Mediodía luminosa de primeros de mayo. Abril ha venido seco. Las aguas de la laguna se retiran día a día, ofreciendo en el término de Bello amplias playas desnudas primero y un tapete de algas resecas y en salmuera semanas después.
Los prados muestran su efímero verdor en estos días. Si llueve, durará más. El navajo de La Pardina aún ofrece un notable nivel de agua resultado de la descarga local desde los prados durante el periodo invernal. Pero también muestra retroceso en sus márgenes. Y ya se imagina uno la gama de presiones ambientales que estarán sufriendo en estos días las plantas que conforman sus anillos de vegetación.
Un panel muestra los sutiles matices de las formas del relieve. Todo a escala centimétrica, en esta amplia planicie. Playas antiguas, cordones litorales, playas actuales, deltas …
O los menos perceptibles cambios en los suelos en las distintas bandas concéntricas en torno a la laguna. Depósitos de precipitados de carbonatos, sulfatos o cloruros, acúmulos de arenas o de limos, materia orgánica sin oxidar, costras ferruginosas …. resultado de las variaciones locales en el régimen de inundación y de los materiales aportados por las corrientes litorales o de la rambla de Los Pozuelos a lo largo de siglos y siglos.
Y la respuesta de la vegetación a estas discretas variaciones topográficas y ecológicas. Este es uno de los ecosistemas más valiosos en la laguna. Generalmente eclipsado por la espectacularidad de las grandes aves (grullas o avutardas, como mucho anátidas y limícolas) los prados de Bello o de Tornos ofrecen la posibilidad de explicar los impresionantes procesos ecológicos que allí tienen lugar. Cambios bruscos en la humedad edáfica, en la salinidad y en el aporte de materia orgánica, determinan rápidos variaciones en la comunidad bacteriana, de algas y en la actividad de las plantas vasculares, por no comentar la de los invertebrados del suelo o vinculadas al herbazal.
Estos fascinantes procesos son recursos educativos muy adecuados en todo momento, pero especialmente en temporada no grullera. Eso sí, necesitan pasión para transmitirlo a los estudiantes y a los adultos.
Un rebaño de ovejas pastaba en los prados.
Otra variable ecológica: los grandes fitófagos y su influencia. Un uso antiguo. Posiblemente el aprovechamiento humano más sostenible para dichas tierras. Cuando la ganadería extensiva de ovino está en rápido retroceso en casi todo Aragón, en Bello resisten unos ganaderos y hay planes de futuro. Es bueno para todos.
El navajo era el abrevadero natural del rebaño. Las ovejas acudían con prisa por la sed que les producía el salino pasto recién comido.
Volvimos hacia Bello por el camino de la depuradora. Eran más de las dos de la tarde. Sol intenso de primavera y calor. Ni rastro de la avutarda ni de la lechuza mora, nuestro objetivo ornitológico. Hora de retirarse a comer con el resto de compañeros del curso.
A la vuelta, pasamos junto al navajo de Bello.
Espléndida imagen. El vaso, casi completo. Las algas verdes filamentosas crecían tanto en los márgenes como en el centro de la balsa. Más allá, los prados salinos, la seca planicie salina de los Lagunazos de Bello y, al fondo, los secanos cerealistas y los cerros cuarcíticos de Tornos. Primavera en el altiplano endorreico de Gallocanta.
1 comentario:
Preciosos paisajes con esos cielos limpios y azulados. Mayo es tradicionalmente el mes más lluvioso de la zona, pero está siendo muy seco. Esperemos que el final de mes lo arregle, tal y como apuntan los modelos.
El flujo de vientos del norte y noroeste ha mantenido las temperaturas a raya y no ha permitido la convección que suele producirse durante estos meses en situaciones de relativa calma atmosférica, de ahí que no haya habido apenas tormentas.
Va a ser ésta una primavera efímera si finales de mayo y junio no lo remedian.
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