia el río Cámaras mediante dos sistemas fluviales: el arroyo del Cañar y el barranco de la Solanas.
Son montes de suaves relieves, conocidos en esta parte como cabezos.
Por el norte cierran los Cabezos del Peral, el de Valero y el Cabezo Manzano. Por el sur, la larga cuerda de la Peña del Castillo, primer contrafuerte de la Modorra casi le cierra el paso al Cámaras cuyo valle se estrecha al salir hacia Bádenas.
Se trata de un conjunto de vales separados por pequeños cerros.
Afloran en estos terrenos pizarras silúricas, limolitas y cuarcitas silúricas.
Antaño estos montes eran aprovechados por sus pastos para la cría de pequeños rebaños de ovejas y cabras …
y para la producción de carbón vegetal a partir de carrascales ….
rebollares ….
y marojales …
La deforestación en amplias zonas de estos montes favorecía los procesos de erosión por las aguas superficiales. Se desarrollaban cárcavas en las cabeceras de los barrancos. Los episodios de avenidas se sucedían afectando sobre todo a pueblos como Villar de los Navarros o Azuara, en la parte baja del valle del Cámaras.
En los años 50 del pasado siglo, aprovechando la abundante mano de obra, los bajos salarios y un marco político autoritario desde los gestores del Patrimonio Forestal se iniciaron extensos trabajos de plantación de coníferas en estos montes.
Buena parte de estos montes están poblados por pinares, mayormente laricios de Austria. Y ofrecen paisajes como estos.
En los fondos de valle se respetaron algunos rebollares y marojales que han sido catalogados por su valor ecológico como Bosques Singulares por el Departamento de Agricultura y Medio Ambiente.
En los terrenos dedicados a pastos, el bosque recupera poco a poco su terreno a través de las fases pioneras (tomillo, aliaga y lastón) y las intermedias (estepar con gayuba) de la serie de la sucesión ecológica de los carrascales y rebollares silicícolas continentales.
Estos montes tienen un notable potencial ganadero. La pérdida de los ganados de ovino y la desaparición años ha del caprino favorecen la recuperación de la cubierta vegetal. Ahora bien, algunos pastos productores de finas hierbas, se están cerrando de espinos, zarzas y aliagas, sobre todo en las umbrías. Estos matorrales continuos son además muy vulnerables al fuego. Por eso es de celebrar la reciente instalación de un ganado vacuno cerca del manantial de La Peñuela.
Salvo algunos aprovechamientos mineros, abandonados desde hace décadas, las grandes empresas nunca tuvieron interés en estas sierras. Las gentes marcharon a la ciudad, como los años se arreglaron las casas y se dedicaron al esparcimiento (setas y caza) para la siguiente generación.
Hoy el capital vuelve a poner los ojos en estas sierras. Ahora el negocio es la energía eólica. Dispositivos de medición de la velocidad del viento se erigen entre Luesma y Bádenas. Es probable que asistamos a un brusco cambio en el paisaje tras la implantación de aerogeneradores.
De momento disfrutemos de estos cabezos libres de líneas eléctricas y de industrias eólicas. Mientras duren. Los cielos limpios en esta sociedad no tienen precio pero realmente tienen un gran valor.
2 comentarios:
Estos bosques están siendo amenazados en la actualidad por la construcción de un parque eólico y por la proliferación de enormes pistas para meter maquinaria pesada en el bosque y talar grandes zonas de él. ¿no se puede hacer nada para evitarlo?
Parece que a los ediles de esta zona les importa poco la naturaleza, con sus proyectos de parques eólicos tan poco compatibles con la preservación de la naturaleza. Solo les motiva el dinerico....
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