Los Montes Beskides es una alineación de macizos montañosos que recorren el este de la República Checa, el norte de Eslovaquia, el sur de Polonia y el oeste de Ucrania. Tiene una longitud de 600 km y una anchura de 70 km. En realidad, forman parte de los Cárpatos occidentales. Su cima es el Babia Góra, está situada entre Polonia y Eslovaquia.
Estábamos apurando nuestro viaje estival por Chequia y, antes de volver a Praga, quisimos acercarnos a los montes Beskides desde las llanuras del sur de Moravia. Conforme nos aproximábamos desde el suroeste asomaban unos montes oscuros de escaso relieve de los que no sabíamos casi nada.
En el capítulo República Checa (de cuatro páginas) de la guía "Dónde ver aves en Europa" encontramos un párrafo sobre la avifauna de estas montañas entre las que destacan las especies forestales como el pico dorsiblanco, la cigüeña negra, el águila pomerana, el cárabo uralense, mochuelo alpino y mochuelo boreal. Como ya habrán imaginado los lectores habituales de este blog, no vimos ninguna de estas seis especies. Dedicamos el día y poco que nos quedaba a comprender el paisaje vegetal y los usos del territorio. Y mereció la pena.
Definimos una excursión por uno de los muchos senderos marcados para ciclistas y caminantes, dos diversiones muy populares en el país, en la zona de Vsetín, localidad con un notable desarrollo situada industrial en un entorno montañoso. Nos recordaba a algunos valles del País Vasco.
Nos llamó la atención el sistema de gestión forestal tan intensivo. Parcelas de límites regulares siguen turnos de corta a matarrasa. Casi todos los árboles de cada parcela tienen dimensiones y edades similares. Vamos el modelo de las escuelas forestales centroeuropeas de mediados del siglo XIX.
En la foto de satélite que ofrece Google Map se aprecia claramente la influencia de este modelo de gestión forestal en el paisaje.
Nos encaminamos por una pista que remontaba unos boscosos montes. Predominaban las coníferas (píceas comunes y, en menor medida, abeto común) pero conforme ascendíamos los hayedos se hicieron cada vez más presentes.
Las píceas comunes ...
formaban masas densas ...
en las que la luz no alcanzaba ni las ramas bajas, que acababan secándose, y en cuyo suelo se almacenaba las acículas formando una capa de mantillo.
Las píceas comunes se intercalaban en algunas zonas con los abetos, más viejos y con mayores diámetros y alturas, así como con diferentes turnos de corta.
Nos llamaron la atención los hayedos. Los árboles tenían troncos muy rectos y muy altos ...
Unos fustes muy valiosos para la industria tradicional de la madera de la región.
Las cortas a matarrasa formaban unas masas densas de jóvenes árboles ...
.. que nos recordaban a las de algunas zonas del Moncayo.
Por la tarde, di un corto paseo por los alrededores del alojamiento, cerca de Liptal, en un entorno de prados, cultivos y bosques. Un paisaje en mosaico de piezas muy regulares.
Era un pequeño y reciente hotel de montaña orientado al turismo checo, en expansión con el rápido crecimiento económico del país en las dos últimas décadas.
Predominaban las coníferas, sobre todo las píceas comunes ...
con escaso sotobosque y numerosos hormigueros ...
También había algún alerce y, sobre todo, pinos royos ...
A diferencia del bosque de la mañana, la variedad de árboles caducifolios era mucho mayor. Es cierto que también predominaban las hayas ...
pero también eran comunes los robles y los arces blancos ...
entre las que libaban algunas mariposas como la vanesa ...
En aquellos cuarteles en donde se talaban las píceas ...
se desarrollaban altos herbazales ...
entre los que prosperaba la belladona ...
... formando sus brillantes y negros frutos.
Con este paseo de atardecer ....
me despedí de los bosques y campos de los Beskides de Chequia.
1 comentario:
Bonitos bosques! Otras tierras y otros preciosos paisajes...
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