Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

sábado, 5 de diciembre de 2015

UNA DISCORDANCIA FRENTE A ACERED

Acered. Tarde de finales de agosto. Nos tomamos un refresco en el bar de la plaza. Chabi venía cansado tras dos días de recorrer el Camino del Cid, me contaba emocionado sus aventuras y vivencias en soledad atravesando campos y montes.

En el pueblo solo vimos a algunos ancianos, a unos albañiles y a unos niños, apurando el inminente inicio de curso, apurando –posiblemente- los últimos días en el pueblo en compañía con sus abuelos. Los últimos días de libertad total.

Me asomé al barranco que pasa bajo el pueblo. El barranco de Acered, que nutre la rambla Valcodo, afluente del Jiloca por su margen izquierda. Enfrente, una inclinada ladera poblada por zumaqueras, aún con sus hojas verdes. Arriba, unas lomas y un cabezo que terminaba en unos campos de almendros. Ahí estaba, la discordancia.

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En la parte inferior de la fotografía se aprecian unas rocas de tonos pardo grisáceo. Son pizarras. Son muy antiguas. Proceden del metamorfismo de limos y arcillas que se depositaron formando estratos de grosor hectométrico en una cuenca sedimentaria marina durante el Cámbrico medio-superior. Hace unos 510 millones de años, cuando se estaba produciendo una gran diversificación de la fauna en los océanos pero todavía no había vida en los continentes. Estas materiales finos, posteriormente fueron cubiertos por  estratos de diversos materiales que los consolidaron y transformaron. Más adelante recibieron los embates de la orogenia Hercínica, que los plegaron y probablemente intensificaron la transformación apareciendo minerales laminares de mayor tamaño. Comenzaron su evolución hacia las pizarras que son. La orogenia Alpina, muy posterior debió rematar la faena. Pueden verse dispuestas en estratos muy inclinados, casi verticales. Las aguas las han erosinado arrastrando los materiales finos desprendidos. La oscilación térmica, la gelifracción y otros agentes externos las desmenuzan desprendiendo fragmentos que se acumulan formando pequeños canchales, colonizados con dificultad por las zumaqueras.

Estas pizarras, emergidas durante el levantamiento de la cordillera Ibérica, debieron quedar arrasadas. Posteriormente, fueron sepultadas por derrubios procedentes del desmantelamiento de los jóvenes relieves vecinos, de las montañas en las que afloraban las cuarcitas que hoy encontramos en la sierra de Santa Cruz (la que separa la cuenca del Gallocanta y el Bajo Jiloca). Unos conglomerados formados por clastos silíceos, gravas y arcillas rojas  que se acumularon desordenadamente en la transición entre el Plioceno y el Cuaternario (hace 1,8 millones de años) y que no llegaron a cementarse. Unos estratos que ya no se vieron afectados por plegamiento alguno, por lo que se disponen más o menos horizontales. Estos materiales contrastan con las pizarras que recubren.

discordancia Acered

La erosión de los conglomerados sin cementar forma relieves suaves pero también cárcavas o terreros (bad-lands). Como en Los Tollos de Navarrete.

La incisión de la red fluvial erosionó los depósitos de conglomerados y dejó a la intemperie las pizarras que recubrían, formando a un tiempo la rambla de Acered.

Saboreando la suave tarde de otoño volvimos por la estrecha carretera que por Atea, Murero y Manchones alcanza Daroca. Mientras me contaba Chabi sus avatares, mientras escuchábamos el disco “Tierra”. Allí le enseñé la canción “Quién te cerrará los ojos” de José Antonio Labordeta en este caso interpretada por Mª José Hernández. Tan apropiada para estos pueblos, para estas tierras.

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