Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

lunes, 9 de abril de 2012

DESCENSO DEL RÍO COSA

En ocasiones, al recorrer algunos rincones próximos al pueblo tienes la sensación que estás descubriendo un territorio inexplorado. Esa impresión compartimos Pilar, José Antonio y yo hace unas semanas al realizar el descenso del río Cosa. Era

El río Pancrudo recibe por su margen izquierda un arroyo de corto recorrido. Este pequeño curso de agua drena los páramos que cierran por el sur el término de Cosa. Estamos hablando de la vertiente norte de la sierra de Lidón. Una alineación de suaves lomas situadas a una altitud de unos 1.350 m. que cierra por el mediodía una hoya de tierras feraces y clima frío. 

El río Cosa surge como tal en la Fuente del Prado, junto al núcleo urbano de dicha localidad. Esta surgencia está en el fondo del barranco del Horcajo. Una arboleda de chopos cabeceros sombrean una zona recreativa.

DSC_7775

Siguiendo el cauce del arroyo, entraremos en el pueblo entre cuyo caserío destacan la Casa Ferreruela, verdadero palacio construido en el siglo XVIII, y la iglesia de la Asunción, actualmente en ruinas.

DSC_7777

Se atraviesa una zona con pequeños huertos cruzando, primero la antigua carretera y después la nueva variante.

DSC_7779

El arroyo describe una curva hacia la izquierda, dejando a mano derecha el visible Corazón de Jesús y a la otra, el cementerio. En esta zona arranca una acequia, actualmente perdida, que alimentaba un molino harinero, cuyos restos encontraremos más adelante.

Junto al cauce llaman la atención los troncos caídos de unos chopos cabeceros gigantescos. Al parecer, en junio de 1957 se produjo una tronada tal que, además de ahogar a tocinos en la corte, inundar varias viviendas y arramblar el molino, en funcionamiento hasta entonces. Esta fue la causa del abandono de la acequia. Desde entonces dejó de llevar agua aunque lo que causó la definitiva muerte de estos gigantescos árboles fueron las sequías de los primeros años de la década de 1980.

DSC_7786

El arroyo traza una curva hacia la derecha y entra en la cerrada de El Riajal.

Cultivos de cereal cerca del cauce, pastos y pequeños bosquetes de rebollo forman un armonioso conjunto. Los rebollos son mayormente tallares, pero destaca un conjunto de trasmochos entre los que ya hay algunos ejemplares notables.

DSC_7801

Algunos de ellos tienen huecos en la cabeza …

DSC_7795

y otros aún mantienen el régimen de escamonda …. y la costumbre de poner un césped en el corte para que haga de teja.

DSC_7800

Es el mayor conjunto de rebollos trasmochos que conocemos en la comarca del Jiloca.

Al poco aparecen los restos del Molino de Reajal, inutilizado tras la citada avenida que obligó a escapar al molinero por la puerta de arriba para evitar morir ahogado.

DSC_7797

Desde el molino continuamos por un sendero que sigue en paralelo al curso del río Cosa, completamente seco tras este invierno tan parco en precipitaciones. Por la derecha, desemboca el barranco del Abejar.

En el fondo del valle encontramos otro gran chopo muerto caído sobre el suelo.

DSC_7807

Al levantar la parte externa encontramos uno de los organismos que participan en su descomposición: un hongo saproxílico.

DSC_7804

Sobre la importancia ecológica de los árboles muertos en pie puede leerse un artículo de Laura Malo en Estudiando el ciervo volante y sobre la de la madera muerta en general puede consultarse este enlace con información aportada  por el profesor y Marcos Méndez (Universidad Rey Juan Carlos) sobre la gran diversidad de organismos que mantiene, su situación de amenaza y el informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

DSC_7809

Al poco y casi en el propio lecho aparece un pozo con abrevadero.

DSC_7811

Su construcción apunta a la falta de caudal regular en este arroyo y a la necesidad de resolver las necesidades de agua de los ganados, antaño tan abundantes por estos montes.

En adelante, los cultivos se hace cada vez más escasos mientras que los montes están poblados por una masa de rebollar manejado como tallar en el que predominan los pies jóvenes …

DSC_7813

Este rebollar desciende de los peñascos calizos hasta el propio cauce del río Cosa….

DSC_7814

por el que continuamos el recorrido.

El silencio del valle solo queda roto por un kschaach …. kschaach! Es el intenso y sonoro reclamo del arrendajo, que advierte a sus compañeros de nuestra presencia.

En el sotobosque del rebollar pueden apreciarse los caminicos que han ido abriendo los topillos durante el invierno bajo un tenue dosel de hojas caídas y finas hierbas.

