Hace un año y medio, recorriendo el valle del río Cámaras en busca de chopos cabeceros, dimos con un singular ecosistema que nos sorprendió notablemente: el ginestral de comprendido entre Villar de los Navarros y Azuara. Una formación arbustiva de ginestra o retama (Retama sphaerocarpa) densa, continua y kilométrica. Y le dedicamos un artículo en esta bitácora.
También nos llamaron la atención los escarpes de arcillas y conglomerados, el potente depósito de gravas y la anchura del cauce, con tramos de hasta 400 m. No toda la llanura de inundación está poblada por ginestral, ya que los cultivos de cereal y de chopos canadienses ocupan buena parte de la misma, sobre todo hacia Azuara, donde se aminoran las avenidas que aporta el río Herrera, muy perjudiciales para los cultivos y para los campo por su aporte de gravas.
Hace unos días leyendo el capítulo dedicado al Aguasvivas del libro “Atlas de los ríos de Aragón” escrito por los profesores Javier del Valle, Alfredo Ollero y Miguel Sánchez, en concreto el referente a su afluente principal, el río Cámaras, encontre´este texto que me limito a reproducir:
“El Cámaras nace también en El Colladico, cerca del valioso avellanar de la umbría de Cucalón, y se dirige decididamente hacia el N. Su recorrido inicial es variado, y su corredor poco continuo, suavemente ameandrado entre Santa Cruz y Nogueras. Lo más valioso comienza en Villar de los Navarros, un cauce trenzado y sinuoso amplio, único en la margen derecha del Ebro, de 15 km de longitud y 1,2% de pendiente media, una grandiosa rambla que supera en bastantes puntos los 200 m de anchura, con barras semicolonizadas por la vegetación. Está salpicada por sectores semicanalizados con abundantes movimientos de material en el lecho”.
Esta perspectiva hidrológica, tan propia de los geógrafos, es algo que se nos escapa habitualmente a los naturalistas, más atentos a los seres vivos. Es una visión necesaria para entender mejor los procesos naturales que determinan el funcionamiento de los ecosistemas.
1 comentario:
Siempre me había parecido fascinante esa rambla vista en la ortofoto. Posiblemente no haya nada igual en la Ibérica sur, y es un sistema muy similar a los grandes barrancos y ríos pirenaicos, especialmente en el valle del Cinca.
Lo más curioso es que el régimen hídrico no tiene nada que ver con aquello, nisiquiera el deshielo de la sierra podría llegar a provocar semejante cauce (al menos en lo que hoy en día conocemos como nevadas) lo que indica episodios muy concretos, dramáticas y desvastadoras avenidas debidas muy posiblemente a fuertes tormentas.
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