Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

viernes, 20 de diciembre de 2013

LA MALA VIDA DE LOS ÁRBOLES URBANIZADOS

Mucho o poco, incluso en los pueblos de Teruel, los núcleos urbanos crecen. Nuevas calles, jardines, edificios públicos, viviendas, polígonos industriales, áreas residenciales …. el cemento y el asfalto sellan los campos que rodeaban las últimas casas. En los valles, el crecimiento urbano se produce a costa de terrenos de regadío. La huerta, la valiosa joya de cada pueblo.

Hoy en día estos campos, incluso las de regadío, valen mucho más como terreno urbanizable que como tierras de labor. Los años del boom inmobiliario, esta diferencia se multiplicó todavía más.

Veamos el caso de Calamocha. En su imparable avance urbanístico muchas huertas son engullidas. Entre ellas, la mayor. La Huerta Grande. Huertos, ribazos, acequias y árboles han sido destruidos para establecer el Paseo de San Roque, el recinto ferial, el teatro auditorio, la biblioteca municipal, numerosos bloques de viviendas e incluso el parque municipal, ya junto al río.

La Huerta Grande era famosa por la abundancia de arbolado: olmos y chopos  trabados con enreligadera y nogueras, docenas de grandes nogueras. La mayor parte de ellas fueron taladas y venbidas por su madera. Pero algunas no. Si su ubicación no interfería con el avance urbanístico, algunas se conservaron para incluirlas en el paisaje urbano como árboles de alcorques, rotondas o en los jardines de los espacios públicos. Estas últimas llevan buena vida. Casi no han notado el cambio. No así las primeras.

Durante los primeros años no se apreció gran diferencia. Pero en los últimos se está observando una progresiva falta de vitalidad hasta que llegan a secarse. Es el caso de esta noguera situada en una rotonda el mismo paseo de San Roque. La foto fue tomada el pasado 21 de octubre. El álamo cano, a la derecha en la imagen, mantiene su follaje aún verde. La noguera carece de hojas. Está seca.

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Las excavaciones dañaron sus raíces. El cemento y el asfalto sellaron el suelo. El árbol está muerto.

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En las primeras fases de este proceso de falta de vitalidad se encuentran la noguera de la rotonda de la avenida Zaragoza, frente al instituto. Junto al monumento de Santa Orosia. Ha perdido las hojas de varias ramas, a pesar de que dispone de una pequeña de superficie con césped alrededor del tronco….

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…aunque las ganas de adecentar los pueblos nos pueden tanto que el cemento llega hasta casi el mismo árbol.

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En fin. Mala vida para estos árboles rurales productores de fruta reconvertidos hoy a árboles de paseo.

1 comentario:

Jesus Lechon dijo...

También la tristeza propia de recordar el lugar donde nació y verlo ahora habrá influido.

Misma tristeza de recordar la Huerta Grande como tierra de labor, y verla ahora como hito urbanístico, cualquier visita que llevas al pueblo, queda impresionada por las casas que pueden verse, ...Mientras uno tiene la vista puesta en lo que veía antes. De haber podido marcharse, la Noguera se habría marchado.

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