Este pasado mes de agosto los agricultores de la cuenca de Gallocanta, especialmente los de Bello, mostraron su inquietud ante la superpoblación de micromamíferos que se estaba produciendo ya que perjudicaba a los cultivos de regadío, especialmente a los de patata y alfalfa, además de a los hortales familiares. No vimos los daños en las cosechas pero la presencia de galerías y caminos creados por los pequeños roedores en los ribazos era una evidencia.
Ante la queja planteada el Departamento de Agricultura y Medio Ambiente propuso el empleo de trampas metálicas en la entrada de las madrigueras y el uso de recipientes con agua para favorecer su caída y ahogo. Y, a medio plazo, la roturación de los campos de pipirigallo y alfaz al ser un medio muy favorable para estos mamíferos.
En pleno debate, se produjo la llegada de un gran número de depredadores, sobre aves rapaces diurnas, que aprovecharon este excepcional recurso alimenticio. Antonio Torrijo lo advirtió me propuso una tarde a acercarme a disfrutar de este espectáculo natural.
macho de aguilucho cenizo. Foto: Rodrigo Pérez
Desde el coche veíamos cernícalos vulgares en los postes eléctricos. Un ratonero sobre un almendro caía a plomo sobre el suelo. En dirección a la laguna varios aguiluchos cenizos y laguneros sobrevolaban los prados de Tornos. Aquí y allá volaban estas pequeñas aves rapaces venidas de quien sabe dónde.
En un momento dado veo a Antonio rondar por la escombrera de Bello hasta dar con una viga vieja. La cargamos como pudimos en el coche y nos encaminamos hacia un campo de patatas cercano al centro de interpretación de Bello.
En un vértice del campo, fuera del cultivo, me emprendí a cavar un hoyo para plantar el poste. Bajo la labor asomaba una cantera de conglomerados bastante compactos. Antonio, mientras tanto, claveteaba unos palos en el extremo.
Y, así, en unos minutos, levantamos un poste. Un posadero para aves rapaces en el borde del patatar. Una posibilidad para disfrutar de la observación de las rapaces de los visitantes del centro de interpretación.
Todos ganan, salvo los topillos y ratillas. Agricultores y rapaces. Lucha biológica sencilla, barata y eficaz que podría fomentarse en espacios como la cuenca de Gallocanta. Y sin los efectos nocivos de los rodenticidas.
Pero, aún sería mejor la plantación de pequeñas arboledas y de árboles aislados, tan escasos y tan venidos a menos en las últimas décadas. No sólo ofrecen posaderos. También permite la nidificación lo que permitiría aumentar las poblaciones de estas pequeñas rapaces.
Romper la homogeneidad estructural en el paisaje y el ecosistema es otra estrategia. Agrosistemas más complejos, el objetivo.
5 comentarios:
Se ha procedido a la agrupación parcelaria acabando con las lindes y se han arrancado todos los grandes árboles... total ¿para qué? Sobra producción, cada año se tiran toneladas y toneladas de productos, muchas veces no llegan ni a salir del propio campo derrumbándose los precios que los agricultores podrían pedir por ellos (habría mucho más que discutir, lo sé, los intermediarios, los monopolios de la comercialización de la comida) pero el coste de pesticidas y abonos no ha dejado de subir, como el de la gasolina... recuperar muchas de las técnicas tradicionales de cultivo e incorporar muchas otras nuevas supondría abaratar los costes de producción (los depredadores son gratis!!!) y la creación de puestos de trabajo (por supuesto a costa de los margenes de los intermediarios)... y redundaría, además, en un mejor estado ambiental del planeta en que vivimos y, sobre todo, en mayores rentas para los agricultores... pero...
En todos los graneros había unos alambres rarísimos, que no eran si no cepos para los ratones del zafrán, y una especie de cafeteras para ahumar los caños.
A la par que te explicaban cómo se utilizaban aseguraban habría que tirarlos, dado que en poco tiempo no quedarían zafranes, ni ratones, ni caracoles, ni aun que comer,… los venenos, y las pocas ganas de trabajar de todos nosotros, llevaban camino de acabar con todo. Pero por si a caso "volviamos atras" te lo explicaban y volvian a colgarlos.
Y con lo que no acababan los venenos lo hacían las maquinas, cada vez más grandes, tractores, arados, que para pegar la vuelta necesitaban el Campo Aviación… todos arboles en los ribazos, y hasta los mismo ribazos sobraban.
Recuerdos
Es una idea estupenda y barata. Hay que fomentar posaderos, pero si son árboles pues mejor que mejor.
La cuenca de Gallocanta es un paisaje espectacular lleno de vida, pero bien es cierto que durante los últimos años ha desaparecido prácticamente todo el arbolado que malvivía en acequias, lindes, ribaceras... conviene reemplezarlo y volver a construir un paisaje más arbolado que será muy beneficioso para todos
Quizá este posadero no ha dado los resultados esperados, se podria visitar la plantación de Monreal del Campo, creo que la densidad de roedores es mucho menor y las superficies con alfalfas y esparcetas mayores, la diferencia está en el arbolado y las lindes.
La idea de los posaderos es magnífica. Pero la de los árboles en las lindes y montes aleadaños es mejor, ¿se podrá hacer realidad? Además, pueden ser complementarias, pues agricultores habrá que no quieran árboles en su linde; y tampoco éstos crecen de la noche a la mañana.
Mucho ánimo
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