Esta noche ha estado lloviendo en Calamocha. No mucho, unos cinco litros. Lo hacía a las once y a las seis de la mañana y ha continuado una hora más. La mañana viene fresca (5 ºC) y el aire está saturado de vapor de agua.
Los sabimbres y los chopos del río asoman como espectros entre los jirones de niebla.
Sobre el blanco de estas nubes bajas se dibuja el vuelo vigoroso de una pareja de azulones que termina su jornada de campeo y el vuelo divagante de un par de milanos reales que comienza la propia.
Los panizos del Codujón, empapados de agua, tardarán alguna semana más en ser cosechados. Este otoño aún viene húmedo. Tardaremos algo más en ver los bandos de grullas sobrevolando la vega.
1 comentario:
En estas fechas se mataba el tocino, y cuando salían días así, con lluvia, con niebla, con humedad, las idas y venidas al granero eran constantes. "Como siga el tiempo así, y no escampe y hiele, todo se pudrirá".
Recuerdos
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