Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

miércoles, 29 de marzo de 2017

QUE NO TE QUITEN EL TREN

Teruel fue la última de capital de provincia en tener su ferrocarril. El Central de Aragón, construido por la Societé Général pour favoriser l’Industrie National, no entraría en servicio hasta 1903, la friolera de más de medio siglo después de que lo hiciera la primera línea ferroviaria construida en el Estado español, la Barcelona-Mataró. 

Viaducto del Calatayud-Caminreal en Luco de Jiloca

Miro un mapa de caminos de 1546. La red es densa y es mallada, la ciudad de Teruel está conectado con Cuenca y el Levante, con Zaragoza, otro ramal conduce a Cataluña y a medio camino intersecta con otra vía que discurre de norte a sur y que encuentra su final a orillas del Cinca, en MoNzón. Miro otro de 1720, las carreras de postas. Teruel comunica tan sólo con el Levante. Y miro otro de caminos de ruedas de 1758, un ramal del viario que une Madrid con Zaragoza llega hasta Teruel y después va a morir al Mediterráneo. Miro mapas del siglo XX, recogen las primeras autopistas. No soy muy amigo de estas vías rápidas por las que rápido se llega y rápido se marcha. En mi opinión, han hecho más mal que bien. Pero estos mapas me confirman lo que ya sé, que el hecho de que Teruel fuera la última capital de provincia en disponer de ferrocarril no constituye una anomalía histórica a la que mirar con cierta simpatía, es norma. 

Mapa de caminos de 1546 Fuente: wikivia.org
El Central de Aragón fue el primer ferrocarril de la provincia de Teruel. Unía las ciudades de Calatayud, Teruel, Sagunto y Valencia. Puede que no respondiera a las expectativas, pero no hizo que crecer desde su puesta en marcha y sus resultados económicos, gracias a una gestión racional y eficiente, fueron buenos. Estos, de hecho, motivaron la construcción de un segundo ramal, directo a Zaragoza desde Caminreal, que sería inaugurado con gran pompa y boato el 2 de abril de 1933, que sería de lo mejorcito en obra pública de la época y que es el que todavía da servicio. La línea de 1903, entre Calatayud y Caminreal, fue cerrada definitivamente en 1986. Aun puede encontrarse balasto y raíles en algunos tramos; los taludes, las trincheras y los túneles son evidentes en buena parte del recorrido muerto. 

Inauguración del Caminreal-Zaragoza Fuente: Eco de Teruel

No es el único ferrocarril desahuciado en la provincia. Abandonado quedó el Alcañiz-Teruel que iba, además, a venir de Francia y a bajar hasta Jaén; suspendido definitivamente cuando sólo quedaba que colocar los raíles y las traviesas. Un espejismo ferroviario resultan los edificios que al olvido se pudren entre las localidades de Teruel y Alcañiz y los taludes y desmontes que, al cruento desamparo, extrañan sus carriles. El tren que no fue ha dejado su impronta en el paisaje como si hubiera sido.

Estación de Caminreal en la actualidad

Y en la ciudad de Teruel. Una imponente escalinata diseñada y construida en estilo neomudéjar salva el desnivel entre el casco urbano y la vega del río Turia. Ladrillos y azulejos dan la bienvenida al viajero que hasta aquí llega en ferrocarril. La desmesura es evidente. Pero la escalinata no espera sólo a los viajeros que llegan a Teruel desde las poblaciones a las que el ferrocarril Central de Aragón da todavía servicio. Ella espera a los que no habrán de llegarse hasta aquí, a los que habrían de haber tomado el tren que nunca fue en Francia, Lérida, Caspe, Alcañiz, Utiel, Baeza o Algeciras.

Escalinata de Teruel Fuente: Teruel en Imágenes

La historia del ferrocarril en Teruel es así de amarga. Pero no es menos amarga en el resto del Estado. Salvo las ingentes inversiones en trenes de Alta Velocidad que se han demostrado, finalmente, catastróficas para el erario público, y si obviamos las redes de cercanías de ciudades como Madrid y Barcelona, al tren convencional hace tiempo que no le llega una perra. El problema es que a Teruel lo único que le queda, en materia ferroviaria, es ese tren, el convencional. Y con la que está cayendo, la que le ha caído y la que parece está por caer, el sur de Aragón no puede perderlo.

