Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

lunes, 13 de junio de 2016

EL CORRAL DE LABORATORIO

Este año decidí plantarle cara a los químicos del campo, al menos a ese que tengo más cercano, casi por hobby.

Tenemos un pequeño corral con una docena de frutales que desde hace unos años se rociaba de herbicida para eliminar toda la hierba, de manera que la explosión de color de la primavera se convertía rápidamente en agostamiento perpetuo, tierra desnuda y sin vida. Así era la mayor parte del año.

Hasta ahora los árboles se trataban para evitar la salida de pulgones y otras plagas propias del manzano. Son casi todos variedad “Golden” y algún “Reineto”. La “química agrícola”, como en otros tantos huertos y plantaciones, ha imperado en el corral desde hace varios años.

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Con un compuesto muy diverso de semillas que sobró de una de las obras que llevo en el trabajo decidí cambiarle la cara y devolverle rápidamente la naturalidad perdida. El compuesto concretamente es el siguiente:

10% Festuca arundinacea
10% Agropyrum cristatum
10% Agropyrum desertorum
25% Lolium westerwoldicum
10% Vicia sativa
15% Onobrychis viciifolia
10% Medicago sativa
10% Melilotus officinalis

Tenemos varios manzanos y un ciruelo (a la derecha en la foto), este año las heladas tardías acabaron con la flor de todos ellos (unos días más tarde de hacer la instantánea).

El caso es que a finales del invierno sembramos unos cuantos metros cuadrados de prueba bajo los árboles. Tardó en salir, pero poco a poco las herbáceas fueron cubriendo el suelo, tal y como quería (bajo el ciruelo ya se apreciaba en esta foto, del 15 de abril).

Mi principal objetivo era tener el suelo cubierto de herbáceas y especies autóctonas con flor bajo los frutales para favorecer la presencia de insectos, cuantos más mejor. Un pasto tipo pradera, buscar el equilibrio entre áfidos y otras plagas que previsiblemente los árboles van a soportar y sus enemigos naturales. ¿Mantendrán a raya las plagas de insectos?

Doce frutales en un terreno desnudo, sin vegetación, un territorio 100% hostil para los insectos es difícil de mantener sano si no es con tratamientos fitosanitarios. Pero, ¿y si dejamos actuar a la naturaleza empezando por el suelo? ¿Y si luego dejamos de tratar el arbolado? La prueba es ideal este año, sin cosecha. Nada en juego…

En la primera visita y tras las lluvias de mayo comenzaron a verse los primeros ataques de pulgón en algunos árboles. Poca cosa, pero ya vi las primeras mariquitas, algo que me ilusionó en esta experiencia, sin haberlas introducido en la zona, salieron como de la nada. Mis aliadas en esta lucha ya estaban patrullando, así, nada más llegar. El herbazal ya empezaba a asomar, este año se librará del fuego químico (aunque tengo preparada la desbrozadora para más adelante).

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Uno de los manzanos al que no le suele llegar mucha agua de riego estaba bastante tocado por el pulgón. Su crecimiento es lento, su aspecto frágil. De momento allí no se veían mariquitas. Lo dejé estar.

Casi 20 días después la vegetación sigue creciendo. Destacan las malvas, que han colonizado buena parte del suelo. Estas siempre salían solas, sorprende la memoria del suelo, el banco de semillas y su perdurabilidad, tras años y años de herbicida.

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Han salido también amapolas, ortigas en la zona más cercana a la sombra de la pared y muchas más especies, muchas de ellas de flor. Todas consideradas “malas hierbas”. Han cubierto mucho más suelo del que sembré. Las abejas y otros insectos vuelan por doquier. Es un pequeño oasis, mi pequeña aportación de biodiversidad a un planeta cada vez más castigado y enfermo. A los ojos del agricultor tradicional, todo un “neoquímico”, seguramente un auténtica marranada. Tampoco vendría mal una pasada de las gallinicas de Chabier… esto también fue territorio gallina en su día.

Los primeros árboles afectados por el pulgón se les ve bien. Voy a visitar el más castigado. Cuento un número muy elevado de mariquitas, grandes, pequeñas y también un sinfín de larvas de mariquita, que no tienen nada que ver con los adultos. En todos y cada uno de los ramilletes afectados por el pulgón hay presencia “policial”. Recordemos que hace dos semanas en este árbol no había ninguna, estaban en los otros árboles.

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Todas ellas estaban alimentándose de los pulgones, luchando contra la plaga del árbol más dañado. La actividad es frenética, es la guerra…En cada brote de hojas tiernas con pulgón un montón de soldados – mariquita, un tratamiento fitosanitario que me sale gratis, ¿cuál será el resultado final?

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En dos semanas volvemos… y a ver qué tal.

El corral de laboratorio (segunda parte)

3 comentarios:

Manuel Moya dijo...

valiente y sabia decisión,
felicidades
...y ánimo, no todo serán resultados inmediatos.

salud!

Agus dijo...

Muy buen artículo, espero que los resultados sean iguales y los demás te podamos copiar.
Carmen Alijarde

Anónimo dijo...

Hola,
por si interesa:

plantas herbáceas

http://repoblacionautoctona.mforos.com/1970525/12106065-plantas-herbaceas/


variedades agrícolas tradicionales

http://repoblacionautoctona.mforos.com/1970525/10560521-variedades-agricolas-tradicionales/


Saludos