DSC_7816

El río pasa la peña de El Casco, denominación que recibe por parecerse a la pezuña de un caballo, donde el rebollar muestra su esplendor …..

DSC_7818

Justo después el río traza un cerrado meandro en donde los sedimentos son tan abundantes que los bosques que los poblaron fueron puestos en cultivo quedando tan solo el rebollar en las laderas.

DSC_7819El aprovechamiento de las leñas y la poca profundidad del suelo en las partes altas ha favorecido el desarrollo de la sabina negral.

DSC_7821

Por la margen izquierda aparece un camino que viene del El Villarejo de los Olmos. Abundan los campos de cereal sobre un sustrato margoso de intenso color blanquecino. Es el paraje de los Inebrales, topónimo que no sabemos si se refiere al enebro (común o de la miera, que ambos se dan en la zona aunque no sean abundantes) o a la propia sabina negral que, como hemos dicho, es muy frecuente.

La presencia de fincas –y de la próxima mano del hombre- nos trae de nuevo los bosquetes de chopo cabecero. Este cultivo agroforestal capaz de traducir como bueno fustes de madera el agua que circula por el subsuelo o en superficie.

DSC_7835

Nos cuentan que estos chopos de la partida de El Mas fueron escamondados por última vez hace unos 25 años dedicándose sus beneficios en las obras de reparación de la iglesia que acometió el cura D. Jesús Sanz.

Son ejemplares de dimensiones notables, algunos monumentales….

DSC_7837

casi siempre rodeados de zarzas, enebros o sabinas.

Los montes de la margen derecha están poblados de los pinos negrales que se plantaron en las umbrías de esta parte del valle hace unos cincuenta años. Fueron proyectos costosos que crearon trabajo en un momento difícil -en pleno éxodo rural- que han formado masas poco prósperas y, como todas ellas, vulnerables a la procesionaria y, sobre todo, al fuego.

DSC_7823

Y en esto que se llega a El Mas (conocido como Mas de El Villarejo, entre los pueblos vecinos).

En esta zona se produce una descarga del freático que se alimenta en estos montes y páramos calizos. Se forma una pequeña charca muy cerca del cauce. La presencia de agua en el cauce va a ser cada vez más común conforme se desciende por el valle. Incluso en periodos secos como el actual.

 DSC_7840

La presencia de margas, arcillas y yesos ha facilitado la acción erosiva por las aguas superficiales abriéndose el valle, lo que ha favorecido el aprovechamiento agrícola.

Entre las margas pueden encontrarse algunos nódulos de sílex de tamaño métrico. Tras su alteración adquieren coloraciones muy intensas, que contrastan con los tonos cremosos de los materiales que los albergan. Estos materiales, tras su fragmentado en fractura concoidea, servían para obtener fragmentos estrechos y de borde afilado que se introducían en las tablas de los trillos. Son muy comunes en las margas y yesos del Bajo Pancrudo.

DSC_7842

Sobrevuela en lo alto del cielo un adulto de águila real.

 AGUILA REAL

Foto: Rodrigo Pérez

La presencia de yesos permite la presencia de una flora especializada en tolerar la alta concentración de sulfatos. Plantas como el arnacho (o asnallo) …

Arnacho o asnallo. Foto: J.A. Domínguez

la hierba sapera (Herniaria fruticosa) ….

Hierba sapera en plena floración. Foto: Flora Vascular

o la gramínea Agropyrum cristatum …

Espigas de Agropyron cristatum. Foto Combinación Animal

forman, con otras plantas, líquenes, musgos u hongos, una comunidad de gran interés ecológico y que justifican la catalogación de estos montes como Lugar de Interés Comunitario (LIC Yesos de Barrachina y Cutanda) y que, inexplicablemente, no incluye los de Torre los Negros.

Tras un nuevo estrecho, donde pueden encontrarse restos de un depósito de tobas calcáreas …

DSC_7844

… aparecen remansos con ranúnculos iniciando su floración …

DSC_7847

…. pero enormemente afectados por la precipitación del carbonato cálcico sobre sus tallos y hojas. Es decir, una toba en formación. El Principio del Actualismo, de Charles Lyell, uno de los pilares de la Geología.

Por último, el valle se abre definitivamente en la Solana del río Cosa para desembocar en el Pancrudo.

Es el final de una excursión por unos parajes de una gran belleza y de un gran interés ambiental.

2 comentarios:

Fer dijo...

Qué bonito ver un mecanismo geológico que funciona durante miles de años en vivo y en directo... :D

Fer dijo...

Aunque en el caso de las tobas su formación sea mucho más rápida claro, no es comparable a otras formas geológicas...