Estoy pensando en los planes de la Unión Europea de reorganizar el transporte, sobre todo, de mercancías, aprobando una tasa, la Euroviñeta, para el transporte por carretera en concepto de costes externos, asociados a sus mayores impactos ambientales y sociales, y económicos, relativos al deterioro de la infraestructura.

El Central de Aragón a su paso por Cuencabuena

Porque en contra de lo que la omnipresencia del camión hace suponer, los costes económicos y ambientales del transporte por carretera, en largas distancias, son muchísimo mayores que por ferrocarril. Mover la producción a grandes distancias en tren resulta más barato, para la empresa responsable de esa producción, que hacerlo por carretera. Pero también resulta beneficioso para el conjunto de la sociedad. 

El consumo energético del tren por tonelada y kilómetro recorrido es aproximadamente la mitad del carretero, lo que se traduce en menos emisiones de gases de efecto invernadero y de otros contaminantes. Elevar ese misérrimo 4 por ciento de mercancías que, hoy en día, transporta el ferrocarril en el Estado español, a niveles propios de países más avanzados en este tema como Austria o Suiza significa reducir, en consecuencia, nuestros gastos en sanidad y en reparación y conservación ambiental. Estos no aparecen en las cuentas de la economía –lo que busca la Euroviñeta es, precisamente, que sí lo hagan-, se posponen, de ahí que sean conocidos como costes externos, sin embargo, en algún momento habrán de ser asumidos. Contemplando, claro está, la remota posibilidad de que no estemos ya, de un modo u otro, pagando esos costes cuando hemos de aprobar ayudas a zonas declaradas catastróficas, tras grandes trombas de agua o nieve e inundaciones –lo que huele a cambio climático que para qué- o en concepto de cuidados a personas aquejadas de enfermedades respiratorias. 

Cantábrico-Mediterráneo por Teruel

El corredor Cantábrico-Mediterráneo ha de pasar por Teruel y ha de dar, y esto es lo importante, un buen servicio a la provincia que ayude a revertir las graves circunstancias demográficas que atraviesa. Y que lo haga sin tener que renunciar a los importantes valores ambientales que el territorio atesora. Valores que, por las razones expuestas anteriormente, y por otras como el menor impacto paisajístico que la infraestructura ferroviaria ocasiona -en las que no he querido entrar por no alargarme en demasía-, el tren está en mejor posición para contribuir a su conservación.

En caso contrario, el Central de Aragón, que milagrosamente da todavía servicio, terminará por desaparecer y la Euroviñeta, una medida sensata que cae mal aquí por la irresponsable gestión de un sistema de transporte que ha apostado en exclusiva por la carretera, obligará a las empresas turolenses a buscar localización donde dispongan de un tren con el que mover su producción. La movilización popular sea quizá el modo de impedir ese último éxodo del interior al Levante, salir a la calle este sábado de mañanas a exigir que no nos quiten el tren.

Diago Colás

martes, 28 de marzo de 2017

EL RETO DE PROTEGER NUESTROS PAISAJES

El próximo JUEVES 30 de MARZO, a las 19.00, en el Salón de Actos del edificio de Geología del Campus de la plaza San Francisco de Zaragoza tendrá lugar la quinta (y última) MESA REDONDA del ciclo organizado por el Geoforo por una Nueva Cultura de la Tierra.

El tema con el que concluye este ciclo es "EL RETO DE PROTEGER NUESTROS PAISAJES". Quiere servir de contrapunto a la preocupación por los riesgos naturales que soporta nuestro territorio y a los que se han dedicado las sesiones anteriores. 


La atención que prestemos a la protección del PAISAJE, como representación de nuestra percepción global del medio físico y humano y de nuestra forma de relacionarnos con él, constituirá un signo de progreso de nuestra sociedad.

¡Allí estaremos!

domingo, 26 de marzo de 2017

RECUPERANDO MINI ECOSISTEMAS

Hace unos días leí con estupefacción en un grupo de Facebook que ya hay agricultores que están comprando cajas de abejorros para polinizar árboles frutales como el almendro, pues abejas e insectos parece que cada vez escasean más en nuestros campos de cultivo y la polinización es cada vez más dificultosa. Y a todo esto, el déficit de abejas se convierte también en negocio… da que pensar.
 
