Esta Semana Santa hemos estado por Roma. Un tiempo magnífico típicamente primaveral daba la bienvenida al visitante e invitaba a recorrer sin descanso toda la ciudad.
Panorámica de Roma desde lo alto de la cúpula de San Pedro, en el Vaticano
En el reino del pino piñonero un bullicio de nacionalidades se extiende por toda la ciudad. Roma no es una de esas ciudades europeas limpias de rincones tranquilos, carril bici y parques fluviales. Su encanto reside precisamente en todo lo contrario: coches, autobuses, motos y ambulancias invaden un ambiente puramente urbano y caótico que sólo se rompe (de manera soberbia, eso si) con cada resto arqueológico, allí donde las piedras talladas se alzan y te hablan de muchos siglos de historia.
Entre las ruinas del Coliseo pueden verse especies como el cernícalo vulgar
Panorámica de montañas nevadas al noreste. Posiblemente Monte Velino (Apeninos)
Es en esos lugares donde se atisba acaso una pizca de naturaleza, pero allí eso es suficiente. La pareja de cernícalos revoloteando sobre el Coliseo, la corneja cenicienta alcahueteando entre el césped de los parques, o el sonido de los vencejos (que cerrando los ojos te traslada a pleno estío, a una tarde a la sombra en mitad de la Morería calamochina).
Ciao bella Roma, fino alla prossima
3 comentarios:
Es extraño que en Roma se vean antes los vencejos que las golondrinas, ¿no?
Si que es extraño, yo también lo pensé... a lo mejor las golondrinas estaban en zonas más a las afueras y no tan en la ciudad.
Por cierto que hoy he visto las primeras en la zona de Valmadrid (Zaragoza), volando por el pueblo. ¿Ya se han visto las primeras por el Jiloca?
Gracias por compartir una foto del coliseo Romano, siempre quise ver como era desde adentro.
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