Durante el otoño - invierno del 2003 el Centro de Estudios del Jiloca realizó un exhaustivo censo de chopos cabeceros en la cuenca del río Pancrudo, al noroeste de la provincia de Teruel. En el se contabilizaron 23.015 árboles, de los cuales 1.433 ejemplares estaban muertos en pie, o bien con tocón visible y/o restos inequívocos de haber habido un chopo cabecero en el lugar.
Una de las ramblas estudiadas fue la del Chorrillo, en Torre los Negros. Allí se contabilizaron 169 chopos vivos y 17 muertos.
Censo realizado en 2003, tramo bajo de la rambla del Chorrillo (o de los Ramblares). Individuos monumentales en naranja, muertos en rojo, en verde el resto de ejemplares.
Zona del censo, mapa topográfico y ortofoto
Vista general de la zona alta, con los últimos chopos existentes. Hay un dique de mampostería gavionada que retiene las fuertes es correntías de la zona, con procesos erosivos muy importantes tras lluvias intensas y torrenciales. Esta zona se encuentra poblada por un rebollar claro y de escaso desarrollo, que sujeta el suelo a duras penas: son arenas, conglomerados y abundante arcilla (se observa perfectamente la falla y el cambio de tonalidad del terreno, de yesos y calizas a la izquierda. Unos y otros son depósitos del Terciario, como la mayor parte del valle del Pancrudo.
El caso es que una tarde de viernes del mes de mayo recorrí la rambla con el objetivo de volver a contabilizar los chopos y realizar una cartografía actualizada, y así poder comparar con los resultados del 2003. Esto nos daría una idea de la tasa de desaparición que se ha producido en esta rambla, siendo estas zonas las más expuestas precisamente a este tipo de procesos, bien por la falta de agua, bien por el extremo abandono de su arbolado y su mal estado en conjunto.
Algunos datos me sorprendieron gratamente. A priori había 13 chopos menos. En 2014 hay además 7 chopos muertos (4 de los cuales ya se contabilizaron muertos en 2003), frente a 17 muertos en 2003. Hay varias causas que dan explicación a estos datos dispares.
Por un lado, en 2003 se contabilizaron 5 chopos como muertos, dado su estado, aunque en esta revisión de 2014 siguen vivos, uno de ellos como árbol fénix. Es decir, en 2003 había realmente 186 árboles, 12 de ellos muertos. En 2014 hay 173, 7 de ellos muertos y 4 ejemplares coinciden dentro de los 12 muertos de 2003, el resto directamente han desaparecido, no quedan restos.
Árbol “Fénix” contabilizado como muerto en 2003
De esta forma, en cuanto a ejemplares vivos realmente en el año 2003 eran 174 chopos, frente a los 166 de 2014. 8 chopos menos en 11 años. Estadísticamente hablando son 0,72 chopos menos al año en esta rambla de escaso recorrido.
Si estos datos los aplicamos al resto de ramblas del Pancrudo (sin contar el propio río, por semejanza de ambientes), obtendríamos que en 2003 habría un total de 15.035 pies, de los cuales 1.058 árboles estaban muertos. Es decir, 13.977 chopos cabeceros vivos en las ramblas de la cuenca del río Pancrudo. Aplicando esa tasa de desaparición teórica obtendríamos un censo actual en ramblas de 13.334 chopos, 643 chopos vivos menos (sobre un 5% menos).
Grandes ejemplares en la zona alta, aguas arriba del dique. La altura de los sedimentos es considerable.
¿Hasta qué punto pueden considerarse como válidos estos datos y aplicables al resto de la cuenca, e incluso al resto de masas de chopo cabecero? A priori un sólo barranco no es representativo, cabría realizar más análisis en otras ramblas e ir actualizando e incluyendo más datos. Pero de momento son datos objetivos y habría que tenerlos en cuenta.
La “puesta a cero” del censo del 2003 fue muy importante para el estudio futuro de estas choperas, pues fue la primera “foto fija” del estado de conservación y el número de ejemplares exactos en aquel momento. Lamentablemente, de esa fecha hasta ahora y hacia un futuro a corto plazo sólo nos queda ir restando.
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