Resulta alarmante e inquietante los extremos a los que estamos llegando. Que en la ciudad no haya este tipo de insectos podría ser normal, o al menos comprensible, dada la contaminación y la escasez de plantas con flor que existen… ¡¿pero en el campo?!
 
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Las caléndulas en el hortal urbano atraen a insectos beneficiosos como las abejas
 
Si echamos un vistazo estos días a las enormes extensiones de cultivos que nos rodea veremos que el verde se impone poco a poco en el paisaje. Y en esos cultivos veremos muy pocas plantas con flores. Tampoco se ven apenas en los ribazos, si es que quedan ribazos.
 
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En el campo hay “química para todo”. Un otoño lluvioso como este del año 2012 empuja a muchos agricultores a echar herbicida en sus campos.
 
Árboles con flor van quedando pocos en los secanos. Los viejos almendros de los ribazos son abandonados. Los árboles frutales se convierten en enormes cultivos intensivos que se tratan químicamente para todo: para evitar plagas, mejorar el tamaño de los frutos, limitar la floración, limitar el crecimiento de ramas superiores y por tanto disminuir las podas… absolutamente todo se intenta modificar químicamente para maximizar la producción de frutos y reducir al mínimo el tiempo de trabajo en el campo. Queremos más por menos, pues el mercado y los precios mandan.
 
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Almendro en flor en las inmediaciones de Pozuel del Campo
 
Todas estas acciones evidentemente no nos salen gratis. Los campos cada día tienen menos vida. Vamos directa o indirectamente  hacia la “Primavera silenciosa”.
 
Con el tiempo descubrimos que nos vamos quedando sin bosques. Que los retazos de vegetación natural que quedaban van desapareciendo y con ellos especies emblemáticas de nuestros campos, no sólo desde el punto de vista natural, también cinegético. El declive de las aves esteparias es imparable según los estudios. Si, nos damos cuenta que los animales “grandes” desaparecen y cada vez se ven menos, pero… ¿y los pequeños? ¿qué pasa con los insectos?
 
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Los meses de mayo y junio consituyen la época de floración de la gran mayoría de flores de nuestros campos. Estampa primaveral en el barranco del Cabezuelo junto al Pancrudo (Navarrete – Cutanda)
 
Ante tanto silencio tan sólo algunas voces contradictorias se alzan de vez en cuando desde el mundo rural cuando vemos algo que no cuadra: de repente no hay caza, ahora cada día se ven menos abejorros y hay que comprarlos para evitar que los frutales se queden sin polinizar… y a todo eso hay que unir un tiempo atmosférico cada vez más loco, más cálido y con patrones que amenazan con dejar las primaveras sin frutos. La floración de los frutales se adelanta y dadas las fechas todavía no hay suficientes insectos polinizadores. Las heladas harán el resto. ¿Somos verdaderamente conscientes del mundo hacia el que vamos?
 
Hace un año puse en marcha en el corral una experiencia de autocontrol biológico. Básicamente consistía en dotar al terreno desnudo y anteriormente tratado por herbicida de cuanta más diversidad vegetal mejor, sembrando un compuesto de varias especies y dejando el crecimiento libre de estas y otras especies que expontáneamente van saliendo.
 
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A pesar de las heladas invernales la vegetación se ha instalado ya en prácticamente la totalidad de la parcela con la siembra de otoño. Las primeras plantas en flor suelen ser las pequeñísimas verónicas verónicas y Diplotaxis erucoides, que ya atrae a los primeros insectos cuando las temperaturas se van suavizando y los árboles comienzan a florecer.
 
Este otoño reforcé la cobertura vegetal con más siembra y ahora me he propuesto introducir más especies con flor. Cuanta más diversidad y más se alargue en el tiempo y espacio la floración, mejor. Las flores son muy importantes y ofrecen alimento a multitud de insectos, incluyendo las abejas, que polinizarán mis árboles frutales. Darán cobijo a otros insectos que a su vez limitarán el crecimiento del pulgón. Esos insectos atraerán a las aves insectívoras y estas a su vez a alguna rapaz que otra que pasará por la zona. Ya se dejan ver carboneros, jilgueros, colirrojos… y multitud de gorriones, que a modo de banda de forajidos se encargan de saquear de la parra los últimos racimos otoñales.  Creamos un pequeño mundo, una microreserva en un corral de unos 300 m2 en los que antes sólo había unos manzanos y suelo desnudo en donde la química del herbicida y el fitosanitario era el limitante para multitud de formas de vida. ¿Por qué no pueden convivir producción y naturaleza?
 
