La pérdida de suelo agrícola es uno de los principales problemas ambientales y agronómicos en territorios con relieves importantes y lluvias torrenciales. Los abuelos lo sabían y lo tenían en cuenta a la hora de gestionar sus campos de cultivo manteniendo ribazos entre diferentes parcelas y aún, dentro de la misma.
La irrupción de la maquinaria y la intensificación agrícola han eliminado miles y miles de kilómetros de linderos. El agua de escorrentía se infiltra en menor medida, adquiere velocidad y se reduce la producción y la calidad edáfica. Cualquiera lo entiende.
Paseando por la sierra de Herrera nos encontramos con esta imagen.
Las endrineras y las escalambrujeras formando una maraña de raíces y de ramas.
Endrineras con las ramas cuajadas de flores, para alborozo de las abejas y de otros polinizadores. Desafiantes a las heladas de abril ....
Ribazos vivos.
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