Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

sábado, 13 de diciembre de 2014

SOÑANDO GIRASOLES

“La agricultura y la ganadería como medio de vida en la Comarca del Jiloca” era el tema que este año se elegía para el II concurso de fotografía y relatos cortos. Presenté dos fotos y un relato “Soñando girasoles”.

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Sólo deciros antes de dejar sumergir vuestra imaginación en este cuento, que la agricultura representa gran parte de la economía de la comarca, representa nuestra sociedad rural, nuestro paisaje, nuestros ecosistemas y somos nosotros los ciudadanos los que debemos tener un compromiso por su cuidado y respeto y al igual que en el cuento podamos algún día traspasar fronteras con nuestro ejemplo y buen hacer.

“Soñando girasoles”

Basilio era un niño que vivía en Lagueruela con sus padres. Cuando apenas tenía 9 años, su madre cayó enferma y su padre debía cuidarla, así que Basilio tuvo que dejar el colegio y seguir con el trabajo familiar: las ovejas y el campo.

Rodrigo, el padre de Basilio, un hombre triste y solitario, era conocido en toda la comarca como el “zoquete” pues no era demasiado habilidoso en el campo. Los primeros años fueron muy duros para Basilio, ya conocido como “el hijo del zoquete”. No encontraba el porqué, pero sus campos no daban la producción esperada, las plagas causaban daños irreparables y no había dinero para plaguicidas y la maquinaria y la ayuda de los vecinos era inexistente. Apenas conseguía lo justo para comer.

A Basilio le gustaba subir con las ovejas a la Modorra de Cucalón, era su momento de paz, donde disfrutaba de las preciosas vistas de las tierras del Jiloca. En lo más alto, había un gran girasol, su abuela ya fallecida, le contó que tenía más de 200 años y nadie se explicaba que hacía ahí.

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Basilio había observado que el girasol tenía algo especial y misterioso, estaba continuamente rodeado de un ir y venir de pajarillos, grandes aves y mamíferos. Un buen día, como otros muchos se acercó a curiosear alrededor del girasol, pero ese día, fue diferente, inexplicablemente el girasol le preguntó que si necesitaba ayuda. Basilio tardó en contestar, quedó asustado de lo que estaba viviendo y cuando el girasol insistente le volvió a preguntar, Basilio respondió que sí, que su familia pasaba por un momento sentimental y económicamente muy difícil. El girasol después de una larga conversación le dijo que no se preocupara, él se encargaría de que “la sabia naturaleza se pusiese manos a la obra” y solucionase sus problemas.

Pasaron los meses y los poquitos campos de la familia de Basilio comenzaban a tener un aspecto envidiable, los vecinos curiosos le preguntaban que tratamientos estaba haciendo para que las patatas, la cebada, el trigo y el centeno tuviesen ese aspecto tan saludable. Basilio, siempre contestaba lo que el girasol le había dicho “yo sólo espero a que la sabia naturaleza actúe”.

Un día, tras la insistencia de Basilio, el girasol le contó el secreto. Había mandado una pareja de águilas a inspeccionar los campos de Basilio, observaron que la tierra estaba demasiado compacta, que había roedores en los campos de patatas y una plaga de saltamontes en el cereal. Organizaron a cernícalos, aguiluchos y halcones para que durante un tiempo cazasen ratones, los abejarucos y alcaudones se encargarían de los saltamontes y una población de lombrices removería la tierra para que se oxigenase, consiguiendo así un equilibrio natural en el ecosistema y una calidad en la cosecha que jamás podrían conseguir los agricultores que utilizaban plaguicidas.

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Con la ayuda del girasol centenario, Basilio se convirtió en un referente en la agricultura ecológica, consiguió que toda la comarca del Jiloca fuese conocida por la calidad de sus productos y la conservación del medio natural.

Desgraciadamente, la madre de Basilio murió, pero murió feliz por su hijo, murió, soñando girasoles.

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Desde pequeños nos enseñan a que lo importante es participar y son sabias estas palabras porque serán muchas las veces que participemos y probablemente pocas las que ganemos. Aquí os dejo el enlace de los ganadores de las fotos y de los relatos, enhorabuena a todos ellos.

¡Por una agricultura sostenible ¡

Que no tengan que venir a decirnos, ¡el Jiloca también es bonito¡

Carmen Alijarde

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