Llegamos a un momento en que toda ayuda es poca. Mientras la agricultura se va percatando de las barbaridades que se están cometiendo directa e indirectamente en nuestros campos nuestras pequeñas acciones también sirven. Si reservamos en nuestros huertos, jardines, terrazas y parterres  espacio para plantas con flor, para formas de vida naturales, contribuiremos a la supervivencia de muchos insectos que de otra forma cada vez quedan más restringidos, insectos a los que este tiempo loco también deja en jaque. Tomillo, lavanda, espliego, romero, calendula, ajedrea… son entre muchas otras las plantas de nuestros campos y montes, plantas indispensables para el ciclo de la vida en nuestras tierras y que podemos adoptar para nuestro día a día.
 
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sábado, 25 de marzo de 2017

¡A REFORESTAR!

Con el final del invierno vuelven las actividades reforestadoras que organizan asociaciones culturales y ayuntamientos de nuestra comarca. 

El día 18 de marzo, la A.C. Vaguena movilizó a sus socios para plantar árboles en el término de Báguena.

Este domingo 26 de marzo, se celebran sendas reforestaciones en Monreal del Campo y en Calamocha, dos jornadas que ya forman parte del calendario ciudadano de los dos pueblos.

En el primer caso, es el ya consolidado proyecto de plantación en linderos entre parcelas de cultivo y en islotes que el Ayuntamiento de Monreal del Campo, bajo la dirección de Julio Sánchez, lleva varias décadas en marcha y que consigue implicar de forma entusiasta a los vecinos de dicha localidad, además de a otros sectores interesados en la conservación de la naturaleza. Es un proyecto muy reconocido y que comienza a exportarse a otras localidades para realizar concentraciones parcelarias con beneficios ambientales. El punto y hora de encuentro será en el Pabellón Polideportivo a las 9.30 mañana domingo. Necesaria ropa de campo, la comida la pone el Ayuntamiento. Más información en este enlace.


Y, año a año, se va consolidando "Plantamocha". Una iniciativa de la Peña La Unión de Calamocha que moviliza a la juventud de esta localidad para plantar árboles en la Cañada de Santa Bárbara, cerca del área recreativa. La actividad también se celebrará el domingo 26 de marzo siendo necesario traer una azada y acudir a las 9.30 a los locales de la Peña La Unión. La comida la ponen ellos, la gana tú.


Mañana domingo ... ¡a reforestar!

miércoles, 22 de marzo de 2017

PESCANDO GAMBAS

Estaba al lado del río con la cámara viendo aves (currucas capirotadas, mirlos...) y de repente vi que había un chochín en la orilla del río.



Al principio no sabía que hacía, pero al cabo de un rato vi que sacó una gamba.



La verdad es que me sorprendió mucho ya que había visto muchas veces el chochín pero nunca lo había visto con ese comportamiento.

A ver si lo veo otra vez!

Carlos Pérez Naval (texto y fotos)

jueves, 16 de marzo de 2017

II JORNADAS ARAGONESAS DE ORNITOLOGÍA ... ¡EN GALLOCANTA!

La Asociación Anuario Ornitológico de Aragón-Rocín prepara un potente programa de actividades dentro de las II Jornada Aragonesas de Ornitología para el fin de semana del 25 y 26 de marzo en la localidad de Gallocanta. Este es el programa.

SABADO 25 de marzo.

- 9,00 recepción en Gallocanta (Zaragoza) (Albergue Allucant, c/San Vicente s/n).

- Ruta ornitológica guiada por la laguna de Gallocanta y su entorno.

- Comida de alforja.

- 16,00 1ª convocatoria Asamblea General Ordinaria de la AODA-Rocín.

