El uso de la laguna de Gallocanta por la grulla común durante sus viajes migratorios y como zona de invernada se remonta a finales de la década de los setenta del siglo pasado tras la puesta en marcha de la primeras medidas conservacionistas encaminadas a regular la caza en este humedal aragonés.
Desde entonces, la población invernante y las concentraciones de grullas durante los pasos migratorios se ha incrementado de un modo regular a la vez que ha ido creciendo el efectivo de la población occidental, la que inverna en la península Ibérica, consecuencia del marco de protección que goza en los diferentes países europeos.
En paralelo, el Gobierno de Aragón lleva años aplicando unas medidas agroambientales consistentes en abonar a los agricultores el gasto de sobresiembra necesario que compense por las semillas que comen las grullas en las sementeras. Al mismo tiempo, se puso en programa de censos periódicos a lo largo del otoño y el invierno para estimar su población mediante censos semanales.
Desde hace una docena de años, naturalistas de la Asociación de Amigos de Gallocanta están estudiando de un modo individualizado la migración de la grulla en Gallocanta mediante una sistemática lectura a distancia de los ejemplares marcados con anillas de colores aportando cuantiosa información a las bases de datos europeas.
La grulla común está presente en la laguna de Gallocanta desde mediados de octubre hasta mitad de marzo.
El paso migratorio postnupcial es muy dilatado ya que estas aves realizan paradas en diferentes humedales de Alemania y Francia, para la población europea occidental donde permanecen alimentándose en periodos de duración variable antes de llegar al sur de la península Ibérica. Los censos arrojan máximos que no suelen superar las 30.000 aves.
Durante el periodo de invernada, comprendido entre la tercera semana de diciembre y primeros de febrero, el efectivo en Gallocanta alcanza los valores mínimos, comprendidos entre 5.000 y 12.000 ejemplares.
En adelante y hasta mitad de marzo se produce el paso prenupcial, con una duración algo más breve. A lo largo del mismo se observa un incremento en el efectivo que se debe a las grullas que retornan a las zonas de nidificación, con máximos que suelen superar los 40.000 aves pero que, según la meteorología, ocasionalmente puede ser muy superiores.
Como así ha ocurrido este año.
El paso postnupcial consistió en un flujo bastante regular con efectivos comprendidos entre los 15.000 y los 35.000. Los registros de invernada han sido los habituales (5.000-15.000), tal vez subestimados por la entrada de noche al dormidero de aquellas que se alimentan en la zona de Villafranca del Campo y Villarquemado.
A pesar de no ser un invierno muy benigno, el paso prenupcial comenzó pronto. El día 10 de febrero partieron 20.000 grullas. Cuatro días después fueron censadas 33.959 ejemplares resultado de las invernantes en Gallocanta y las cerca de 40.000 aves que fueron llegando en esos días desde el sur peninsular de un modo regular, compensadas por algunas que siguieron marchando.
El censo oficial del viernes 21, un día de mal tiempo, aportó un registro de 15.785. Esa noche cayó un copiosa nevada en buena parte de la cordillera Ibérica cubriéndose de nieve los campos de la cuenca de Gallocanta y del Jiloca.
La semana siguiente se produjo una circunstancia singular. En Extremadura entraban vientos del oeste, favorables para la migración, lo que movilizó miles de grullas hacia Aragón. En Gallocanta, por el contrario, entraban vientos fríos del norte que aportaron nubes, discretas nevadas durante varios días y temperaturas bajas.
Comenzó el atasco grullero.
Campos nevados, cielos cubiertos y un dormidero que crecía día a día.
El jueves la concentración era impresionante, pero no había datos.
La mañana del día 27 fue fresca (2ºC), con algo niebla en Peñaltilla, con alguna breve rayada de sol y viento del suroeste, el que les gusta a las grullas por estas fechas. Un contingente de 70.827 aves agrupadas en múltiples bandadas comenzó a las 10 h. 2’ a coger altura sobre la laguna. A las 10 h. 50’ pasaban por Ricla (Valdejalón).
Tomaron, pues, dirección norte, como pudieron comprobar los ornitólogos zaragozanos y los de la Plana de Uesca que, en esta ocasión, no llegaron a verlas pasar por la ciudad ni descansando en el embalse de Sotonera. Debieron cruzar por el Pirineo Navarro. Ese día llegaron 58.000 grullas a los humedales de Arjuzanx (Aquitania) mientras que otras 14.000 continuaron por el pasillo central que emplean las aves en el interior de Francia.
Otras muchas grullas permanecieron en Gallocanta. Pero … ¿cuántas?
Ahí estaban los Grulleros del Jiloca.
El día 28 pasaron más de 12.000 grullas por Monreal del Campo a comer en los campos de Villafranca y del entorno de la laguna de El Cañizar (Villarquemado-Cella).
Unas 4.000 estuvieron comiendo en el carrascal de Fuentes Claras y unas 1.500 en los de Berrueco-Gallocanta.
Una particularidad de esta invernada ha sido la abundante producción de bellota en esta parte de la cordillera Ibérica, como ya se comentó en esta bitácora. Este año es el primero conocido en el que las grullas han aprovechado de forma generalizada estos frutos en nuestras comarcas, como resulta habitual en el sur peninsular.
El resto de las grullas bajaron al Jiloca medio, a los llanos de Used y a otros campos del entorno de la cuenca endorreica.
