Flores, insectos, pájaros, cantos en la rama, nidos, viento. Juego de luces y río. Fluir, camino.
Fluye el agua entre las ramas batidas, fluye entre las raíces de los viejos árboles; cruzamos el río de poco caudal por encima de ramaje roto y caído, puente entre las orillas.
OIGO el crujir de las ramas, entro en el bosque que olvidaron destruir. Ramaje, soledad y espiritualidad, tierra, raíces, madre. Camino, indeciso, por el interior … hacia el crepúsculo. Musgo piel vestido oscuro … niebla y atardecer, horas profundas, grandes raíces como huellas.
Noche, madera, cobijo. Madre. En la chimenea … olor a sabina, cierro los ojos y me viene un flsh back a los bancos de la iglesia. Madera ataúd (cruz madera de cruz clavos y cruz madera ataúd), hiedras y muérdagos, abrazo, quietud, comunión y nacimiento, monaguillos y campanas, madera oscura, marcos barrocos, santos y vírgenes románicas, madera puertas de sacristía, custodia, confesión, celosía de confesionario … uf … y al salir, por fin, a la luz olmas y acacias antiguas … imágenes que visualizo. Recuerdos quemados que son cenizas catarsis bajo las vigas … duermevelo arropado por siete vigas oscuras, antes álamos. Hogar y calor. Leña. Latido. SALTO y me pongo a dibujar: en la (mesa de) madera (pino, veta, nido de creación).
La vida será árbol, el árbol madera, la madera será carbón y luego carboncillo y luego tinta .. y luego arte y luego ceniza.
Alborada. Ventana de par (en par). A la mañana … viajan las nubes entre las ramas de los viejos chopos cabeceros, como guardianes, dejan paso a la tempestad. El viento sacude fuerte como una orquesta de 80 músicos, empieza la lluvia aguda, luego lluvia como saetas, piel húmeda, caen flechas sobre la lana de las ovejas; las ovejas se cobijan en una olma protectora y cuidadora del orden natural debajo de la cual antaño los hombres cerraban los tratos con un apretón de manos.
Madre. Cobijo. Tranquilidad. El viento se aleja y la humedad convive con la calma y la tierra mojada desprende su aroma … con los brazos abiertos; los pájaros mojados picotean sus plumas y las abejas zumban y el hombre calla.
Después de la lluvia … salen los gnomos y otros seres del bosque como caracoles y se vuelven a esconder ,, cuando aparece el hombre; el hombre y sus manos omnipresentes: vallas y puentes, estaciones abandonadas, vía sin tren, ermita sin santo y cabaña sin teja. PISO los charcos y sigo los recovecos de los caminos, me dirijo al bosque que olvidaron destruir.
Carlos Pardos
3 comentarios:
Precioso!
Precioso. A veces nos ponen difícil encontrar un bosque en el que perdernos y encontrarnos a nosotros mismos, un bosque bien conservado donde el tiempo parece no transcurrir. Me has recordado esos momentos tan especiales para mí. Gracias.
Precioso. A veces nos ponen difícil encontrar un bosque en el que perdernos y encontrarnos a nosotros mismos, un bosque bien conservado donde el tiempo parece no transcurrir. Me has recordado esos momentos tan especiales para mí. Gracias.
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