- 16,30 2ª convocatoria Asamblea General Ordinaria de la AODA-Rocín

- 18,30-20,30 Sesión de Talleres y Ponencias:

- 18,30 Aves y tendidos eléctricos en Aragón: problemática y soluciones. Plataforma SOS Tendidos Eléctricos, por Juan Antonio Gil Gallús.

- 19,15 Colisiones y electrocuciones en aves; estadística de los ingresos en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre por José Manuel Sánchez.

- 20:00 Mesa redonda.

- 20:30 Formación de equipos para el Maratón e inscripción

- 21,30 Cena (Albergue Allucant)

Búho campestre. Foto: Uge Fuertes
DOMINGO 26 de marzo.

- 8,30 Maratón ornitológico

- 14,00 Comida (Albergue Allucant)

- 16,00 Puesta en común del listado de especies obtenido en el maratón.

- 16,30 Big Year 2016. Objetivo 300 (¡¡Aú!!). Raro 2016, por Fco. Javier Sampietro

- 17:00 Ornitoaragoneses por el mundo:

- Escandinavia, por Miguel Angel Martín.

- Perú, por Javier Train

- Sudáfrica, por Arturo Rubio

- 18,30 Clausura de las jornadas

Los gastos de alojamiento y manutención corren a cuenta de los asistentes. La cena del sábado y la comida del domingo se celebrarán en el Albergue Allucant donde también es posible la pernocta. Se deberá reservar plaza en el tfno. 976803137 o por Whatsapp en el 650562204.

Para la realización de los itinerarios ornitológicos y el maratón se emplearán los vehículos privados, siendo deseable que se compartan en la medida de lo posible para minimizar al máximo el número de vehículos circulantes.

Salvo la asamblea, que es un acto para los miembros de la asociación, todas las demás actividades están abiertas al público en general.

domingo, 12 de marzo de 2017

EL BOSQUE DE ARTEA Y LA CUEVA DE LOS CRISTINOS

Última mañana en el parque natural de Urbasa. Tras la excursión al nacedero del Urederra y el paseo por el Raso, quisimos rematar nuestro viaje recorriendo el Monte Limitaciones de Améscoa y conociendo dos parajes de gran interés para los naturalistas: el bosque de Artea y la cueva de los Cristinos. Fue un broche perfecto. 

Nos acercamos a la localidad de Larraona, cerca de la muga con Álava/Araba, remontando el valle del río Uiarra, un afluente del Urederra. La carretera pasa por San Martín, Eulate, Aranache y nos detenemos en Larraona. Todos estos pueblos se disponen en la solana del Monte Limitaciones, a más de dos kilómetros del río. Dejamos el coche y comenzamos una ruta que asciende por una pista forestal. Atravesamos materiales coluviales depositados durante el Cuaternario y que han sido colonizados por el robledal.


La cuesta es empinada pues debe resolver doscientos metros de desnivel en un kilómetro. Termina en el puerto de Larraona.


La cresta la forman los materiales más resistentes. Son unas calizas con foraminíferos y con erizos de mar fosilizados (conocidos en la zona como calbarros) que se depositaron en ambientes marinos durante el Cretácico. Las cruzamos a través de un portillo ...


 y accedemos a una planicie boscosa en la que se levanta un imponente dolmen ...


y la armoniosa ermita dedicada a San Benito ...


Son dos muestras de la espiritualidad popular de otros tiempos de las gentes que poblaron estas montañas. Dos monumentos preciosos.

En el llano se extienden el bosque y el pastizal sobre unas margas y calizas arcillosas depositadas en ambientes de plataforma continental durante el Cretácico. Sobre estas calizas se ha desarrollado un karst. Y, en su superficie, son abundantes unas arcillas rojizas acumuladas tras disolución del carbonato cálcico. 


El pasto es aprovechado por ganados que campan libres en las dehesas y en los rasos. Ganados de ovejas lachas ...


y de vacuno de carne ...


... que se recogen en bien arreglados apriscos.


En las cercanas dehesas, como ya vimos en el Raso de Urbasa, monumentales hayas trasmochas con el turno de poda más que perdido ...


Estábamos en el último día de marzo. La primavera comenzaba a despuntar tímidamente tras un invierno generoso en precipitaciones ...