Ese día hubo censo. Era un día difícil, con viento, poca luz y también lluvia. Fueron censadas 64.700 grullas. Un registro notable. Y hay que tener en cuenta que no fueron contadas varios miles que entraron de noche al dormidero.
Conclusión. Unas 135.000 grullas durmieron en Gallocanta la noche del 26 al 27 de febrero. Esta cifra supera de largo el máximo registro de Gallocanta que tuvo lugar el 24 de febrero de 2011. Si se estima que la población invernante en la península Ibérica es de 230.000 grullas, Gallocanta ha concentrado al 60% del total en un mismo día. Un contundente dato a considerar al valorar la importancia de este humedal para la especie.
Los días 28 de febrero y 1 de marzo no hubo salida de grullas hacia el norte desde la laguna, sin embargo continuó la entrada desde el suroeste peninsular (4.000-5.000).
El día 2 de marzo amaneció soleado y sin viento. Por la mañana migraron 56.236 grullas y se quedaron otras 20.000 en Gallocanta.
Si un bando era grande …..
… el siguiente lo superaba …
… y les seguían todavía más …
Múltiples bandos en forma de V que se conectaban formando múltiples Ws …
y auténticos acordeones…
El día 3, aprovechando el viento del suroeste se marcharon otras 16.000 grullas quedando unas 7.000 en la zona por la tarde.
Por último, el día 4 tomaron ruta hacia el septentrión otras 5.000 grullas.
Se observa que en estas fechas más tardanas la proporción de pollos nacidos el año pasado es muy alta. La inquietud de los adultos, con pautas reproductoras y de exclusión hacia la cría, es manifiesta lo que se traduce en una cierta prisa por volver a los territorios de nidificación.
Pero el paso prenupcial de este año también ha sido singular por otro hecho.
El domingo 24 de febrero el ornitólogo extremeño José Ángel Sánchez González observó un ejemplar grulla canadiense entre los miles y miles que campeaban por los prados y campos de Gallocanta. Tenía unas plumas secundarias y terciarias blancas.
Esta observación era la primera cita para la especie en Aragón y la segunda en España. Es probable que se trate del mismo individuo que fue observado en Extremadura el año pasado. Se trataría entonces de un ejemplar que pudo alejarse del área de distribución propia de la especie en su segundo año y que se encontraría en la actualidad en su tercer año. Es decir, un inmaduro.
Sobre esta observación puede encontrarse más información en el blog de SEO-Teruel.
Al mediodía se aportó esta observación a las páginas web “Rare Birds in Spain” y “Reservoir Birds of Paleartic”. Y a continuación se pusieron en marcha hacia Gallocanta numerosos coleccionistas de rarezas ornitológicas (bimberos, en el argot ornitológico) de distintos puntos de la península. Los primeros, bien orientados por Grulleros del Jiloca, tuvieron suerte, mientras que los que a partir del miércoles 27, al perderse su pista, se quedaron sin su añorada cita …. pero a cambio no olvidarán el increíble espectáculo de varias docenas miles de grullas junto a la laguna de Gallocanta.
Antonio Torrijo, Felipe Rosado y Chabier de Jaime
5 comentarios:
Espectacular, preciosas fotos! La verdad que dan ganas de cogerse vacaciones y disfrutar como vosotros de este paso prenupcial. Hacéis una labor encomiable y eso tiene su recompensa.
Esta tarde volaba un pequeño grupo entre Calamocha y El Poyo, seguramente el mismo que vimos ayer en los ojos de Caminreal o algún otro reducido grupo.
Se van y seguro que muchos ya las estamos esperando... Buen viaje!
Me temo que a partir de ahora todos esos documentales de La 2 y otras cadenas y tambien articulos en revistas, en torno a las grandes migraciones, quedaran en un segundo plano, los veremos, los leeremos igualmente, como algo impresionante, pero no podremos dejar de pensar que en la puerta de casa tenemos algo excepcional.
Recuerdos
Una entrada destacada, que suerte tener este lugar tan próximo y poder disfrutar de este impresionante entorno.
Gracias por transmitir estos temas a unos fieles seguidores.
Un pequeño comentario acerca de la dirección de los vientos entre los días 2 y 6 de marzo. La borrasca se fue trasladando poco a poco hacia el sur - suroeste y esto hacía que por allí soplasen vientos de suroeste - oeste lo que animó a muchas grullas a emprender el viaje con vientos a favor. Sin embargo, en nuestra zona y valle del Ebro tras la entrada fría del 27, 28 y 1 con vientos del norte y nevadas, al estar el centro de bajas presiones más alejado y centrado en el suroeste - sur peninsular los vientos entraban moderados de este (levante puro) con alguna racha de sureste. Esto provocó que en el valle del Ebro no viésemos ni una sola grulla y todas ellas fuesen empujadas hacia el norte puro, siguiendo la ruta occidental, Navarra, País Vasco y como mucho altas Cinco Villas. Esta vez nos quedamos sin ver el gran espectáculo en la capital maña, caprichos de la naturaleza... y de la rosa de los vientos :D
Gracias por la información tan precisa y por las fotos. Sí, este año ha habido más grullas. En el hecho de que cada vez lleguen más ha influido la decisión de la DGA de ayudar a los labradores con la subvención por daños. En dos décadas, su actitud recelosa y hostil ha evolucionado a verlas como un elemento más del paisaje. La compañía de las grullas es un elemento dinamizador de una subcomarca tan deprimida. Y vuestro trabajo de campo también está influyendo de modo decisivo en ambos aspectos. Un abrazo.
Sigfrido
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