Hace unos días andábamos por el barranco del Cañuelo (Bádenas). Era el amanecer de una mañana luminosa y fría, típica de nuestros inviernos. La influencia del próximo valle del Ebro se manifestaba en el viento, el cierzo.
En esta hora de la mañana, cuando los rayos inciden lateralmente, la luz te permite apreciar detalles sobre la superficie de las rocas que en otro momento del día pasarían desapercibidos. La luz dibuja entonces los suaves contornos de los pequeños relieves, como bien saben los paleontólogos buscadores de icnitas.
En este caso, nos encontramos imágenes como estas.
Se trata de una cuarcita.
Las sombras ponen de manifiesto a las grietas abiertas en la superficie de la roca. Pero, una observación detallada permite apreciar que la fisuración tiene una profundidad mayor, penetrando incluso hacia la parte oculta.
¿Cuál es la explicación de este fenómeno?
Las rocas formadas en zonas profundas de la corteza, como las metamórficas o las magmáticas, están en equilibrio con las condiciones de presión en las que se originan. Si estos materiales acceden a la superficie, por procesos tectónicos o por erosión de aquellos que los recubrían, se encuentran bajo presiones muy inferiores. La roca se descomprime y se dilata. Esta situación de distensión favorece la apertura de fisuras y de grietas en el seno de la roca, especialmente en las zonas más superficiales.
En estas grietas puede retenerse el agua de infiltración sobre todo si los materiales son poco permeables, como es el caso de la cuarcita. Si se producen episodios de heladas, el agua retenida se congela aumentando de volumen lo que ejerce un efecto de cuña sobre las paredes de la grieta, que terminará creciendo. Este proceso es la gelifracción. Este proceso repetido a lo largo de un invierno, seguido de un invierno tras otro, acaba fracturando la roca.
En estas cuarcitas, en fragmentos de contornos rectos.
1 comentario:
Chavier, creo que este fenómeno es el que observo en Berrueco, en una era que he convertido en bosque de pinos y explica la cantidad de piedras con perfiles rectos que abundan en su término. Lo observo en la falda de una pequeña colina llamada de San Antón en el límite sus del pueblo. Feliz año y gracias por la información.
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