El monte Limitaciones de Améscoa está dentro del parque natural de Urbasa-Andía. La recuperación y la creación de las dehesas es una de las preocupaciones de sus gestores. Hay mucho interés en mantener los usos tradicionales, especialmente, los aprovechamientos ganaderos. El ganado ha sido un importante agente en la creación del paisaje y de los agrosistemas actuales. En el fondo de las pequeñas dolinas, donde se acumulan las arcillas de decalcificación, se plantaban jóvenes arbolillos ...


Fuimos en busca de la cueva de los Cristinos. No había ningún tipo de indicación hacia la gruta. Según donde aparecía en un sencillo mapa nos encaminamos hacia una ladera de pasto con enebros. Frío, frío.


Carmen disponía de un sistema de localización que yo no terminaba de entender. Ella ponía todo su empeño. Cambiamos de ruta y abandonamos esa vaguada rodeando un cerro rocoso poblado de hayas, algunas magníficas ...


Carmen seguía la orientación que le brindaba la tablet. Como los niños, yo confiaba en la tecnología y en ella ... pero, por si acaso, miraba a un sitio y otro para encontrar un cartel que indicara "CUEVA DE LOS CRISTINOS". Pero no. Este cartel no aparecía. Mientras tanto, con el rabillo del ojo, iba rebuscando entre los enebros algún senderico abierto por los excursionistas que llevara a la boca de la cueva. La teníamos muy cerca. Y, en el fondo de una dolina y medio tapada por un avellano, dimos con ella. 


En realidad, se trataba de una sima que se abría en el subsuelo formando una cueva.

Nos llamó la atención cómo se gestionaba la visita de esta cavidad. La entrada es libre. Unos escalones y una cadena facilitaban el acceso a su interior. Sin embargo, desde el parque natural no se ayudaba a localizarla colocando señales. Ese era el filtro principal para evitar su masificación y los riesgos.


El nombre tiene relación con las guerras carlistas. En especial, con la Primera Guerra Carlista que tuvo importantes acciones bélicas en la comarca de las Améscoas. Los cristinos eran los partidarios de la causa de Mª Cristina de Borbón en su conflicto dinástico con Carlos Mª Isidro de Borbón, aspirante que tuvo en tierras navarras y vascas un fuerte apoyo. No parece claro el papel de esta cavidad en dicha guerra. Almacén de armas, cementerio de fusilados o cárcel natural de los prisioneros liberales pudo llegar a ser.

Mientras tanto, se acercaron un par de parejas de excursionistas que también venían a lo mismo. Y nos internamos en la cueva con ellos. Venían mejor preparados que nosotros. Trajeron unas linternas que resultaron fundamentales para recorrerla sin darnos muchos tozolones en los techos. Fue divertido ir buscando los pasos que comunicaban las salas entre los bloques desprendidos, dando en la mayoría de los casos, con callejones sin salida.

La cueva tiene dos salas. La primera es la que te recibe. Dispone de una corriente de agua que, en aquellos días posteriores al deshielo de marzo, llevaba un buen caudal. La segunda, tiene un lago de precioso color azul. En una y en otra, estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas ... Se apreciaba algo de vandalismo, pero poco me pareció tratándose de una cueva tan visitada y sin vigilancia.

No hice fotos en el interior pero me he permitido tomar prestada esta preciosa del fotógrafo Aitor Abadía.

Cueva de los Cristinos. Foto: A. Abadía de "El poder de la luz"
La cueva es fascinante. Entiendes el placer aventurero de los espeleólogos. Pero también la compensación con la belleza que descubren. Allí tienes ambas sensaciones. Si queréis disfrutar con más imágenes de la cueva es recomendable visitar un par de páginas: Mendiak y Amescoa-Navarra.

A la salida, nos despedimos de aquellos veteranos excursionistas y nos dirigimos hacia el bosque de Artea, el último objetivo de nuestra ruta. En las guías turísticas se promociona como "El bosque encantado". Y algo de encantado sí que tiene. Realmente es un hayedo que crece sobre un paisaje kárstico ruinoso. Allá que nos fuimos.


Las calizas han sido disueltas formando un conjunto de pináculos ...


estrechos ...


pasadizos ...


en los que crecen árboles fantasmagóricos que parecen abrazarse ...


Árboles que son verdaderos monumentos. Algunos tienen incluso pozas sobre el mismo tronco ... 


... de donde parece que en cualquier momento va a asomar una rana.

Los vendavales derriban regularmente ramas de los árboles. Las peor ancladas, las más expuestas ... A veces troncos enteros. Los hongos esperan este aporte imprevisible de madera para metabolizarlo.


En este ambiente húmedo y nemoral prosperan plantas muy exigentes en agua. Es el reino de los musgos, que tapizan cualquier superficie vegetal o mineral que se preste. Y de los helechos ...


o de la herbácea y bulbosa escilla ...


... o del leñoso rododendro ...


Fuimos saliendo del bosque de Artea para reencontrarnos con la ermita de San Benito, el dolmen y el portillo que nos puso en la pista forestal. Mientras bajábamos pudimos ver mejor, a nuestros pies, el valle del Uiarra y, enfrente, la sierra de Lókiz ...


Con el sol en alto nos llegamos al pueblo. Una mirada atrás nos mostró los salientes del monte Limitaciones ...


La sierra de Urbasa se ha mostrado espléndida con nosotros. Bosques, flora, hidrogeología, paisaje ganadero y el modelo kárstico en todo su esplendor. 

viernes, 10 de marzo de 2017

LAS GALLINAS DEL JILOCA

Primer año para mí en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza. Una de las asignaturas del primer cuatrimestre fue Etnología, dedicada a conocer las razas de cada especie animal. Una materia muy motivadora para los novatos, pues consiste en ver y conocer muchas cosas sobre vacas, perros, gatos, ovejas… y varias especies más.

Entrados ya en materia, el profesor Carlos Sañudo nos dice que tenemos que hacer un trabajo centrado en conocer una o varias razas de una determinada especie. Entonces se me ocurrió que podía hacerlo sobre las gallinas de corral que tanta gente cría en el ámbito rural. ¿Dónde centrarlo? En la Comarca del Jiloca, por supuesto.


Comencé entonces a planificar las visitas a diferentes corrales en las localidades de Calamocha, Tornos y Odón. Mi objetivo era conocer si la tendencia en los corrales era la de tener gallinas de razas puras o gallinas seleccionadas por algún aspecto productivo.


También era importante conocer más de cerca en qué consistía eso de criar gallinas. Por lo tanto comencé por preguntar sobre alimentación, ambiente y cuidados a los animales.


Después de haber recogido un montón de información sobre qué comen, donde viven y qué hacen, pasé a la parte fundamental del trabajo: las razas. Esta fue sin duda la parte más sorprendente, al encontrar razas de criadores aficionados realmente curiosas.

En Odón vi estas gallinas de raza Araucana, que no tienen cola y además ponen los huevos… ¡de color azul!

 

Otras, con ornamentas espectaculares y de pequeño tamaño, como esta hembra de raza Paduana:


También vi en la localidad de Calamocha, gallinas Sedosas, nombre que hace honor al plumaje de los ejemplares.


Y quizá la más llamativa de todas las que vi, fue la raza Guineana:


Además de estas y otras razas (curiosas cuanto menos), sin duda las reinas de los gallineros en el Jiloca, son las gallinas híbridas: cruce de varias razas para conseguir ejemplares más productivos. O como dice mi abuela, las de toda la vida.


A lo largo de todo el trabajo observé un total de 14 razas en 8 corrales. Además de las anteriores vi otras como la Serrana de Teruel, Castellana, Euskal Oiloa, Sussex, Brahma o Leghorn.

La gran conclusión del trabajo, fue que las estirpes de gallinas híbridas presentan el mayor censo y difusión con amplia diferencia. Así pues, el interés por las gallinas de raza se reduce a las personas que ponen verdadero interés en conseguirlas: no es común tener gallinas de razas puras.

También pude comprobar que la tradición es el motivo fundamental que induce a los criadores a producir gallinas, pero que razas autóctonas como la Serrana de Teruel, no tienen gran influencia porque son más difíciles de conseguir.

Tras todo lo que he aprendido en la realización de este trabajo, me queda de nuevo demostrado que hacer trabajo de campo, es la mejor forma de conocer algo en profundidad.

Alicia Benhamou
Estudiante de 1º de Veterinaria
Universidad de Zaragoza